
Fachada de la Ciudad de la Justicia de Valencia
Condenado a cuatro años de internamiento por abusar sexualmente de un menor en 2010
En 2023, la víctima se enteró de otras posibles agresiones sexuales a menores de un colegio religioso
Un joven ha sido condenado por el Juzgado de Menores número 2 de Valencia a cuatro años de internamiento en régimen cerrado, seguidos de un año de libertad vigilada, por haber cometido una agresión sexual contra un menor de ocho años en la localidad de Buñol en 2010. Asimismo, la sentencia incluye la obligación de participar en programas de reeducación en materia de sexualidad e igualdad.
Según ha adelantado Las Provincias, durante 2010, el menor estuvo yendo a clases de natación en la piscina municipal de Buñol. Una tarde, al acabar la sesión, los niños entraron al vestuario a ducharse y cambiarse, pero el día que ocurrieron los hechos, el menor tardó más que el resto de sus compañeros, por lo que se quedó solo en el vestuario. El agresor, que en ese momento tenía 16 años, aprovechó la situación para abusar sexualmente del niño de ocho años.
El menor se encontraba dentro de una de las duchas cerca de la puerta cuando el pedófilo se puso enfrente de él para impedirle la salida. «¿Quieres jugar un poco?», le preguntó. El niño no quiso y el agresor, ante la negativa, lo agarró con fuerza del brazo y se lo llevó a otra de las duchas que estaba más alejada de la puerta, donde le obligó a ponerse cara a la pared.
El niño, nervioso y bloqueado ante la situación, obedeció al agresor. «Esto no se lo puedes contar a tus padres, ¿me lo prometes?», estas fueron las palabras tras cometer la agresión sexual con penetración y, además, le recordó que los niños buenos «cumplen sus promesas».Debido a estos sucesos, la víctima experimentó una profunda sensación de soledad, dolor, tristeza, culpabilidad e incertidumbre en sus relaciones sociales, afectivas y familiares, tal como se detalla en la sentencia. El niño dejó de asistir a las clases de natación y, por un largo tiempo, evitó usar los vestuarios al realizar actividades deportivas con sus amigos.
Los hechos ocurridos hirieron tanto al menor que decidió no contar a nadie su sufrimiento hasta marzo de 2023. Con 22 años recién cumplidos, la víctima se enteró de unos hechos que hicieron cambiar su actitud. Se enteró de que el joven que lo había agredido sexualmente cuando era niño tenía vínculos con los estudiantes de un colegio religioso. Además, supo que la dirección del centro había recibido quejas de otros menores sobre los actos que el pedófilo habría perpetrado.
Fue entonces cuando decidió revelar a sus padres el secreto que lo había estado atormentando, con el objetivo de «cerrar una etapa de autofustigación» y evitar que otros niños pudieran sufrir lo mismo que él. El 20 de marzo de 2024, el joven se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de Buñol para interponer la denuncia contra el pederasta, contando con el apoyo de sus padres. La decisión no fue fácil, ya que tuvo que revivir los hechos al contarlos en la denuncia y durante el juicio, lo que provocó que sus pesadillas regresaran. Entre marzo y julio de 2023, recibió tratamiento psicológico y, ahora, después de la sentencia de conformidad, busca empezar a sanar la herida.
El acusado no admitió ni confesó la agresión sexual hasta el día del juicio. Tras revisar el informe elaborado por el Área de Investigación de la Guardia Civil de Buñol, la jueza abrió las primeras diligencias y la Fiscalía de Menores calificó los hechos como «un delito de abuso sexual», de acuerdo con el Código Penal en vigor en 2010.
Tanto la víctima como los investigadores de la Guardia Civil sospechan que el pederasta podría haber abusado sexualmente de otros estudiantes del colegio religioso, así como de otros niños con los que interactuaba en una falla y un teatro.