Imagen de archivo de un vecino comprobando el río a su paso por Buñol, una de las zonas afectadas por la dana del 29 de octubre

Un vecino comprobando el caudal del río a su paso por Buñol, una de las zonas afectadas por la dana del 29 de octubreRober Solsona/ Europa Press

Miedo, ansiedad...: los psicólogos explican cómo afrontan los afectados por la dana el nuevo temporal

Las llamadas y atenciones a la línea de ayuda psicológica han aumentado en los últimos días desde los avisos de alerta roja por las lluvias

Cuatro meses después del paso de la dana más catastrófica de la historia de la región, han vuelto las lluvias torrenciales y las alertas han vuelto al color rojo. Con la llegada de un nuevo temporal en tan poco tiempo y con las heridas de los más de 180.000 afectados por las inundaciones en Valencia todavía por sanar, el miedo y en algunos casos la histeria se ha instalado entre los vecinos valencianos.

Comportamientos como llevar las precauciones recomendadas al extremo y no salir de casa, tapiar las puertas y ventanas ante el miedo de inundaciones o no poder conciliar bien el sueño son algunos de los comportamientos que se están viendo en los últimos días entre los afectados. Una forma de actuar en la que los expertos en psicología coinciden que es normal al haber vivido unos sucesos tan traumáticos.

Una persona cruza por un dique improvisado con sacos de arena levantado en las calles colindantes al barranco de la Saleta

Una persona cruza por un dique improvisado con sacos de arena levantado en las calles cerca del barranco de la SaletaEFE

«Es una respuesta natural como lo que los psicólogos llamamos estrés postraumático. Después de una situación personal muy compleja y traumática, lo normal es que nosotros como personas reaccionamos de una manera excesiva», ha explicado a El Debate el profesor de psicología de la Universidad CEU San Pablo, Amable Cima. «Ante una nueva situación de alerta, mi cuerpo reacciona mucho más atento. Es normal que estén mucho más sensibles, pero también más preparados», ha remarcado el profesor.

Purificación Párraga Pérez, vocal de la junta del Colegio de Psicólogos y quien ha vivido de primera mano la atención a los pacientes en zonas afectadas por la dana también coincide en esta misma línea: «Ese miedo es normal, es una situación que puede recordarles mucho a lo vivido anteriormente y puede generar estados de ansiedad anticipatoria, esperando o previniendo que pueda aparecer otra catástrofe».

Seguimiento especial para los afectados

Desde el Área de Acción Humanitaria de la Intervención por la dana han confirmado a este periódico que se han recibido muchas llamadas en los últimos días desde los avisos por el temporal y se está haciendo «un seguimiento especial a las personas que ya estábamos atendiendo».

Yessica Díaz, la coordinadora de esta área, que ha estado atendiendo a los afectados por la riada desde hace cuatro meses ha explicado cómo ha sido el proceso y el cambio en los últimos días, donde «se ha manifestado una ansiedad reactiva al estímulo, una ansiedad derivada de todo lo vivido durante la dana», refiriéndose a las alertas de la Aemet y las recomendaciones para extremar la precaución.

La coordinadora también ha señalado que este comportamiento de miedo que se está observando en los afectados es «una reacción humanamente esperada» y aconseja, al igual que los otros expertos consultados, atención psicológica: «La recomendación sería que si tienen una sobreactivación que es limitante en su día a día que acudan a un psicólogo experto en estos procesos para disminuir la sintomatología asociada a la experiencia que ha vivido, como por ejemplo en personas que no pueden dormir bien».

Una persona toma una foto del caudal del río Ana a su paso por Burriana, CastellónEFE

Según Cima, otro de los profesionales de psicología consultados por este periódico: «Lo habitual en situaciones de estrés postraumático es que hay personas que las superan y se recuperan bien y solo están preocupados para la siguiente ocasión, tomando medidas preventivas y lo que es el miedo más patológico desaparece». Aunque hay casos en los que este miedo resulta a ser incapacitante «hasta el punto en que algunos cambian de ciudad, dicen que no pueden soportar vivir esta situación de alerta anual o cada poco», refiriéndose a los avisos por lluvias. «Eso sería cuando el problema le supera», ha sentenciado el profesor.

Como fórmula para sobrellevar la situación y superar este miedo, Párraga también concuerda en la misma línea y ha recalcado que en la mayoría de casos «no será un temor incapacitante, aprenderán a vivir con esa experiencia». La vocal del Colegio de Psicólogos también recomienda la ayuda psicológica en estos casos: «Los profesionales identificarán las sintomatología o indicios en las personas que podrían desarrollar un trastorno y derivarlos a salud mental».

Así pues, los expertos en psicología concuerdan en que este tipo de respuestas y comportamiento de los afectados son normales tras los sucesos vividos, que, cabe recordar, sucedieron hace tan solo cuatro meses. Según la opinión de los psicólogos, no todos los vecinos que han vivido la dana tienen por qué desarrollar un trauma y, aunque las solicitudes de ayuda psicológica han aumentado estos días al haber peligro de la llegada de un nuevo temporal, ese miedo no tiene por qué llegar a ser incapacitante para los afectados.

Los profesionales de la salud mental siguen incidiendo en la importancia de la ayuda psicológica para los afectados en este tipo de sucesos. Además de la línea telefónica que el Colegio Oficial de Psicología de la Comunidad Valenciana pone a disposición gratuita para dar apoyo y orientación a todos los afectados, también han surgido otras acciones altruistas de los expertos del sector.

La psicóloga Esperanza Dongil, profesora de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y coordinadora de la Comisión de estrés postraumático y malos tratos de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), ha escrito una guía para niños y adolescentes afectados por la dana donde se ofrecen pautas para explicar lo sucedido, así como para ayudarles a afrontar la muerte. Dongil señala que la tragedia «dejará profundas huellas en todos nosotros, especialmente en las personas que lo han vivido directamente, sobre todo niños y adolescentes. Huellas que pueden transformarse en cicatrices futuras si no reciben el apoyo necesario».