Clec Fashion Valencia
Gilles Lipovetsky, pensador francés: «París ya no dicta la moda»
El filósofo y sociólogo francés cree que «vivimos en una nueva era de globalización de la moda» que están conformando un universo cada vez más ecléctico
El Clec Fashion Festival contó con la presencia, en su segunda y última jornada, con la presencia del filósofo y sociólogo francés Gilles Lipovetsky, quién reflexionó ante los asistentes sobre lo que llama la «moda moderna». Una moda individualizada en la que uno mira por su propio interés y no por el bien general.
«Vivimos en un mundo descentralizado», firmó Lipovetsky. Las fashion weeks han llegado a prácticamente todas las ciudades más importantes y la fama de los creadores de todo el mundo es ya equiparable a la de las grandes maisons parisinas. Es por eso que, según el filósofo, «París ya no dicta la moda».
Actualmente, son los influencers quienes fijan o determinan los estándares incluso al mismo nivel que las grandes marcas. «En cierto modo», destacó, «vivimos en una nueva era de globalización de la moda» y fue la alta costura la primera en dar el paso hacia la misma. Esto se explica porque los consumidores de grandes firmas la copiaban en cierta manera.
La moda hoy no solo es capaz de traspasar mares y fronteras; también vivimos una aceleración de la temporalidad. «Las tendencias son la muestra de que hemos creado una moda de usar y tirar», afirmó Lipovetsky. El mayor ejemplo de esto es la fast fashion. Webs, redes sociales… todo se vende por Internet y son estas plataformas las que mantienen las prendas en constante cambio.
Por ejemplo, páginas como Shein llegan a alcanzar las 30.000 novedades al año y no hace mucho tiempo, las tendencias se mantenían durante cerca de seis meses y, ahora, «es un influencer quien las crea y a las tres semanas llega otro con una nueva», explicó. «El cambio y la velocidad ya existía como tal, pero ahora se ha multiplicado», precisó.
La elegancia era la máxima estética que compartían las marcas de alta costura. Demostraba una jerarquía con respecto a la calle. «Este universo también ha desaparecido», confirmó Lipovetsky. «Ahora todos los estilos van de la mano. Mezclamos el vintage con el grunge o el streetwear con el punk».
Un universo ecléctico
Esto explica el crecimiento de los diseñadores que hoy rompen con los cánones que conocíamos. «La moda se ha convertido en un universo ecléctico», apuntó el sociólogo. Esta mezcla de estilos se convierte en realidad cuando se combina un vestido de Visori con un bolso vintage de los años 50 o cuando se rompe con los códigos masculinos y femeninos.
La moda se convierte, en muchas ocasiones, en vehículo de una imagen irreal de los cuerpos. «Hay que decir: ya no hay normas, todas y todos somos bellos. Es magnífico ver todo tipo de personas en las pasarelas», afirmó el filósofo. La idea de «fat is beautiful», aunque parezca que sí, socialmente no se acepta y éticamente es lo correcto. Esta colisión es la que provoca un golpe de comunicación en el que nadie sabe qué está bien.
No solo la representación y la atemporalidad son importantes. La ecología juega un papel fundamental en este sector. «Nos encontramos ante una revolución», aseguró Lipovetsky. «Desde que existe la moda a finales de la edad media, jamás se había planteado la responsabilidad». La moda siempre había representado el juego, el hedonismo, la estética, pero no la responsabilidad.
Hoy esto ha cambiado radicalmente a causa del desafío ecológico y medioambiental al que nos enfrentamos, que amenaza un futuro que imparablemente se hace presente. «El desafío está claro», afirmó Lipovetsky, quien añadió que «tenemos que reinventar la moda, hacerla responsable y sobre todo hacernos a nosotros mismos de cara a un futuro».
La moda vive en el ahora, el pasado está demodé y el futuro no existe. Es la temporalidad del presente y por eso se tiene que integrar en un paradigma que no conocía: el futuro. Los jóvenes creadores y las marcas ahora se responsabilizan por el planeta porque en sus manos recae la responsabilidad, por eso la moda camina hacia la integración de un paradigma que antes le era desconocido: el futuro.