«Lo único que he visto es la ayuda de Juan Roig»: una víctima de la DANA denuncia el abandono del Gobierno
María es dueña de una clínica dental en Catarroja, le quedan 1.000 euros en la cuenta y no puede pedir una moratoria de su hipoteca porque puso como aval la casa de su padre en Madrid, algo que excluye la normativa del Ejecutivo
Cuando se cumple un mes de que la DANA arrasara 70 localidades de la provincia de Valencia, los vecinos de, entre otras, Picaña, Chiva, Utiel, Aldaya, Massanassa o Paiporta siguen conviviendo con miles de coches amontonados, edificios apuntalados a los que no saben si podrán volver, negocios destruidos y con un cruce de reproches entre las administraciones central y autonómica mientras las ayudas prometidas semanas atrás llegan, cuando lo hacen, con cuentagotas.
De entre los 900.000 afectados por la riada, María Melguizo, propietaria de una clínica dental de Catarroja que abrió hace dos años y para la que pidió al banco «80.000 euros», ha declarado este viernes a la Cadena Cope que no puede reclamar la moratoria de la hipoteca porque puso como aval la casa de su padre, pero como este inmueble está en Madrid, no entra en las condiciones establecidas por el Gobierno a pesar de que únicamente le quedan en la cuenta «1.000 euros» y que su marido «está en paro».
Entre lágrimas y recordando que sus compañeros rescataron una foto de su hija de su propio despacho, relata que ya «no tiene nada por lo que luchar» porque ya no le queda «nada». Tras reconocer que la tramitación de las ayudas se la han realizado sus abogados vía telemática porque ella no tiene «ni idea» de cómo hacerlo, se muestra contundente al afirmar que «la única ayuda» que ha visto ha sido «la de Juan Roig», presidente de Mercadona y quien se ha volcado en las labores de reparación y reconstrucción de las zonas dañadas.
Aun con todo ese panorama y con el que tanto ella como sus vecinos y los de otros pueblos de la provincia llevan soportando desde el trágico 29 de octubre, María se aferra a un «esperemos» de cara a que todo el escudo social anunciado por el Gobierno central y otras instituciones termine por llegar y, de esa manera, intentar recuperar al menos algo de la normalidad que tenía con anterioridad a la riada.