Joan Baldoví, cuando era diputado en el Congreso, en una imagen de archivoEuropa Press / Fernando Sánchez

Punto final al órdago de Compromís: más de lo mismo en el Congreso o ruptura con Sánchez por la financiación

A la formación nacionalista solo le queda una bala después de años aprobando a cambio de nada los Presupuestos y después de amenazar al jefe del Ejecutivo tras su pacto con los independentistas catalanes

Las votaciones en la política española suelen dejar pocas sorpresas. Si acaso, algún partido residual se desmarca en el Congreso de los Diputados. Algo esporádico. Sin embargo, Pedro Sánchez algún pelo en la gatera se puede dejar. Para empezar, motu proprio triunfar no depende de sí mismo, por lo que está muy lejos de presumir el líder socialista de sus éxitos en San Jerónimo si no es gracias a sus tan necesarios como múltiples y variopintos aliados.

Entre otros muchos, tendrá que contar con los votos de Compromís. Para leyes ideológicas y, como se suelen denominar, 'del montón', tendrá su respaldo parlamentario. Pero cosa bien distinta será cuando a la Cámara Baja llegue la reforma de Ley Orgánica de Financiación Autonómica para que la Generalitat catalana gestione el 100 % de los impuestos.

A nivel regional, con Joan Baldoví a la cabeza, y en el ámbito nacional con Àgueda Micó en San Jerónimo, los nacionalistas han dicho una y otra vez que no aprobarán la famosa «financiación singular» para Cataluña si el Gobierno central no se compromete a abordar la infrafinaciación que la región lleva sufriendo más de una década:

«Que no cuente con Compromís», aseguró el portavoz en las Cortes Valencianas de la formación, salvo que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, abogue «de una vez por todas la infrafinanciación valenciana». «La ministra Montero debe dejar de una vez por todas de hacer de Montoro, debe dejar de esconder la cabeza debajo del ala, de hacer declaraciones enojosas y debe abordar de una vez por todas el problema de la financiación», volvió a aseverar.

Disciplina de voto con Sumar

Haciendo una evaluación temporal, los resultados objetivos arrojan un suspenso en toda regla al respecto. Cuando Mariano Rajoy estaba en el Palacio de La Moncloa, los ataques eran continuos. Todo era malo, a cuanto peor y la no reforma del sistema del modelo de reparto de fondos entre regiones era culpa de él, al que Baldoví consideraba la quintaesencia de todos los males. Pero Pedro Sánchez lleva desde 2018 en el mimo complejo residencial.

Seis años en los que España y la Comunidad Valenciana han mutado mucho, pero que, en cambio, Compromís, lo ha hecho poco. En este sentido, la autonomía ha seguido pidiendo una nueva financiación, pero siempre con balas perdidas y supeditadas a una ideología que todo daba a Cataluña y a otras regiones dependientes del secesionismo a cambio de votos pero que, por contra, poco o nada dejaba a Castellón, Valencia y Alicante.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y Joan Baldoví se saludan en el Congreso.EFE/ Juan Carlos Hifalgo

Las palabras de Baldoví son más que conocidas en San Jerónimo, pero el caso es ver si éstas se pueden traducir, al menos una vez, en hechos. Para la coalición, llevarlo a la práctica no va a ser fácil. Significaría romper la disciplina de voto impuesta por Sumar y por su fundadora, Yolanda Díaz. Si bien es cierto que la macrocoalición comunista es una amalgama de organizaciones con un ideario común e interesado federalismo, a Compromís no le queda otra opción que ir 'a la suya'.

El varapalo electoral que los nacionalistas se llevaron en las últimas elecciones municipales y autonómicas está cerca, a tenor de las encuestas que todo los partidos manejan en la actualidad, de ser poco memos que un golpecito en el caso de que los valencianos fuesen llamados a las urnas en cualquier momento. Tres grandes son los obstáculos demoscópicos que tiene Compromís: a su izquierda no está sabiendo o pudiendo atraer a los votantes de Unidas Podemos; en el ámbito nacional-independentista estaría igual o, incluso peor y, en lo referente a captar al elector de izquierdas (supuestamente) moderado, la división en dicho espectro es bastante pesimista en cuanto a estos intereses.

Por tanto, mientras Compromís va, o intenta, arreglar tantos y tantos líos internos, su relato lo quiere fiar a lo que pase en Madrid. En la Comunidad Valenciana se se está dejando ir ante un Carlos Mazón que avanza en su hoja de ruta. A los nacionalistas no les queda más remedio que agarrarse a la reforma de la financiación con Cataluña como único factor. Hasta el momento, a Baldoví le bastaba con que la región siguiera, año tras año, a la cola en fondos. No obstante, ahora le va a tocar mover ficha...y de qué manera. Ya no está en el Congreso, pero será él el responsable de todo lo que su organización diga y haga.