Así se las apañan País Vasco y Cataluña para recibir ayuda del Ejército español sin reconocerlo
La ayuda del Ministerio de Transición Ecológica para los incendios incluye pilotos y aviones militares
El pasado 24 de octubre, Vizcaya vivió en Balmaseda el mayor incendio que ha conocido esta provincia. El fuego se extendió incluso a la provincia de Burgos. Fue tal la virulencia de las llamas que tuvo que intervenir la Unidad Militar de Emergencias (UME). Sin embargo, la UME se quedó solo en la provincia de Burgos, no entró en el País Vasco porque el gobierno nacionalista de Íñigo Urkullu no se lo pidió como es pertinente.
Algo similar sucedió ayer cuando un fuerte incendio arrasó los alrededores de Berango. Nuevamente, el Gobierno vasco se resistió a la entrada de los militares españoles en su territorio… O quizá no tanto. Porque los aviones y los pilotos que los dirigían que envió el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico para colaborar en la extinción del fuego pertenecían al Ala 43 del Ejército del Aire. Solo que, al ser enviados por un ministerio civil, el Gobierno vasco no tuvo que reconocer que recibió ayuda del Ejército español, algo que no habría sentado nada bien entre sus correligionarios y simpatizantes.
Algo similar sucede en Cataluña, en Castilla y León, en Madrid, en Extremadura o en cualquier otra región española. Solo que en Madrid, Castilla y León o en Extremadura no tienen ningún reparo en que el Ejército les ayude y en el País Vasco y en Cataluña la ceguera nacionalista les impide reconocer que necesitan la eficacia y gran labor que desarrolla el Ejército español en las innumerables misiones en las que participa, entre ellas en la extinción de incendios.
Y esta colaboración entre el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico se produce gracias al acuerdo suscrito el 28 de julio de 2020 y publicado en el BOE del 6 de agosto de aquel mismo año entre ambas instituciones, que no dejaba de ser una prolongación de la colaboración que existe desde hace décadas. El mismo acuerdo de 2020 reconoce que «el 43 Grupo de las Fuerzas Aéreas ha venido colaborando con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en este ámbito durante más de 45 años».
Este mismo acuerdo establece en su Primera Cláusula que su objeto es «establecer las condiciones de atención por el Ministerio de Defensa a las necesidades de operatividad, mantenimiento y disponibilidad de los medios aéreos de lucha contra incendios del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico». Y en la Segunda Cláusula explica que «los medios aéreos de lucha contra incendios operados por el 43 Grupo de Fuerzas Aéreas se adscriben orgánica y operativamente al Ministerio de Defensa y funcionalmente al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico». Asimismo, en la Cuarta Cláusula, la de la planificación, el acuerdo explica claramente que «durante la campaña de verano, el Ejército del Aire mantendrá como objetivo once aeronaves disponibles. Durante la campaña de invierno, se mantendrán dos aviones disponibles, que podrán incrementarse hasta un máximo de cinco».
Es decir, pertenecen al Ministerio de Defensa, son parte del Ejército español, pero trabajan para el Ministerio de Transición Ecológica. Pero aviones y pilotos siguen siendo militares del Ejército español, ese que tanto parece molestar a los gobiernos de Cataluña y País Vasco y suponen un motivo de orgullo para el resto de España.
De esta forma, este viernes, igual que el día 24 y lo mismo que en otras muchas ocasiones, el Gobierno vasco pidió ayuda al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.