Miriam Turiel (Vox): «Los menas viven en unas condiciones infrahumanas y eso no es solidaridad»

Miriam Turiel Mollá (Valencia, 1984) es diputada de Vox en las Cortes Valencianas y principal encargada de debatir en la Cámara autonómica sobre familia y políticas sociales. Vicesecretaria provincial de Valencia entre 2019 y 2020, también formó parte de la Gestora provincial de Vox Valencia en 2015. La graduada en Diseño de moda y máster en Comunicación y Nuevas tecnologías atiende a El Debate en la oficina del partido dentro del edificio del que disponen los grupos parlamentarios.

Turiel responde a varias preguntas sobre el delicado estado de la natalidad en la Comunidad Valenciana, con motivo de una proposición no de ley (PNL) que acaba de presentar su partido, o la situación de Vox tras la ruptura con el Partido Popular en los gobiernos autonómicos de coalición, entre otras cuestiones.

–Tres de cada cuatro nuevas madres tienen entre 35 y 39 años, según el INE, que acaba de publicar que en el último año los nacimientos cayeron un 1,16 % en la Comunidad Valenciana: apenas 22.882 nacidos por 34.431 fallecidos. ¿Cómo traduce estos datos?

–Lo que lo que creemos en Vox es que efectivamente estamos en una emergencia demográfica movida por muchos factores. Hay que entender que hoy en día el precio del coste de la vida es carísimo. Los jóvenes, las familias, son incapaces de mantener este coste de vida y por eso hemos presentado una iniciativa en este Parlamento y en dos parlamentos de España que lo que pretende es precisamente apoyar a la familia, porque la familia es el núcleo donde las personas, cuando ya todo ha fallado, cuando todo os resortes de la sociedad han fallado, ahí precisamente puede una persona acudir como su último refugio.

El apoyo de Vox a los presupuestos va a depender precisamente de eso, de que haya medidas efectivas, decididas y completas de apoyo y protección a las familias

Estamos ya cansados de que haya 17 políticas de ayudas diferentes en España y no una ayuda decidida, que es lo que pretendemos desde Vox y queremos que sea así porque está en nuestro ADN y lo hemos defendido siempre, y no solo en campaña electoral, como hacen otras formaciones.

–El Gobierno de la Generalitat acaba de aprobar el anteproyecto de la conocida como ley de acompañamiento, que dobla el importe por primer hijo o adopción de 300 a 600 euros, 750 para los segundos y 900 para los terceros y en adelante, así como deducciones en el tramo autonómico del IRPF. ¿Cómo valora estas medidas?

–Pues lo valoramos de manera muy positiva y estamos contentos porque lo que queremos al final es que se apliquen muchas de esas políticas que son producto de nuestro tiempo en el Gobierno. Estamos convencidos de que esas políticas responden a esas peticiones y ese acuerdo de gobierno que teníamos con 50 puntos que contemplaban muchas de aquellas cosas que ahora mismo se van a mantener, porque, efectivamente, en Vox defendemos esto en todos los momentos, sea campaña electoral o sea cualquier momento de la legislatura.

Creemos que es necesario el apoyo a la familia, no solamente en los datos demográficos, sino en todo momento, porque hoy en día es imposible salir adelante sin vivienda, sin jóvenes que no pueden acceder a un mercado estable y sin conciliación. Hay tantos elementos que son necesarios que cualquier medida que se pueda hacer la consideramos de forma positiva.

–El síndico de Vox, José María Llanos, y usted misma han registrado hace unos días en las Cortes Valencianas esa proposición no de ley en la que hablan de «poner en marcha un ambicioso plan de natalidad que, mediante deducciones y bonificaciones fiscales, fomenten la natalidad en nuestra región». ¿Se queda corta, por tanto, en este aspecto la ley de acompañamiento?

–Bueno, creemos que efectivamente, por mucho que se incluyan medidas en una ley de acompañamiento, no hay una apuesta decidida. Queremos que se blinde de manera presupuestaria no solamente lo contenido en la ley de acompañamiento, sino que en todo momento podamos contemplar cómo la familia es defendida. De hecho el apoyo de Vox a los presupuestos va a depender precisamente de eso, de que haya medidas efectivas, decididas y completas de apoyo y protección a las familias.

