Un grupo de gorrillas okupa un solar y levanta chabolas en el centro de Valencia: «Esto es un nido de ratas»
La finca está en la calle San Vicente, junto a la estación del AVE, y se encuentra en un estado deplorable, con basura acumulada y comida pudriéndose al sol
Un grupo de gorrillas ha okupado un solar en el centro de Valencia y ha levantado unas chabolas. El terreno en el que están estos okupas se ubica en pleno centro de Valencia, en la calle San Vicente Mártir, 146, junto a la estación de trenes de alta velocidad Joaquín Sorolla y a tan solo cinco minutos de la Plaza de España. Este descampado está rodeado por diferentes bloques de pisos que, como consecuencia, tienen esas caóticas vistas al lugar. Además, el terreno es colindante con unos apartamentos turísticos y una reconocida clínica dental que sufren las consecuencias.
Los vecinos explican a este periódico que se trata de tres jóvenes, de entre 25 y 30 años, aunque se desconoce su nacionalidad. Durante el día ejercen de gorrillas en las plazas de aparcamiento cercanas al solar okupado, concretamente a la altura de la sede de la ONCE en Valencia. Los vecinos explican que estos jóvenes no acuden a su asentamiento ilegal hasta el anochecer. Por ello, no tienen mucha información sobre ellos, salvo por lo que divisan desde sus ventanas.
La puerta de entrada al terreno está cerrada con un candado, al que tiene acceso el propietario y los obreros que necesitan acceder a materiales de obra que se encuentran en el interior. Por ello, los okupas entran saltando la valla. Las chabolas están hechas a base de los materiales de construcción que están dentro del recinto. Han colocado diferentes bloques de cemento formando las paredes junto con una lona para hacer el techo, aunque hay otra hecha a base de palés y cajas de madera.
El solar se encuentra en muy malas condiciones: lleno de escombros, con los restos de hogueras, los excrementos de los okupas, basura tirada por el suelo, comida pudriéndose al sol en esta época de altas temperaturas... Todo esto provoca un gran malestar entre los vecinos, como asegura el presidente de una de las fincas afectadas: «Esto es un nido de ratas».
Un solar problemático
Los vecinos llevan aproximadamente un año lidiando con este problema, aunque aseguran que el terreno siempre ha estado okupado por personas sin hogar. Dado el hartazgo por la situación, se han decidido a unirse todos los bloques de pisos para conseguir que dar con el propietario del terreno para que tome medidas en el asunto.
Los residentes se sienten desamparados, ya que no saben cómo acabar con esto, además, de que desconocen a quién pertenece el solar. Estos días los vecinos se están reuniendo para ver cómo pueden atajar la situación, según confirma el mencionado presidente de una de las fincas a este periódico. El problema está en que la Policía no puede tomar acciones legales contra los okupas, al ser una propiedad privada y no contar con una orden judicial.
Los vecinos tienen que cerrar las ventanas de sus casas por el humo de las hogueras que prenden los okupas
La situación llega hasta tal punto que los vecinos aseguran tener que cerrar todas las noches las ventanas por seguridad y porque este grupo se dedica a encender hogueras todas las noches. Por ello, los afectados tampoco pueden secar su ropa en la ventana, para que no se ahúme. Pero sin duda, lo que más les preocupa, a la mayoría, es la posibilidad de que se origine un incendio, y más con el reciente recuerdo del trágico suceso de Campanar todavía en la mente de los valencianos.
Uno de los afectados que vive en la calle Gil y Morte, cuyas viviendas dan a la finca okupada, asegura haber llamado repetidas veces a la Policía Local de Valencia. «Cuando la Policía les pidió explicaciones, dijeron que estaban trabajando ahí», relata el vecino, indignado después de que los agentes se marcharan del lugar tras esas explicaciones.
Los vecinos denuncian no sentirse amparados por ninguna de las instituciones valencianas y exigen que se tomen medidas al instante, ya que temen que si no se soluciona este problema aumente el número de okupas y con ello empeore la situación. «Si no se corta ya, es cuando viene el problema. Si están cómodos, se facilitará que haya un asentamiento mayor, y eso es lo que no queremos», advierte otro de los vecinos. Este periódico ha tratado de localizar a los okupas para recabar sus testimonios, sin éxito.