El propietario del Valencia Club de Fútbol, Peter Lim, visitando las obras del Nuevo Mestalla, en una imagen de archivoVCF

Valencia recobra la esperanza de ser sede del Mundial 2030 pese a los incumplimientos de Peter Lim

La reanudación de las obras del Nuevo Mestalla tras más de 15 años paradas vuelve a meter a la ciudad como candidata para albergar partidos de la gran cita del fútbol, pero los incumplimientos del dueño del club son la gran amenaza para este reto

El año 2025 para el Valencia Club de Fútbol ha empezado con sabor agridulce. Las malas noticias se las lleva el ámbito deportivo, ya que el club terminó 2024 como penúltimo clasificado y, tras la derrota conta el Real Madrid en casa, el empate en el Sánchez Pizjuán contra el Sevilla y los resultados de sus competidores directos, el conjunto ché ha terminado la primera vuelta de LaLiga como colista, lo que le acerca un poco más al tan temible descenso. El único alivio ha sido la clasificación para cuartos de final de la Copa del Rey.

Sin embargo, y contra todo pronóstico a tenor de los acontecimientos ocurridos desde no pocos años atrás, el optimismo en la entidad empieza a respirarse desde el palco, en lo institucional. Y es que, tras más de 15 años paradas, las obras del Nuevo Mestalla se reanudaron el pasado 10 de enero. Este hecho supone, en palabras de la presidenta blanquinegra, Layhoon Chan, «un faro de esperanza y ambición» para cumplir las «aspiraciones a medio y largo plazo, tanto dentro como fuera del campo», dado que el futuro coliseo «representa el futuro» del valencianismo y de la ciudad.

A decir verdad, la reanudación de los trabajos es motivo de alegría. Supone que Valencia, se sea hincha ché, granota (del Levante), de otro equipo o, incluso, aunque se deteste el fútbol, puede ser protagonista de la mayor cita en el planeta en lo que al 'deporte rey' se refiere, puesto que permite que vuelva a entrar en la pugna por ser una de las sedes españolas que alberguen partidos de la Copa Mundial de la FIFA en 2030, un torneo que se celebra conjuntamente en España, Marruecos y Portugal, además de algunos partidos en Paraguay, Uruguay y Argentina.

Valencia «no puede quedar fuera»

Al reinicio de las actuaciones en el Nuevo Mestalla acudió el recién elegido presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rafael Louzán, quien se mostró «plenamente convencido» de que la capital del Turia podrá albergar encuentros en la cita balompédica por excelencia: «Soy el primer aliado y yo he dicho y lo reitero aquí delante de todos ustedes, que esta gran ciudad y esta Comunidad, si hay un proceso en España, no puede quedar fuera de ese Mundial y yo estoy convencido de que así será. Se lo he dicho también al director general de Deportes, que ese es un compromiso de la propia RFEF y que estamos trabajando para ello, algo que se ha avanzado ya», remarcó el máximo representante del fútbol nacional.

La presidenta del Valencia Club de Fútbol, Layhoon ChanVCF

Pero si el estadio ha estado a la intemperie más de una década no ha sido por capricho ni por casualidad. Y en ello gran dosis de responsabilidad tiene el dueño del club, Peter Lim, que ha obviado plazos de ejecución y de pago de manera sistemática y ha sumido a los ches en una dinámica más que peligrosa, tanto en lo económico, como deportivo, social e institucional.

«Ningún tipo de concesión»

Es por eso que la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha advertido al empresario singapurense de que el hecho de que las obras puedan permitir que se la ciudad pueda ser sede del Mundial, en ningún caso se rebajan las exigencias y los compromisos en tiempos y formas adquiridos con el Ayuntamiento: «Nosotros siempre hemos dicho que íbamos a defender esa candidatura, pero que la defensa de esa candidatura no iba a ser motivo para adelantar ningún procedimiento, ningún plazo, ni para hacer ningún tipo de concesión», apunta la regidora.

En cuanto a los plazos, lo acordado, según informa el Consistorio, es que «las obras han de finalizarse en el plazo máximo de 30 meses y no hasta 42 como pidió» el Valencia. En este sentido, fuentes municipales son tajantes: «No se admitirán nuevas interrupciones en dichos plazos salvo causa justificada de fuerza mayor», subrayan.

Al tiempo, remarcan que si el club paraliza de nuevo los trabajos sin causa mayor justificada, «deberá aportar una garantía financiera con el 100 % del coste total de construcción» del estadio «que quede por realizar en el plazo improrrogable de quince días desde que sea requerido por el Ayuntamiento». A todo ello, se unirá la tramitación correspondiente de los «expedientes administrativos que resulten necesarios para acordar la declaración de caducidad y la consiguiente extinción» de la licencia para la conclusión de las obras del Nuevo Mestalla».