La sumisión de Morant hacia Sánchez por el cupo catalán dinamita el consenso valenciano por la financiación
La ministra de Ciencia y líder del PSPV-PSOE prima su perfil orgánico y rompe el único gran acuerdo político que había en la Comunidad
La política en la Comunidad Valenciana no destaca por estar siendo sosegada y calmada. Aunque ahora gobierna en solitario tras la repentina salida de los cargos de Vox por decisión personal de Santiago Abascal, el 'popular' Carlos Mazón ha visto cómo en el periodo de sesiones que ha concluido los partidos de la oposición, es decir, el PSPV-PSOE y Compromís, le han criticado y echado en cara prácticamente todo lo hecho y por hacer. Sirvan como ejemplos la aprobación de leyes capitales como la de Libertad Educativa o de Concordia, además de la gestión del Consell en general.
Sin embargo, a pesar de la sideral distancia ideológica que tienen los cuatro partidos con representación en las Cortes, había un tema que generaba un consenso sólido entre todas las formaciones. Éste era el de la reforma del modelo de financiación autonómica, que aunaba al centro-derecha, a socialistas y a nacionalistas a la hora de exigir al Gobierno central que fuera, independientemente del signo político que lo sustentara, a abordar el asunto y acabar con el contexto de claro perjuicio en el reparto de los fondos que padece la región desde hace años.
Era y no sigue siendo así por obra y gracia de la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. Lejos de posicionarse en la línea marcada por la casi totalidad de barones del PSOE que han mostrado su total rechazo al llamado 'cupo catalán' pactado entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), la secretaria general del PSPV ha optado por cerrar herméticamente filas con su jefe de éstas. Y de ahí no hay quien le saque.
«Favorece la convivencia»
Así, Morant ha defendido a capa y espada lo que ella misma y sus compañeros del Consejo de Ministros rechazaban días atrás, como es que Cataluña se salga de la 'caja común’ y pase a recaudar y gestionar el 100 % de los impuestos al gusto. De hecho, fue la propia dirigente la que a través de la red social X, antigua Twitter, definió el acuerdo como «positivo» porque, en su opinión, «favorece la convivencia, la normalidad y asegura la solidaridad». Igualmente, destacaba que es el propio jefe del Ejecutivo el que «garantiza la igualdad como nunca las CC.AA.».
Cabe destacar que la cerrazón de la ministra hacia Sánchez ni es anormal ni puntual. Es más, fue el mismo presidente del Gobierno el que, a través de una reunión con Santos Cerdán en la sede de Ferraz, disuadió a los mandatarios provinciales del PSPV en Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, respectivamente, de que se salieran de la carrera por el liderazgo de la federación socialista, la segunda en tamaño de toda España.
Por tanto, ese auxilio continuo y extremo hacia su especial valedor está siendo el principal elemento de crítica hacia Morant. Esta actitud queda si cabe aún más de manifiesto cuando hasta Compromís, situado a la izquierda del PSOE, se ha plantado ante el 'cupo catalán'. Su portavoz en el Congreso de los Diputados (aunque dentro del grupo parlamentario de Sumar), Àgueda Micó, fue contundente aseverando que los nacionalistas no votarán a favor de una reforma que «discrimina» a la Comunidad.
En conclusión, la responsable de Ciencia en seis meses, por acción de Sánchez y por omisión propia, ha hecho saltar por los aires el único gran consenso que había en las Cortes Valencianas y lo ha hecho a distancia: sin ser diputada, embutiendo el argumentario socialista de Sánchez y María Jesús Montero y, por si todo lo anterior no fuera suficiente, dejando en evidencia a los diputados regionales. Si Ximo Puig bromeó con su nuevo cargo diciendo que «París bien vale una misa», a Morant quizás se le podría aplicar esa misma concepción pero respecto a cuál es el coste a asumir por ser secretaria general del PSPV-PSOE.