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La delegada fake

Pilar Bernabé se dedicó a dar titulares aprovechando su cargo de delegada y utilizando a periodistas que luego eran premiados por ella misma y que posteriormente las redes sociales se hacían eco en una campaña bien orquestada convirtiendo una fake new en una 'verdad' incuestionada por la izquierda

Actualizada 04:30

La Delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé, ha visto truncado su relato, construido el mismo día 29 de octubre, cuando tuvo que declarar ante la juez de Catarroja. El lunes 14 de abril tuvo que reconocer en sede judicial que había estado cinco meses lanzando bulos contra el presidente Carlos Mazón, contribuyendo a su linchamiento público y aprovechándose del dolor de las víctimas de la fatídica riada para obtener un rédito político de carácter personal.

Pilar Bernabé encontró su oportunidad y, como se dice en el argot periodístico, trabajó para que la realidad no le estropeara un buen titular. Sin duda, se dedicó a dar titulares aprovechando su cargo de delegada y utilizando a periodistas que luego eran premiados por ella misma y que posteriormente las redes sociales se hacían eco en una campaña bien orquestada convirtiendo una fake new en una 'verdad' incuestionada por la izquierda.

Pero el lunes de Pasión se convirtió en un vía crucis de siete horas en las que la delegada Bernabé tuvo que medir muy bien sus palabras porque declaraba como testigo y existe una obligación de decir la verdad y los jueces no se toman a la ligera cuando les mienten en sede judicial. Realmente, supongo que esa obligación fue una losa que aplastó la imagen que su partido le ha construido, porque al lunes de Pasión le acompañó el martes, día en el que también los ciudadanos conocimos que en la página web del PSOE constaba que era licenciada en dos carreras universitarias y que era una nueva fake new, es decir que era una nueva falsedad que pone de manifiesto que el que miente en su cualificación profesional tiene un problema grave de credibilidad. No obstante, a pesar de esa mentira, calificada como error por el PSOE, sus compañeros le organizaron un homenaje y le proclamaron candidata al Ayuntamiento de Valencia, sin preguntarse cuántos años lleva mintiendo sobre su cualificación profesional. Lo más sorprendente es que Pilar Bernabé usó como eslogan la frase «Es mi mejor momento», que es exactamente lo que tenía apuntado en una libreta la ministra de Igualdad: «Es nuestro momento» y «tenemos un plan».

Ya es muy significativo esa mentira profesional, pero más graves son las falsedades que ha ido tejiendo desde hace seis meses. Así, todos recordamos cuando dijo que estuvieron esperando a Mazón para enviar la alerta, pero en el juzgado afirmó que no esperaron al presidente. También recordamos que afirmó que no localizó a Mazón y en el juzgado ha reconocido que habló con él esa tarde. Igualmente, tuvo que rectificar la falsedad reiterada por ella misma y sus terminales políticas y mediáticas de que la Generalitat no actuó a pesar de conocer a primera hora de la tarde el desbordamiento del barranco del Poyo. Y tuvo que reconocer que en el Cecopi no se conoció esta situación hasta una llamada de la alcaldesa de Paiporta a partir de las 19 horas del día 29 de octubre. Del mismo modo, tuvo que declarar que en el Cecopi solo se estaba pendiente de la presa de Forata y que hubo un apagón informativo de la Confederación Hidrográfica del Júcar durante unas horas, cegando la posibilidad de adoptar medidas urgentes en los cauces del Poyo y la Saleta.

Estas tres mentiras, que ha tenido que reconocer en sede judicial, son solo el principio de una serie de falsedades que va a tener que ser rectificada paulatinamente porque durante seis meses ha afirmado que la competencia del control de los barrancos era de la Generalitat cuando las confederaciones hidrográficas son los organismos obligados de avisar sobre posibles desbordamientos. Así lo establece la legislación de Aguas y, concretamente, el artículo 94 de la Ley de Aguas, la estructura de las Confederaciones hidrográficas en el Real Decreto 984/1989 y el Reglamento de la administración pública del agua 927/1988, lo cual pone de manifiesto que la mentira acompaña como una larga sombra a Pilar Bernabé.

Por lo que ese «momento político» que reivindicó en su proclamación como candidata está pendiente de un hilo, judicialmente hablando, ya que su declaración ha suscitado múltiples dudas que serán sin duda analizadas en las próximas semanas tras escuchar a los responsables de la Confederación Hidrográfica del Júcar en el caso de que sean citados en sede judicial.

Esta es la realidad y sobre todo la credibilidad de una candidata que no ha dicho la verdad sobre su propia cualificación profesional, lo cual es muy grave porque al que miente en lo de menos cómo podemos creerle en cosas mucho más importantes. Más aún cuando crea un relato durante seis meses pretendiendo destruir personal y políticamente al presidente Mazón y tiene que desdecirse en sede judicial, y cuando utiliza la seguridad ciudadana para destrozar psicológicamente a dos ciudadanos, Salomé Pradas y Emilio Argüeso, antes de declarar en el juzgado.

Por eso ese «mejor momento» que utiliza la delegada como eslogan político es un nueva falsedad. Porque, como decía el poeta inglés Alexander Pope, « el que dice una mentira no sabe que tarea ha asumido, porque estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esa primera». Y eso no vale en los juzgados.

  • Fernando de Rosa es magistrado y diputado del Partido Popular en el Congreso.
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