Catarroja

Mari Carmen, sin documentación y con la casa devastada tras la DANA, espera una respuesta de su seguro

La familia de Mari Carmen trata de acondicionar la casa que la tragedia ha dejado sin tabique, ahora puede ver tres casas más allá desde el interior de la suya

Mari Carmen tiene su casa en uno de los lados del barranco de Catarroja. El agua se empezó a desbordar a escasos metros de su casa, donde iba con toda la fuerza y logró abrir un hueco en los tabiques de toda la hilera de casas. Ahora, desgraciadamente, están conectadas entre sí por un enorme hueco.

En esta casa arrima el hombro toda la familia. Mari Carmen, su marido, su yerno, su hija —que también se llama Carmen—, y su nieta. Todos colaboran como pueden para tratar de quitar el lodo impregnado en las paredes, limpiar el suelo, rascar los restos de pintura con goteras, etc.

Mari Carmen no pierde la sonrisa sentada en una silla en la puerta de lo que queda de su hogar. Cuenta que está muy mayor, su movilidad es reducida, y por eso sus seres queridos tratan de ayudarle para que pueda recuperar su casa lo antes posible.

Cuando la vida te pone al límite, lo que más se valora es eso: «Estamos vivos, no nos ha pasado nada y eso es lo que importa».

«Veremos a qué velocidad funcionan los seguros»

116.000 personas han hecho solicitudes de indemnización a sus seguros en los últimos días. Una de estas personas es Mari Carmen quien ya ha iniciado estos trámites aunque es el inicio de un largo camino.

Todo avanza lento, debido a la magnitud de la tragedia y al desorbitado número de solicitudes que llegan a los seguros. Así que solo les queda confiar en que funciona de la forma más ágil posible: «habrá que ver a qué velocidad va y cómo funcionan los seguros».

De momento, están «gestionando todo», aunque las aseguradoras están siendo comprensibles y «no han dado plazos, están siendo flexibles», para las reclamaciones porque en muchos lugares todavía no tienen acceso a internet o han tenido que abandonar sus propias casas por riesgo de derrumbe.

«Lo vamos asimilando, no queda otra que seguir para adelante»

En mitad de todo, hay un mensaje de optimismo. La vida te arroya, pero sigue por eso aseguran que «no queda otra que seguir hacia adelante».

Cuenta que no tiene nada, ni siquiera para vestir, por eso su hija va «a coger ropa a los puntos de los voluntarios». Pero esto para Mari Carmen, es casi una anécdota, para ella lo más importante es que en su familia están todos vivos. Así, a pesar de la desgracia, la esperanza se abre paso y empuja a tener la mirada puesta en el futuro por muy duro que sea el presente.

Mari Carmen cuenta que todavía tiene «nervios» y asegura que «está destemplada» y que suele «llorar», pero da gracias a Dios porque toda su familia esté bien. Cuenta que su marido tiene diabetes, pero los medicamentos les llegan a través de la farmacia y del centro de salud provisional que han montado en el municipio.

Cuenta que ha perdido las cartillas sanitarias, pero que gracias a que pudo «conservar el DNI», no está teniendo problema para ir al médico o a consulta.