Ejército del Aire Saeta HA-200, el primer reactor español que abrió camino a los modernos cazas F-18 y Eurofighter
Mediados de los años 50. Las Fuerzas Armadas españolas disponen por primera vez de aviones a reacción, convertidos con el tiempo en piezas clave del sistema de defensa aérea de aquel entonces. Uno de ellos estaba destinado a convertirse en un aparato mítico: el HA-20 Saeta, de fabricación española.
Los primeros reactores en incorporarse a las filas del Ejército del Aire fueron seis T-33 Shooting Star, que en 1954 aterrizan en la Base Aérea de Talavera La Real. Eran aviones biplaza de entrenamiento para la formación de los pilotos de combate españoles, tal y como rememora el Ejército del Aire en «Cultura Aeronáutica». El T-33 llegaba a España con una cierta aureola de prestigio, ya que arrastraba la fama de haber sido el primer jet que lograba vencer a otro jet en combate aéreo: el derribo de un Mig-15 ruso durante la Guerra de Corea. El T-33 fue además la primera aeronave que sobrepasó los 1.000 kilómetros por hora.
El otro avión que se abrió paso comenzó su andadura un 12 de agosto de 1955: aquel día hacía su primer vuelo un reactor de fabricación española: el Hispano Aviación HA-200. «El Saeta supuso un verdadero hito en nuestra industria aeronáutica gracias a la colaboración del ingeniero alemán Willy Messerschmitt. Era un avión de entrenamiento con motor a pistón y un birreactor de escuela y asalto», describe «Cultura Aeronáutica».
El Saeta fue un avión mítico: además de ser el primer reactor de fabricación española, desarrolló algunas innovaciones como la cabina presurizada; y, además, fue el primero que España exportó, en concreto, a la Fuerza Aérea de Egipto.
Con el T-33 y el Saeta, España entró en la senda de los aviones a reacción, sobre la que otras aeronaves han sobrevolado después: Sabre, Starfighter, Phamtom, F-5, F-1, Mirage III, F-18, Eurofighter...
Fue en los años 70 cuando los Saeta con base en Gando (Gran Canaria) desempeñarían un papel fundamental en el conflicto del Sáhara. En diciembre de 1974 tuvo lugar una de las acciones de guerra del Saeta, cuando dos aparatos atacaron con cohetes una posición donde se habían hecho fuertes combatientes polisarios. Los Saetas hicieron un ataque de gran precisión en una zona muy rocosa. La última unidad del Saeta sirvió en el Escuadrón 214 de Morón de la Frontera y fue dada de baja en 1981.
Las huellas del Saeta aún se dejan sentir a lo largo y ancho de España. Como anécdota, en las inmediaciones del estadio del Atlético de Madrid, el Wanda Metropolitano, se instaló una antigua aeronave Hispano Aviación HA-200D Saeta, un homenaje a la época en la que el club fue el Atlético-Aviación. El Atlético de Madrid estuvo muy ligado al Ejército del Aire tras la Guerra Civil española. Como indica el club en su web, «con la llegada de la guerra civil en el año 1936 fueron suspendidas las competiciones oficiales. Cuando finalizó el conflicto, el club se fusionó con el Aviación Nacional, sección deportiva del Ejército del Aire, bajo la nueva denominación de Athletic Aviación de Madrid». El Aviación Nacional estaba formado por jugadores de fútbol y miembros de ejército con buenas cualidades en este deporte como solución para la subsistencia del club. El día 4 de octubre de 1939 se firmó el acuerdo de la unión, dando lugar al nacimiento del Athletic-Aviación Club, que pasaría a denominarse definitivamente Club Atlético-Aviación en enero de 1941. Esto permitió competir al equipo en la primera Liga disputada tras la Guerra Civil.
Hace dos años, en septiembre de 2020, el Acuartelamiento Aéreo de Tablada (Sevilla) inauguraba un monumento dedicado a este avión a reacción pionero de la aviación española, que fue utilizado por el Ejército del Aire como avión de entrenamiento, pero también en misiones de ataque a tierra.