Ágatha Ruiz de la Prada: «No le enseñé el libro a nadie, porque entonces en vez de 300 palabras tendría 20»

Ágatha Ruiz de la Prada ha sido una de las protagonistas del Clec Fashion Festival de Valencia, que se ha celebrado el viernes y el sábado. La diseñadora ha estado en la ciudad del Turia para presentar su nueva colección y su libro Ágatha Ruiz de la Prada. Mi historia, una biografía escrita por el periodista Pedro Narváez donde la marquesa abre una ventana a su vida privada detrás de los focos.

«Cuento cosas muy bestias en el libro, cada 10 o 12 páginas aparece alguna barbaridad», afirmó la diseñadora durante el acto de presentación. Y, aunque tiene una memoria «terrible», Ágatha afirmó que esta es su mejor biografía hasta el momento, de «entre todas las que hay y las que están en camino». «No le enseñé el libro a nadie, porque entonces en vez de 300 palabras, tendría veinte», confesó.

Todos conocemos su rol como la heterodoxa diseñadora que ha conseguido mantener su marca a flote por más de 30 años. Esto no debe ser tomado a la ligera, pues, como se dice en el mundo de la moda, lo difícil no es llegar arriba, sino mantenerse. Pero De la Prada no solo lo ha logrado, sino que continúa superando las expectativas cada colección, como así ocurrió en Clec Fashion Festival.

En su vida hay dos constantes. Por un lado, el trabajo, que siempre «disfruta enormemente». En parte, explicó, porque su madre le dio total libertad para hacer con su vida lo que quisiera. Y, por otro, la cultura, a la que recurrió en sus momentos más difíciles, como cuando vivió su divorcio. Al producirse, fue al Museo del Prado porque, según explicó, «la cultura sana, la cultura cura».

Musa de La Movida, de cuna noble y feminista, Ágatha Ruiz de la Prada ha vivido múltiples vidas. De hecho, contó que fue una de las pioneras que se atrevieron a desafiar la Ley de Sucesión de Títulos Nobiliarios que discriminaba a la mujer frente al varón.

Ropa «para gente feliz»

La diseñadora es de todo menos silenciosa, algo que refleja muy bien su estilo atrevido y colorido, donde no pueden faltar una flor o un corazón fucsia. Sus diseños son «la ropa feliz, para gente feliz», algo que siempre nos recuerda la paleta de colores arcoíris que aterriza cada temporada en sus pasarelas.

Pero no todo fue un camino de rosas para la diseñadora. De hecho, contó durante su intervención que, en el inicio de su carrera, «la moda era solo para modistas y costureras». Tras luchar por lograr que su trabajo fuese reconocido, Ágatha intentó ser lo más optimista posible, sobre todo en lo referido a la cuestión medioambiental.

«La mayoría de mis prendas están hechas con materiales completamente ecológicos y telas recicladas. Pero, al ser un poco más caros, la gente los compra menos», explicó. La presentación de su biografía la concluyó de forma contundente reafirmando una cuestión que la cuarta edición del Clec Fashion Festival ha puesto en el punto de mira: «Todo el mundo tiene que ser sostenible, no hay otro futuro».