Ejército del Aire F-22, F-35, Eurofighter, SU-57... los diez cazas de combate de última generación más potentes
F-35 Lightning II, F-22 Raptor, Eurofighter Typhoon, F-18 Super Hornet... los cazas de combate son pieza clave de las fuerzas aéreas de cualquier país y, con el desarrollo de las nuevas tecnologías, se han convertido en maquinarias militares de última generación. La electrónica, los sensores, la inteligencia artificial y la hiperconectividad, junto a su poderoso armamento, ha generado una espiral de competencia entre empresas y fuerzas armadas, que temen quedarse atrás frente a potenciales enemigos. Más allá de las inevitables comparaciones, estos aviones son ejemplos de los sofisticados avances tecnológicos desarrollados por los ejércitos de todo el mundo para alcanzar la superioridad aérea... a la velocidad del sonido.
Estos aviones son además actualizados con frecuencia, por lo que suelen incorporar nuevas versiones de sus sensores y sistemas informáticos. España cuenta con los Eurofighter Typhoon para ir dejando atrás a los F-18 Hornet, que por cierto se mantienen en plena forma como han demostrado con creces en los últimos meses, particularmente en sus misiones con la OTAN. España pone la vista en el futuro Sistema de Combate Aéreo (FCAS), en cuyo centro se encuentra un caza de última generación. Se trata de aeronaves altamente digitalizadas e inteligentes: el FCAS será capaz de controlar en tiempo real enjambres de drones, que actuarán como sus plataformas de armas; y el EuroDrone operará a miles de kilómetros de su base en cualquier punto del planeta mientras es controlado a través de una red de satélites.
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FCAS, el caza europeo del futuro que volará en una «nube de combate»
Pero vayamos por partes. El F-22 Raptor de quinta generación, utilizado por la US Air Force, combina una mezcla de elementos militares difícilmente superable: sigilo, velocidad, agilidad y armamento letal aire-aire y aire-tierra de largo alcance.
Una de las grandes ventajas del F-22 es su arquitectura de sistemas abiertos y su ingeniería digital, que permiten la conectividad con otras plataformas en apoyo de la estrategia de operaciones conjuntas de todos los dominios de la Fuerza Aérea. Pero sin duda el F-22 sobresale por su tecnología furtiva, que lo hace prácticamente indetectable a los radares enemigos. Entre los problemas que presenta el principal es su elevadísimo coste económico, aunque también han jugado en su contra la prohibición estadounidense de exportar el Raptor a otros países y el desarrollo del más económico F-35 Lightning. Hay que señalar que Lockheed Martin está aprovechando las similitudes de quinta generación entre el F-22 y el F-35 para desarrollar capacidades de combate.
El F-35A es el caza de quinta generación más reciente de la Fuerza Aérea de EE. UU. Tiene una velocidad máxima de Mach 1.6 y un techo de vuelo de 15.000 metros. Según señala la US Air Force el paquete de sensores avanzados del F-35A está diseñado para recopilar, fusionar y distribuir «más información que cualquier caza en la historia». Este caza presenta una enorme capacidad de procesamiento, arquitectura abierta, sensores sofisticados, fusión de información y enlaces de comunicación flexibles, lo que supone indudables ventajas en las operaciones de combate. Hay nueve países involucrados en su desarrollo (Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Turquía, Canadá, Dinamarca, Noruega y Australia).
Los sensores electrónicos del F-35 incluyen el Sistema de apertura distribuida electroóptico (DAS). Este sistema proporciona a los pilotos conocimiento de la situación en una esfera alrededor de la aeronave para advertir del peligro de misiles. Toda la información de inteligencia y orientación que un piloto de F-35 necesita para completar la misión se muestra en la visera del casco.
Frente a los F-35, Rusia enfrenta los Sukhoi SU-57. El desarrollo de la quinta generación de cazas ha desembocado en una auténtica guerra industrial, acelerada por la invasión rusa de Ucrania. Estados Unidos y Rusia compiten a marchas forzadas por encabezar esta carrera. La información sobre el avión ruso es más bien opaca, pero su velocidad máxima se estima en Mach 2 (dos veces la velocidad del sonido) con una altitud máxima de 20.000 metros y un rango de 1.500 kilómetros en modo supersónico.
Su tecnología furtiva es una de las claves de su diseño, al igual que ocurre con los cazas estadounidenses de última generación. Aunque poco se sabe de él, y apenas se ha visto, según explicaba Sukhoi, puede destruir todo tipo de objetivos aéreos en combate de corto y largo alcance, así como destruir objetivos de superficie y superar sistemas de defensa aérea enemigos. Su intervención en Ucrania ha sido mínima por ahora y apenas se han reportado actuaciones, En la actualidad, los rusos están desarrollando el Sukhoi Su-75 «Jaque mate», que en teoría superará al 57 en todos los ámbitos.
El hermano pequeño del SU-57 es el supersónico SU-35, de cuarta generación pero altamente maniobrable y con capacidad para reabastecimiento de combustible en vuelo. Su diseño está basado en el Su-27, un aparato mítico, pero este es un caza polivalente, es decir, puede efectuar misiones de combate aire-aire contra otros aviones, pero también misiones de ataque aire-superficie. China cuenta con dos docenas de este tipo de cazas, adquiridos en 2019. De hecho, aviones militares chinos SU-35 cruzaron el estrecho de Taiwán ante la reciente visita de Nancy Pelosi a la isla. Estos aviones pueden almacenar hasta 8 toneladas de armamento. Toda una tarjeta de visita y un mensaje claro a las autoridades norteamericanas.
En este contexto, los Eurofighter Thypoon no tienen nada que envidiar a sus rivales aéreos, aunque sus capacidades son obviamente distintas. Los F-18 Hornet españoles y los Super Hornet estadounidenses se mantienen además con sus capacidades plenamente operativas.
En enero de 1998 se firmó el contrato para la producción de 620 aviones Eurofighter para las Fuerzas Aéreas de Alemania, Italia, España y Reino Unido. En mayo de 2004 tuvo lugar la entrega del primer avión a España y se creó el primer escuadrón en al Ala 11 en Morón. Ya en julio de 2008, los Eurofighter del Ejército del Aire entraron a formar parte del Sistema Integrado de la Defensa Aérea de la OTAN, actuando en misiones de Alerta de Reacción Rápida desde su base de Morón. No fue hasta abril de 2012 cuando el Eurofighter se integra en el 142 Escuadrón del Ala 14 en la base Aérea de Albacete.
El Eurofighter está diseñado para ser actualizado y ampliado, y está dotado con un imponente sistema de armamento: lleva hasta 6 bombas y 6 misiles, un cañón y una cápsula de orientación. Su velocidad máxima es de 2 Mach y el Gobierno español acaba de adquirir 20 nuevas unidades a Airbus por más de 2.000 millones de euros. Los aparatos, que comenzarán a entregarse en 2026, sustituirán a los actuales F-18 que operan en las islas Canarias.