Donde los sanitarios son ángeles para el pueblo

Sanitarios de toda España montan un centro de salud precario en Parque Alcosa para atender a los vecinos

Médicos y enfermeros se han organizado de forma espontánea para atender a pacientes en zonas catastróficas ante la «inacción» de Sanidad

La atención sanitaria no termina de llegar a los vecinos que viven en zonas de difícil acceso como es el caso del barrio Parque Alcosa en Alfafar. El acceso a esta zona ha sido complicado a lo largo de esta semana, aunque los accesos comienzan a abrirse para que la ayuda pueda llegar.

Los sanitarios -médicos, enfermeras, psicólogos, psiquiatras y farmacéuticos- han sido los primeros en tomar las riendas para atender a las personas que se encuentran en esta zona o que están atrapadas en sus casas sin poder salir a la calle.

«Desde arriba, la Consellería, no nos está mandando a estos sitios», cuentan los voluntarios, por eso se han organizado a través de grupos de WhatsApp desde donde han «coordinado equipos para llegar a las zonas con más dificultad». En Alfafar cuentan con dos centros, pero al llegar al terreno se encontraron con que no tenían medios materiales para poder afrontar su trabajo con unos mínimos.

Por eso, decidieron crear un espacio inusual, pero muy efectivo y necesario en un momento como este. Se trata del Hogar del Jubilado de Alcosa que han reconvertido en un pequeño centro sanitario que ahora es el lugar de la esperanza del barrio. Antes de cruzar la puerta «se realiza un triaje para saber qué tipo de patologías tienen los pacientes y los vamos derivando a los diferentes especialistas con los que contamos», cuenta Sara una de las voluntarias.

Sanitarios en el centro médico improvisadoIranzu García Vergara

Dentro un par de mesas, unas camillas, biombos y un par de baldas para almacenar los utensilios y medicamentos necesarios para curar a todos los que precisen atención. Un espacio que comparten con el punto de entrega de alimentos y paquetes higiénicos.

Hasta que no hemos llegado a las fincas había personas con movilidad reducida, sin medicación crónica, ni atenciónSaidaEnfermera voluntaria

Estos sanitarios están atendiendo «a personas que estaban completamente abandonadas, sin recibir ningún tipo de medicación crónica que necesitaban», relata Saida una de las enfermeras. Desde que llegaron se dedican «a ir de puerta en puerta, calle por calle, preguntando a todos los vecinos si necesitan atención sanitaria, si tienen alguna cita pendiente o precisan medicación», cuenta Sara.

Saida y Sara dos enfermeras voluntarias en AlcosaIranzu García Vergara

Cuentan que se han encontrado con diferentes casos de personas con «falta de alimentación, sin medicamentos» en mitad de la catástrofe y el caos: «Es una vergüenza, hemos visto situaciones demoledoras», sentencian.

Una de las prioridades: las vacunas

Las enfermedades que pueden surgir a raíz de las aguas estancadas mezcladas con residuos y vertidos tóxicos podrían hacer que se contraigan enfermedades infecciosas peligrosas para la salud.

La gente continúa sacando los muebles de sus casas, limpiando y rescatando todo lo que pueden para recuperar sus espacios lo antes posible. Esto está provocando «muchos cortes, que se claven objetos y lo prioritario es traer vacunas para impedir que contraigan enfermedades graves» como el tétanos.

Es un desastre, no tenemos medios para conocer la historia de los pacientesSaraEnfermera voluntaria

Denuncian que necesitan medios porque, hasta ahora, están atendiendo a personas de las que no saben «su historia clínica, sus patologías, ni sus alergias».

Material sanitario en el centro sanitario del Hogar del Jubilado de AlcosaIranzu G.Vergara

El apoyo imprescindible de piscólogos y psiquiatras

La tragedia está dejando secuelas en todas las personas que la vivieron en su propia piel. Los psicólogos y psiquiatras que trabajan en este centro «están detectando que la gente está en un estado de shock y están en un estado de supervivencia máxima».

Esto significa que «el problema lo tendremos cuando el shock pase y se den cuenta de lo que tienen: no habrá movimiento de gente y las calles se vaciarán». Aseguran que ahora los problemas son agudos con «ansiedad», pero en el futuro esto se va a convertir en «depresión o trastorno de estrés post-traumático».

Alumnos de medicina y un bombero prestan su granito de arena

Carmen es de Logroño y estudia 6º de medicina en la Universidad San Pablo CEU en Madrid. Su padre, Carlos, es bombero y aunque está retirado colabora en situaciones duras y trágicas como en la Guerra de Ucrania.
No dudaron ni un segundo en recopilar el material necesario y organizar un viaje a Valencia para traer ayuda humanitaria.
Carmen logró reunir a un grupo de compañeros y amigos de la universidad y todos juntos se reparten el trabajo para llegar a todas las personas y aportar el soporte sanitario que necesitan. «No se puede abordar todo porque cada día cambia y los fármacos que se necesitan también», por eso tienen la mente abierta y tienen claro que hay que «fluir, ser abiertos y proactivos».
Ellos tienen claro que «hay una herida emocional enorme» y que lo que realmente falta es «asistencia emocional y psicológica» para todos los afectados.
Carlos, como bombero, ha traído un tipo de bombas de lodo y generadores de electricidad «con los que está consiguiendo sacar el agua de los garajes y los bajos» con bastante facilidad. Gracias a este material han trabajado en zonas como Aldaia con los bomberos y la UME en sus labores.