–La aprobación de los Presupuestos por parte del Gobierno de Carlos Mazón es, de hecho, el próximo desafío político de calado a nivel regional. Vox ha manifestado su predisposición a dar su ok si no se promueve la inmigración ilegal. ¿En qué punto están las conversaciones?

–Yo soy la portavoz en política social y le puedo decir que, aunque no he tenido ningún contacto en este sentido, sí que considero que con todas las carencias que hay en la Comunidad Valenciana, que no hay dinero para nada, las familias tienen que elegir entre comer carne o salir un fin de semana, los jóvenes no pueden permitirse nada... en este escenario tan dramático, vemos cómo se está apoyando la inmigración ilegal. Personas a las que se está obligando a ir al mar en busca de un porvenir que no les podemos ofrecer porque los centros de menores están saturados. No les estamos ofreciendo un futuro, ni siquiera son tutelados, se les abandona y esa gente acabará viviendo en la calle.

Y esto se hace con los recursos de los valencianos. Las personas que no podemos ni siquiera formar nuestro proyecto de vida, no podemos avanzar y no podemos ni siquiera conseguir una vivienda, un trabajo estable. Y por eso lo denunciamos y decimos que tiene que haber una prioridad nacional en la ayuda, porque son muchas las carencias que están sufriendo los valencianos.

Realmente estamos atravesando problemas de una sociedad empobrecida

–En la exposición de medidas de la mencionada proposición no de ley dibujan un panorama desolador en el que hablan de «datos inadmisibles de pobreza y necesidad». ¿Cómo valora la situación de las familias valencianas?

–Las familias atraviesan muchísimos problemas. Y mire, le voy a dar un dato. Hay un dato que nos parece realmente alarmante, que es que en Alicante 30.000 personas no pueden adquirir unas gafas de ver porque lo consideran un artículo de lujo. Es decir, eso conlleva muchísimo perjuicio, porque que un niño que no tenga unas gafas significa que pueden pensar que no tiene capacidad para estudiar y lo que realmente no tiene son unas gafas que le impiden ver la pizarra que tiene delante. Y eso va a impedir que la educación sea el ascensor social que debería ser.

Hay muchos datos de familias, como que, por ejemplo, el 60 % con hijos entre cero y tres años no los ha llevado a la guardería por el alto coste que supone, porque no se lo pueden permitir. Es decir, la situación es de que realmente estamos atravesando problemas de una sociedad empobrecida. No podemos acceder ni a la vivienda, ni siquiera unas gafas, ni siquiera a la educación de cero a tres años. Hay muchos problemas hoy en día que afrontar y miramos con preocupación todos los problemas sociales y por eso presentamos esta iniciativa.

–Hablaba de la educación del tramo entre cero y tres años. Este curso, el Consell estableció la gratuidad para esa etapa, sin embargo, en su PNL ustedes instan a blindar por ley esta medida. ¿No se fían y creen que se puede revertir esta política?

–Hemos visto muchas veces cómo el PP y otras formaciones lo hacen en campaña electoral, pero nosotros lo decimos en todo momento, Por eso queremos que se blinden de manera presupuestaria todas esas ayudas, porque son necesarias para que las familias puedan salir adelante. Y el tema de la conciliación es esencial para que las familias puedan de verdad prosperar y continuar y manteniendo su trabajo.

–¿Cuáles son el resto de líneas maestras de esa PNL?

–Yo resaltaría unos cuantos puntos. Por ejemplo, el que habla de concienciar de la importancia que tiene la familia en la sociedad, de lo importante que ha sido históricamente, porque realmente de todas las instituciones que puede haber, la que más hace por una persona, no es ni servicios sociales, ni la Conselleria, ni un ayuntamiento, ni ninguna entidad pública. La ONG más grande que existe es la familia, las personas que siempre te van a apoyar. Cuando hay un familiar enfermo, te cuidan. Por eso lo que queremos es que existan medidas fiscales en función del número de hijos.

También queremos que haya incentivos a empresas que fomenten la conciliación familiar y también que todo español que quiera cuidar a su familiar, sea un menor o sea una persona con alguna discapacidad, pues pueda hacerlo y pueda recibir ayudas por ese servicio que realizan. También, por otro lado, queremos resaltar la importancia del acogimiento familiar, porque también hay niños que viven en una situación institucionalizada y nos gustaría que esos menores pudieran vivir conociendo un entorno familiar, mucho más adecuado para ellos. En definitiva, haríamos muchas cosas con esta iniciativa que es realmente muy ambiciosa, pero creemos que puede solucionar muchos de los problemas que hoy en día sufrimos.

