El ascenso de Pilar Bernabé opaca el liderazgo de Morant y deja al PSPV con dos referentes
La delegada del Gobierno se ha convertido en la número cuatro del PSOE tras su Congreso y ha asumido de forma oficiosa ser la portavoz de las críticas contra Mazón, una gestión que contrasta con los vaivenes de la ministra
Si la cantidad de acontecimientos y la velocidad con la que se producen hacen que los tiempos en política tengan un ritmo mucho más acelerado, este hecho cobra aún más fuerza cuando se le unen episodios excepcionales como la dana que asoló la provincia de Valencia el pasado 29 de octubre y que se cobró la vida de 222 personas. En términos regionales y también nacionales, la gestión de la gota fría deja dos nombres que sobresalen en términos mediáticos.
Uno de ellos es el del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, a quien desde la izquierda señalan como el máximo responsable de la tragedia. El otro es el de Pilar Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana. La figura de esta última ha crecido exponencialmente en los últimos 40 días, ya que durante ese tiempo ha pasado de tener una notoriedad pública relativamente baja a comparecer diariamente ante los periodistas y convertirse en la portavoz oficiosa de los ataques al jefe del Consell.
En esta línea, su exposición y la defensa de la actuación del Ejecutivo central sobre la dana también le han valido para subir en el escalafón del PSOE. Así, en el Congreso que la formación celebró en Sevilla días atrás se confirmó el nombramiento de Bernabé como nueva secretaria de Igualdad. Con dicho movimiento se convirtió en la número cuatro de la jerarquía socialista, teniendo solo por delante a Pedro Sánchez, María Jesús Montero y Santos Cerdán.
Congreso del PSPV en febrero
Sin embargo, el auge orgánico de Bernabé deja en la federación valenciana un llamativo contexto, dado que semejante nivel de liderazgo interno bien podría estar cerca del que ostenta la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant. La exalcaldesa de Gandía se hizo el pasado mes de marzo con la secretaría general del PSPV-PSOE no sin polémica. En un primer momento, se tendría que haber medido en un proceso de primarias a los líderes provinciales de Valencia y Alicante, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, respectivamente.
Sin embargo, los planes de Sánchez para la región pesaron más que la opinión de la militancia del socialismo valenciano y a Fernández Bielsa y Soler les 'invitaron' a abandonar sus intenciones y, tras una reunión exprés en la sede de Ferraz, Morant quedó como candidata única. En cuestión de dos meses, el PSPV celebrará su Congreso ordinario. De la cita, Morant saldrá respaldada y reelegida, pero eso no quita a que los contrapesos y las cuotas de poder de las distintas 'familias' dejen sus propios relatos.
Cabe destacar que el papel de la ministra tras la dana ha ido variando. Sirva como ejemplo que, después de unos primeros días de tregua política, anunció que el Partido Popular podría contar con los votos de los diputados de su formación en las Cortes Valencianas para sacar adelante los Presupuestos de la Generalitat de 2025. Seguidamente, pasó al ataque frontal contra Mazón para, casi en paralelo, no descartar del todo su primer ofrecimiento.
En este sentido, también es reseñable que la oposición al presidente valenciano ni Morant ni Bernabé la harían al uso desde la Cámara autonómica porque ninguna de ellas es diputada, si bien es cierto que la delegada está sabiendo capitalizar más y mejor la imagen pública que su compañera de partido. A esta circunstancia se le suma que mientras Morant compagina estancias en Valencia con Madrid y ha de cumplir con su agenda de ministra en toda España, a la nueva secretaria de igualdad del PSOE se le está pudiendo ver sobre el terreno de las zonas afectadas por la riada.
El papel a desarrollar por Bernabé en las próximas elecciones a priori sería el de enfrentarse a la alcaldesa de Valencia, la 'popular' María José Catalá, por el bastón de mando levantino. Aún así, los dos años y medio que restan hasta la nueva cita con las urnas es toda una odisea, más aún cuando el futuro de Sánchez con tantos frentes abiertos y que no se puede disociar las figuras del presidente del Gobierno y la de Morant hacen que no se pueda cerrar ninguna puerta.