Maniobras militares de Taiwán como respuesta a los ejercicios chinosAFP

Defensa  Hay más guerras que la de Ucrania

Ucrania es el escenario actual, donde se representa la tragedia, pero tras las bambalinas esperan su turno otros protagonistas incluidos en el guion del gran teatro del mundo. Acabamos de entrar en el siglo de la escenificación, el que una antigua doctrina militar española definía de manera rotunda y fácil de entender:

«Teatro de la Guerra: comprende los espacios terrestres, marítimos y aéreos afectados por la guerra en cualquier forma».

Don Pedro Calderón no se equivocaba:

Seremos, yo el Autor, en un instante,

tú el teatro, y el hombre el recitante

Estamos de nuevo ante la partida de ajedrez que se juega desde siglos, hoy con las piezas desparramadas sobre el tablero, sin orden ni concierto, aunque aún conservan su valor. Cada una el suyo. Rey y Reina. Peones los más, aquellos que un día quisieron igualarse y poseer todos los movimientos de cada pieza. Inútil intento. El mismo poder los hizo volver a su condición de simples peones, carne de cañón.

No es la guerra de Ucrania, que ahora se representa, la única a escenificar. El mundo está lleno de piezas que creíamos inservibles y que ahora reclaman su posición en el tablero para efectuar su estratégico movimiento.

Unos por Asia-Pacífico, otros por Europa, África repleta de peones a la que acuden caballos y alfiles. En América todos quieren ser protagonistas, a semejanza de aquella isla custodiada por las torres.

Desparramadas las fichas, el tablero es un desierto de posibilidades donde los jugadores deben quedar reducidos a dos; en eso está la clave; como siempre fue y será. Parece difícil, viendo las partidas históricas hasta ahora jugadas, que el juego se convierta en cosa de varios. Abonarán las fichas y apoyarán el movimiento, pero el juego será solo cosa de uno contra otro. Dos en lucha. Es la historia del mundo. Habrá alianzas, pero al mando de cada bando, dos en liza, un solo jefe.

En la tragedia griega solo se utilizaban dos actores con voz. Los figurantes podían ser muchos.

Ese es el reto al que nos enfrentamos. ¿Quiénes serán los nuevos jugadores de la obra de teatro en la que solo participaremos como peones del coro a propuesta del corifeo?

Sobrevuelan las palabras de Hobbes de manera trágica y no quisiéramos que proféticas: «Cuando el mundo se encuentra sobrecargado de habitantes, el único remedio es la guerra, que provee a cada hombre, ya sea con la victoria o con la muerte» (Leviatán, parte II cap. 30). Venía a sostener que las causas de la guerra son biológicas y económicas.

Claro que el presocrático Heráclito de Éfeso había vaticinado que «la guerra es padre y señor de todos los hombres y a unos hace siervos, a otros hombres libres». De ahí que las piezas del ajedrez no sean todas iguales en sus movimientos y capacidades.

Todo es un escenario de guerra: el gran teatro del mundo. Pasemos a la práctica con algunos datos objetivos.

Que cada cual valore.

Taiwán y China

Taiwán existe y no tan cercano como Ucrania para prestarle un apoyo sin condiciones. China no se abre a negociaciones en algunos temas vitales para su posición en el mundo. Camina despacio, pero jamás modifica su rumbo y el de Taiwán es de única dirección: una sola China.

El Indo-Pacífico es agua en ebullición. La Marina china impone su modernidad. Ya es cantidad y será calidad. Es cuestión de tiempo. Taiwán, el mayor y amenazante portaviones del mundo, se calienta en sus aguas, esas que divide para evitar un mar único chino.

China vive con aquel pasado y su enseñanza: el poder viene del fusil. No lo olvidan, aunque ahora para ellos la guerra no la genera la política sino la economía. Por eso duermen con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) y el fusil debajo de la almohada.

Las dos Coreas

Las Coreas siguen en guerra callada con un frágil armisticio que se romperá en cualquier instante. Podría ser esa la baza a tener en cuenta en cualquier guerra: el azar (Clausewitz). El inesperado factor de toda guerra que rompe con las previsiones. Hay guionistas que introducen efectos teatrales que asombran al espectador.

