Combate naval entre el navío Catalán al mando de Serrano y el Mary al mando de VernonRafael Torres Sánchez

Historia

Así era la Armada española en el siglo XVIII: secretos profesionales, formación y éxito educativo

  • La Universidad CEU San Pablo celebró el I Seminario Internacional de Historia Naval

  • El cuerpo militar en aquella época no pasaba por su mejor momento. Sin embargo, los marineros, capitanes y científicos que iban a bordo de los buques estaban muy bien formados

la Armada española es uno de los mejores cuerpos de nuestro ejército como está demostrando el buque escuela Juan Sebastián Elcano en el viaje que está realizando en estos momentos. Dentro del mundo militar Inglaterra, Francia, Italia e incluso los Estados Unidos nos miran con cierta admiración. Aunque no siempre ha sido así. A lo largo de la historia, nuestro país se ha enfrentado a alguno de estos países en batallas navales.

En el I Seminario Internacional de Historia Naval: La Armada española en el siglo XVIII celebrado en la Universidad CEU San Pablo se mostró una parte de nuestro ejército que siempre queda oculta en los libros de historia debido a que «la historia de la Armada se cuenta desde 1805», tal y como afirmó el catedrático de la Universidad de Navarra, Rafael Torres Sánchez. El motivo de que se enseñe desde este año se debe a la Batalla de Trafalgar.

El siglo XVIII es una época de decadencia militar, el gigante español se veía abocado a un destino oscuro y sombrío mientras que los países vecinos, Francia e Inglaterra, brillaban cada vez más. Es evidente que la Armada no era «potente», pero sí sus marineros, capitanes y científicos que iban a bordo de los buques. El principal motivo de este declive fue una crisis financiera originada por el descenso de la producción agrícola, la presión fiscal y la rigidez de los gremios para adaptarse a los nuevos tiempos.

Uno de los problemas que afectaron al cuerpo militar fue la «munición de boca», la comida es un factor determinante en los navíos, y más durante esta etapa histórica. Un buque español estaba diseñado para almacenar comida durante 3 meses. La capacidad de víveres es la que determinaba un navío.

Los ponentes del I Seminario Internacional de Historia NavalManuel Manahén García

Dilemas a la hora de partir

Antes de embarcar, el secretario de marina debía decidir si los productos que meterían en las bodegas fuesen producidos o comprados. Si se optaba por la compra, eso significaba que en pocos días un buque pondría rumbo.

Por su parte, la producción implicaba arriesgarse ante ciertas dificultades y temeridades al no estar el mercado articulado. En España se optó por la compra de productos, «esto provocó en el país una nacionalización que no se logró durante el periodo de los Austrias», matizó el catedrático, Rafael Torres Sánchez.

Un problema que surgió con la nacionalización fue a la hora de elegir entre un mercado o monopolio. España quería evitar intermediarios que se llevasen una comisión y, además, le interesaba imponer un precio determinado. Los costes a la hora de mover un navío variaban en función del lugar y el tiempo que iba a estar en alta mar. Un barco por el Océano Pacífico costaba casi el doble que uno por el Mediterráneo; por estos motivos España se decantó por el monopolio.

Uniforme de la Armada española s. XVIIIRafael Torres Sánchez

Un factor que debían tener en cuenta era la seguridad y el marco estable de los navegantes. El empresario pedía al gobierno legalidad, esto se concedía a través de un contrato público que era transparente y lo conocían todos los marineros y proveedores.

Para muchos capitanes el control de los alimentos era fundamental, no solo por dar de comer a la tripulación, sino porque debían repartir el peso para no hundirse. Era tal la importancia del peso que ningún producto llevaba el mismo envase.

La Armada supuso un avance en «I+D culinario», el gazpacho es el mejor ejemplo. En cambio, los ingleses se decantaron por sustituir el pescado por carne y comer únicamente productos que ellos mismos producían. Respecto a la cocina que tenían los barcos, esta constaba de un horno y dos fogones de ladrillo y cal.

Un beneficio con el que contaban los comandantes era que podían llevar su propia comida, esto generaba ciertos acercamientos hacia esta figura por estos beneficios y por su alto cargo.

División de un navío de la Armada en el siglo XVIIIRafael Torres Sánchez

Formación de los pilotos

Los capitanes de navíos recibían una de las mejores formaciones. La Armada española pasó de utilizar barcos de dos a tres puentes. De esta manera debían saber virar y maniobrar en la batalla. Estos buques se basaban en la línea de batalla debido a la falta de movilidad. La solución a este problema la propuso el Padre Hoste con la geometrización, un sistema que se basaba en desplazarse a través de líneas (imaginarias) podían rotar el navío.

Durante el reinado de Carlos II se renovó el conocimiento. Esto afectó para bien a la educación de los marineros españoles. La Carrera de las Indias fue el conjunto de rutas que unieron Castilla con sus virreinatos americanos. Para poder navegar por estas aguas los pilotos y artilleros se formaban en la Escuela de San Telmo de Sevilla.

Navío de tres puentes de la Armada españolaArchivo de la Armada

Un factor determinante para su examen era la experiencia, gracias a ella aprendían la inclinación del sol, accidentes geográficos y la posición de las estrellas que ayudaba a orientarse en el mar. Años más tarde, en 1717 se funda la Academia de Guardamarinas, de ella salían oficiales que eran el prototipo de marineros ilustrados.

La Academia de Guardamarinas no fue un modelo definitivo ya que se fue puliendo con los pasos de los años. La primera acción científica de esta escuela vino de la mano de Jorge Juan y Antonio de Ulloa, su avance fue la medición de un meridiano, con estos datos se dedujo que la Tierra no era completamente esférica.

En este mismo siglo, se funda las Escuelas de Pilotos de la Armada o Reales Escuelas de Navegación, estas academias se encargaban de examinar a los futuros marines que pilotasen buques de guerra.