Cajas de medicamentos acumulados en el centro de salud de Paiporta, Valencia, a la espera de ser revisados y almacenadosMarian Moncho

Cientos de cajas de medicamentos donados acaban en la basura en Paiporta al ser ilegal su reparto

Donaciones de fármacos en Paiporta quedan inutilizadas tras la DANA, generando un dilema entre la ayuda urgente y el marco legal sanitario

La reciente DANA que ha azotado Valencia ha dejado tras de sí un grave problema para las personas afectadas: centros de salud sin suministros adecuados y farmacias que aún no han podido abrir, además de distribuidoras de medicamentos que han perdido por completo sus instalaciones.

Por ello y en un intento por paliar los efectos de la catástrofe, muchos ciudadanos se han volcado con donaciones de medicamentos, algunos completamente nuevos y otros usados. Donar medicamentos es ilegal, según la normativa española y, aunque bienintencionada, esta práctica puede poner en riesgo la salud de los afectados, al no conocerse el estado o la trazabilidad de los mismos.

Por ello, estas medicinas están acabando en la basura. Es lo que sucede en Paiporta, donde hasta este jueves no ha abierto su primera farmacia, la última localidad afectada por las inundaciones en disponer de un establecimiento de este tipo. Las imágenes y los testimonios sobre esta situación pertenecen a ese mismo día.

La ley española prohíbe expresamente la donación de medicamentos por particulares y entidades no autorizadas. La legislación que regula este aspecto está principalmente en la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, y en la Ley 10/2013, de 24 de julio, de medidas para la calidad en el empleo y la estabilidad en el sistema nacional de salud.

En particular, el artículo 101 de la Ley 29/2006 establece que «la distribución y el suministro de medicamentos solo puede realizarse a través de canales oficiales y establecidos», lo que excluye la posibilidad de que los ciudadanos o entidades no autorizadas donen medicamentos a las autoridades o a personas afectadas por emergencias. Además, el mismo texto establece que los medicamentos donados deben estar sujetos a estrictos controles de calidad y seguridad, algo que resulta difícil de garantizar cuando se trata de donaciones informales.

Una de las razones por las que este tipo de donaciones es ilegal radica en la complejidad de la trazabilidad y control de los medicamentos. No se puede garantizar la correcta conservación de los fármacos ni su autenticidad si no han pasado por los canales oficiales de distribución. Además, muchos de los éstos donados pueden estar caducados o haber sido almacenados en condiciones inadecuadas, lo que puede poner en riesgo la salud de los pacientes que los reciban.

Clasificación de medicamentos en el centro de salud de Paiporta, Valencia, donde la mayoría han acabado en la basuraMarian Moncho

A pesar de la ilegalidad de la práctica, diversas organizaciones, instituciones y grupos de voluntarios sanitarios, incluidos farmacéuticos, se han visto «obligados» por las circunstancias a clasificar y revisar caja por caja, y distribuir medicamentos donados debido especialmente a la falta de recursos inmediatos y a la dificultad de acceder rápidamente a especialidades farmacéuticas a través de los canales oficiales.

Estamos tratando de hacer todo lo posible, pero esto no es lo idealUna farmacéutica voluntaria

«Estamos tratando de hacer todo lo posible, pero esto no es lo ideal», comenta una farmacéutica voluntaria que prefirió no revelar su identidad. «Nos encontramos con pacientes crónicos y no podemos acceder a los suministros oficiales a tiempo, no nos ha quedado más remedio que improvisar», trata de explicar.

Las ONG especializadas en la distribución de medicamentos, como Farmamundi, ya están colaborando con las autoridades para suministrar medicación por los cauces legales y con el debido control sanitario, para garantizar la seguridad de los medicamentos.

La mejor forma de ayudar es colaborando económicamente con entidades especializadas en la distribución de medicamentos. «La generosidad de la gente es loable, pero hay que tener cuidado e informar que esta práctica es irregular», afirma una voluntaria de la ONG Farmamundi.

Si bien la necesidad de todos los ciudadanos de ayudar en esta emergencia ha hecho que se hayan deshecho de medicamentos que no usaban en sus hogares, por el contrario, la mayoría de éstos han acabado en la «basura» a la espera de ser retirados por el sistema legal de eliminación de medicamentos.