Los principios inquebrantables de los boinas verdes: «Preparados para lo peor»

«Acabamos la semana con este vídeo que responde a una pregunta ¿Por qué me hice un boina verde? y nuestros guerrilleros responden... vocación, esfuerzo, hermandad....». Con este mensaje, el Ejército de Tierra difundió en la noche del domingo un llamativo video en el que u miembro de Operaciones Especiales explica sus motivaciones. Los célebres «boinas verdes», también conocidos como los guerrilleros, son un cuerpo de élite, con una exigente y dura preparación militar, preparados para misiones muy concretas. Fundamentalmente están capacitados para la destrucción de objetivos estratégicos que se encuentran detrás de las líneas enemigas mediante golpes de mano. También son especialistas, según detalla el Ejército de Tierra, en la señalización de objetivos mediante láser para su destrucción por un avión, captura de personalidades o rescate de rehenes.

Por supuesto, su labor es clave en su infiltración detrás de las líneas enemigas para transmitir información estratégica sobre el terreno. Y también destacan en el entrenamiento y apoyo de unidades o personal afín en territorio extranjero.

«Nunca quise un trabajo normal, nunca quise una vida normal. Te levantas, vas al trabajo, vuelves a casa, te acuestas… Quiero hacer de mi propia vida una aventura». Con estas palabras en off comienza el vídeo, que va enlazando imágenes de los entrenamientos de los boinas verdes. «El verdadero campo de batalla está en mi mente», prosigue el narrador. «Seguir los pasos que dieron otros…». El vídeo muestra una selección de imágenes impactantes, que reflejan la dureza de las pruebas. Lo cierto es que los guerrilleros tienen una acreditada imagen, ganada a pulso durante décadas y curtida en complejas misiones: Afganistán, Líbano, Bosnia, Irak, Mali, Kosovo y la República Centroafricana o Irak.

En un documento del Ministerio de Defensa sobre el MOE se recoge el siguiente texto que refleja la naturaleza del trabajo de los «guerrilleros».

«Desde las encamisadas de nuestros viejos Tercios en los campos de Flandes, pasando por las tácticas genuinamente guerrilleras durante nuestra Guerra de Independencia, hasta el moderno concepto de Operaciones Especiales, siempre se ha requerido de soldados que, animados de espíritu romántico, a pie y sin dinero, no encuentren a sus pies riscos vedados. Soldados que, porque lo viven, porque se arriesgan, hacen brillar nuestro lema».