En los tiempos del Botánico lo que había era un descontrol absoluto

–Usted lleva desde 2021 siendo diputada en las Cortes Valencianas. ¿Qué cambios ha percibido en su día a día parlamentario durante estos tres años, en los que ha habido un cambio de color político en el Gobierno, otras mayorías y esa coalición frustrada en el Consell?

–Yo lo que resaltaría con el cambio de Gobierno, sobre todo en la etapa que estuvo Vox, es que hay una mayor correlación entre lo que se piensa en la calle y lo que se hace en las instituciones. Cuando estábamos en los tiempos del Botánico lo que había era un descontrol absoluto y antes había una política moquetizada, una política que estaba absolutamente desconectada de la realidad y los problemas que se defendían en las Cortes Valencianas no tenían nada que ver con los problemas reales que sufríamos los valencianos.

Ahora sí que creo que hay una mayor coherencia y se traslada a las Cortes, sobre todo el grupo parlamentario Vox, y no porque yo forme parte de él, sino porque es cierto que nosotros proponemos cosas que creemos que son buenas así como apoyamos cosas que creemos que son buenas. En ese sentido creo que estamos trasladando de verdad lo que la calle piensa a las instituciones.

–Han pasado ya tres meses desde que se produjo el divorcio entre PP y Vox en los ejecutivos autonómicos en los que gobernaba en coalición. ¿Qué opinión le merece este nuevo statu quo en la Comunidad Valenciana?

–Bueno, pues nosotros salimos de los gobiernos porque –el presidente del PP, Alberto Núñez– Feijóo así lo quiso. No quiso escuchar nuestras peticiones, que eran un compromiso fundamental de Vox. Y entonces salimos por coherencia de los gobiernos y ahora nuestra postura es clara: vamos a estar apoyando el PP en todo lo que sea bueno para los ciudadanos cuando quiera ayudar a las familias, a la conciliación familiar y todas esas medidas.

Los menores no acompañados viven unas situaciones de precariedad absoluta

Ahí nos tendrán al lado y nos tendrán enfrente cuando defiendan las políticas inmigratorias que lo que hacen es perjudicar a los valencianos, que son los que pagan con su dinero esas políticas. Y nosotros lo dijimos cuando salimos de aquel Gobierno, porque así tuvimos que hacerlo, porque el señor Feijóo lo quiso, que estaremos donde estemos, no habrá política de inmigración ilegal y donde haya inmigración ilegal no estará Vox.

–Apunta a Feijoo como el causante de ese divorcio. Desde el PP señalan a Santiago Abascal. La sensación es que en ambos partidos la decisión se tomó desde Madrid y aquí parecía que el Gobierno de coalición funcionaba y había entendimiento. ¿Cree que a Vox en la Comunidad Valenciana ha repercutido negativamente esa ruptura?

–Pues creo que todo lo contrario. Creo que nuestros votantes están muy convencidos, porque no hemos venido aquí a ocupar cuotas de poder, simplemente hemos venido a cambiar las cosas de nuestros votantes. A mí eso es lo que me ha trasladado la gente que nos vota. Estamos muy orgullosos y muy agradecidos de que nuestro partido haga siempre lo mismo, a costa incluso de perder poder o de perder sillones, porque tampoco hemos venido aquí a eso. Somos ciudadanos normales que un día nos metimos en política para cambiar las cosas. No utilizamos esto como un fin, sino como un medio para cambiar la sociedad.

Considero que el balance es positivo, que los centros de menores están colapsados, que los menores no acompañados (menas) viven unas situaciones de precariedad absoluta porque viven en unas condiciones que son infrahumanas y eso no es solidaridad. Solidaridad es que los valencianos, que son los que pagan este despropósito y esta alarma inmigratoria brutal, tengan el dinero en su bolsillo y puedan atender sus necesidades. Y que nosotros apoyemos a esos inmigrantes menores no acompañados en su lugar de origen, porque también nos parece muy cruel traerlos aquí para tenerlos en las condiciones que los tienen.