Centro comercial Bonaire, Valencia, tras el paso de la DANAEFE

DANA

URW y Castellana Properties comenzaron a negociar la venta del Bonaire cuatro días antes de quedar inundado

El proceso de compra-venta se estimaba en 240 millones de euros antes de la DANA, que ha dejado la transacción en pausa a la espera de la evaluación de daños

El paso de la DANA ha supuesto para la provincia de Valencia una gran brecha económica. La riada ha destrozado viviendas, vehículos y negocios en los municipios más afectados, entre los que se encuentra un gran conglomerado que ha tenido el foco desde el principio de la catástrofe: el centro comercial Bonaire.

Situado en la localidad valenciana de Aldaya, Bonaire es uno de los centros comerciales más grandes de Europa, con 135.000 metros cuadrados de superficie y compuesto por más de 120 tiendas y una treintena de restaurantes. Su parking subterráneo, con más de 1.800 plazas disponibles, fue precisamente protagonista los días posteriores al temporal por los rumores sobre un elevado número de cadáveres en su interior.

Más allá de esas aseveraciones, este gigante de las compras ha sufrido importantes daños materiales durante la riada. Y es que el grupo Castellana Properties, la socimi española controlada por el fondo sudafricano Vukile, estaba ultimando su compra por alrededor de 240 millones de euros. Una transacción que estaba casi confirmada y que se dio a conocer públicamente el 25 de octubre, tan solo cuatro días antes de la DANA.

Tan solo unos días después de la tragedia, la compañía confirmó que por el momento se posponía, por lo que ha quedado completamente en el aire. Una decisión que Castellana Properties ha reconocido que se ha dado como resultado directo de las inundaciones.

Los accionistas remitieron un comunicado a través del operador BME (Bolsas y Mercados Españoles) en el que, además de expresar sus condolencias, puntualizaban que el acuerdo de exclusividad entre URW y Castellana para la posible adquisición de la propiedad sigue estando en vigor. También añadieron que una vez se estabilice la situación meteorológica y se evalúe el estado del complejo, se darán los siguientes pasos.

Centro comercial Bonaire, Valencia, tras el paso de la DANAEFE

En el comunicado han subrayado que «ningún otro activo de la cartera actual» de Castellana «se ha visto afectado negativamente por inclemencias meteorológicas», y que, en lo relacionado con esos «próximos pasos» sobre la operación, en cualquier caso «cualquier hito adicional a este respecto se comunicará al mercado de conformidad con la normativa aplicable».

Una operación de 240 millones de euros

En la operación se barajaba que Castellana pudiera haber terminado por cerrar la compra de Bonaire, si no hubiera surgido la DANA, por un precio que hubiera rondado los 240 millones de euros. Es decir, sería uno de los mayores desembolsos comparado con otras operaciones de la misma magnitud, como el caso de Henderson Park y Eurofund, que se estima que pagaron alrededor de 230 millones por el centro comercial madrileño Islazul.

El grupo Castellana Properties ya adquirió tres centros comerciales en septiembre en Portugal por 176,5 millones de euros, en un acuerdo con Harbert European Real Estate. La operación para adquirir Bonaire, se iba a hacer en efectiva con la refinanciación de un paquete de deuda de 72,5 millones de euros. Los 104 millones restantes procederían en un 80 % de la caja de Castellana y en un 20 % de la firma sudafricana RMB Investments.

Tan solo en España, la compañía francesa propietaria de Bonaire, URW, cuenta con otros seis centros comerciales: Westfield Parquesur (Madrid), Westfield La Maquinista (Barcelona), La Vaguada (Madrid), Westfield Glòries (Barcelona), Garbera (San Sebastián) y Splau (Barcelona).

En su última cuenta de resultados, sus activos en España le reportaron un beneficio de 28,6 millones de euros en 2023, con unas rentas brutas de 197 millones de euros. El pasado mes de enero, la multinacional, cuya cartera de centros comerciales tiene un valor de 43.000 millones de euros, vendió el centro comercial Equinoccio, en Majadahonda (Madrid) por 34 millones de euros a Atitlan, grupo empresarial fundado por Roberto Centeno (yerno del presidente de Mercadona, Juan Roig) y Aritza Rodero.