Corea del Norte dispara nuevos misiles balísticosAFP

Ceuta y Melilla

Si cualquier escenario de guerra es preocupante, el de España no está tan lejano, cada vez más cerca de su frontera estratégica (por tanto, de la OTAN, si es que Ceuta y Melilla entran dentro de sus planes).

Argelia y Marruecos

Rusia y Argelia maniobran juntas en sus territorios, en Osetia del Norte o en el desierto argelino: intercambian procedimientos de combate. Se preparan para la guerra. Argelia eleva su presupuesto militar por encima del 100 % y alcanzará el próximo año el 12 % de su PIB, algo muy sintomático y alarmante. ¿Cómo es posible? En la guerra siempre gana alguien y Argelia recoge los frutos del encarecimiento del gas y del petróleo. Dinero que se traduce en armas y posición de dominio en la zona.

Marruecos también eleva su presupuesto de Defensa hasta el 5 % de su PIB y su floreciente industria de Defensa cuenta con el apoyo y visto bueno de los Estados Unidos. La tecnología, entre sus retos de futuro. El Sáhara, en disputa y a España nadie le consulta; no debería extrañarnos.

La estabilidad de todo el Magreb es clave para España mientras vemos que el nivel de tensión en la zona aumenta de manera exponencial.

Depende de lo que ocurra en Ucrania nos quedaremos en una u otra situación, pero a simple vista ya vemos que el futuro es de una complejidad y riesgo tal que es urgente armarse y estar preparados para lo que desconocíamos o no queríamos ver: la guerra.

El Sahel

El escenario, preparado y a punto de levantarse el telón.

¿Hacia dónde mira con máxima preocupación nuestro más alto Estado Mayor, el llamado Estado Mayor de la Defensa?: el Sahel. Lo que allí ocurra va a tener una repercusión inmediata en España.

Esa franja es un infierno donde gobiernan los diablos. Con la caída de Libia, en su parte sur y en todo lo que rodea esa zona del Sahel, tanto Chad, como Níger, Mali, etc., las más variadas actividades criminales tienen el terreno abonado. Cualquier cosa encuentra allí un puerto de llegada y otro de salida para lo peor: incluso una bomba sucia. Todo cabe dentro de aquel infierno: tráfico de seres humanos, drogas, armamento, tecnología e incertidumbre. En términos estratégicos, la zona es una de las claves de la llamada «línea de proyección de estabilidad» a las que se atiende con la finalidad de controlar sus evidentes riesgos para la seguridad. La Unión Europea ha decidido abandonarla, su frontera sur queda amenazada gravemente y más cuando la penetración de Rusia es cada vez mayor y más evidente a través del grupo Wagner, una compañía de seguridad privada, cuyas reglas de juego son las que ellos imponen sin respeto a legalidad internacional alguna. España sigue allí con grave riesgo y esfuerzo descomunal, pero la zona cada vez está más alejada de la influencia occidental.

Operación antiterrorista en Mali©GTRESONLINE

No es solo Ucrania lo que está en juego. No nos engañemos. Aquello solo es la punta del iceberg de un mundo muy distinto en el que se asoma «la muerte, devastación y sufrimiento indescriptible» en palabras de Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

Nadie es capaz de predecir nada, pero las señales nos avanzan el futuro y no hay mayor evidencia que estudiar el pasado.

No hay un final a la vista. El horizonte está oculto bajo esa espesa niebla de la fricción. Serán dos los que la disipen y se encuentren frente a frente. Uno parece claro, el otro está en campaña.

¿Alejandro o Darío?

«Y por la mañana: hoy habrá tempestad, porque el cielo está rojizo y amenazador. ¿Sabéis discernir el aspecto del cielo, pero no podéis discernir las señales de los tiempos?».

El general Dávila comenta en una reciente entrevista en El Debate su libro El nuevo arte de la guerraJorge Ruiz

  • Rafael Dávila Álvarez es general de División (R.) y escritor