Defensa española Manuel García Ruiz, comandante de Elcano: «Ningún día es igual en la mar y pueden surgir problemas o situaciones que exigen reacciones»
Elcano lleva dos días realizando sus últimas pruebas de mar: simulacros de incendio, abandono de buque, ejercicios de hombre al agua y maniobras de velamen
El sábado 14 de enero el Buque-Escuela Juan Sebastián de Elcano partirá de Cádiz para iniciar su XCV Crucero de Instrucción
El capitán de navío Manuel García Ruiz afronta su segundo crucero de instrucción como comandante del Buque-Escuela Juan Sebastián de Elcano de la Armada, que este año dará la vuelta a Sudamérica.
En sus 30 años de servicio ha estado al mando de la fragata Álvaro de Bazán, el cazaminas Sella y el patrullero Bergantín. Su último destino fue en la Sección de Planes Estratégicos de la División de Planes. Es Diplomado de Estado Mayor (CEMFAS), Oficial de Acción Táctica (TAO) y especialista en comunicaciones, entre otros cursos que ha realizado a lo largo de su carrera militar. Además de marino, es licenciado en Historia y tiene una Diplomatura en Historia y Geografía.
Seis meses después de la última conversación que tuvimos en su camarote a bordo de Elcano, le pregunto sobre cómo será el 95 Crucero de Instrucción a bordo del Juan Sebastián de Elcano, el buque-escuela de la Armada que saldrá de Cádiz el sábado 14 de enero rumbo a Tenerife.
–Este es su segundo crucero como comandante de Elcano. ¿Lo afronta de forma diferente al anterior?
–La experiencia que proporciona un primer crucero me da cierta tranquilidad en determinados aspectos de la preparación del buque, pero, al mismo tiempo, eleva el nivel de exigencia para tratar de estar a la altura y mejorar en todo aquello que pueda.
–Esta semana han realizado las últimas pruebas de mar, que sirven para poner a punto el buque. ¿Qué maniobras o simulacros se han realizado?
–Por un lado, se han probado todos aquellos sistemas y equipos que han sido reparados o modernizados, así como el nuevo palo mesana, colocado el pasado mes de noviembre. Igualmente, importante es el adiestramiento en la mar de la dotación. Se llevan a cabo navegaciones y fondeos de precisión, simulacros de incendio a bordo, prácticas de abandono de buque, ejercicios de hombre al agua, de fallo en el sistema de propulsión o de gobierno y, por supuesto, ejercicios marineros, de izado y arriado de las diferentes velas del aparejo.
–La salida desde Cádiz nada tiene que ver con la del año pasado. Después de dos años por la pandemia, vuelve la tradicional procesión de la Galeona, las visitas a bordo, conferencias y abrazos de despedida, por primera vez en dos años. ¿Qué supone para la moral de la dotación y guardiamarinas?
–La vuelta a la normalidad es una buena noticia para la sociedad en general y particularmente para la dotación, sus familias y los gaditanos que quieren venir a visitar el barco y a despedirnos. Todos van a poder disfrutar de la estancia del buque en el puerto de Cádiz y recuperar tradiciones, como la de procesionar la Virgen del Rosario, la Galeona, que, además, embarcará a en este próximo crucero. Siempre velamos por que la moral de la dotación sea lo más alta posible, independientemente de las circunstancias, pero retomar estas tradiciones facilita, sin ninguna duda, este objetivo.
Intentamos que los españoles residentes en el país puedan sentirse cerca de España, pisando nuestra cubierta, asistiendo a una recepción o jurando bandera a bordo
–Con todo preparado, el domingo partirán rumbo a Tenerife y después a Brasil, Argentina, Chile, Perú, Colombia, Costa Rica y Estados Unidos, donde visitarán Pensacola y Nueva York. ¿Por qué han elegido estos países?
–Los cruceros se diseñan atendiendo a una serie de criterios, que incluyen aspectos meteorológicos, didácticos, participación en eventos, etc. Los países que vamos a visitar mantienen profundos vínculos de amistad y culturales con España, que enraízan con nuestra historia común. Será la decimosexta ocasión en que el buque dé la vuelta a Sudamérica, lo que pone de manifiesto los estrechos lazos que nos unen a estos países.
–Como embajada flotante que es, ¿de qué manera representa a España en los puertos que visitarán?
–Integrado en la Fuerza de Acción Marítima, este buque contribuye, como el resto de sus unidades, a la Acción del Estado en la Mar; en particular, desarrollamos una importante misión de apoyo a la Acción Exterior del Estado. Es por ello por lo que en cada puerto visitado se desarrolla un amplio e intenso abanico de actividades protocolarias, que incluye la recepción de las autoridades españolas (normalmente, el embajador y cuerpo diplomático), visitas de cortesía a las autoridades civiles y militares locales (desde alcaldes hasta presidentes de Gobierno), comidas de protocolo, actos castrenses, ofrendas a marinos españoles o encuentros con los medios de comunicación. Se intenta llegar a la sociedad local a través de conferencias, jornadas de puertas abiertas u otros actos similares. E intentamos que los españoles residentes en el país puedan sentirse cerca de España, pisando nuestra cubierta, asistiendo a una recepción o jurando bandera a bordo. Por su parte, los guardiamarinas participan en estas actividades, además de en otros con sus homólogos locales, como intercambios o competiciones deportivas.
–Además de la dotación permanente, como cada año, embarcan en Cádiz los alumnos de tercer curso de la Escuela Naval de Marín para continuar su formación. ¿Cuántos guardiamarinas se esperan a bordo y cómo será su vida en le buque?
–Embarcarán 74 guardiamarinas correspondientes a la 425 promoción del Cuerpo General de la Armada y 155 promoción del Cuerpo de Infantería de Marina. Lo harán el 11 de enero. Desde el primer momento, se integrarán en la dotación del buque escuela como uno más. Se espera precisamente que este sea el primer contacto prolongado con un buque de la Armada de estos jóvenes oficiales alumnos, y que conozcan y desarrollen de primera mano sus futuros cometidos y responsabilidades con un ajustado y exigente plan de estudios, que incluye no sólo su formación militar y naval, sino también una ingeniería mecánica. Esto lo compaginan con guardias en la mar y en puerto, así como con la preparación de conferencias, trabajos y numerosas actividades.
–Y para la dotación, ¿cómo será el día a día a bordo cuando empiecen a navegar?
–La dotación ve culminado un largo y exigente periodo de obras y mantenimiento cuando el buque parte de Cádiz. Es en ese momento en el que la dotación se da cuenta de que todo el esfuerzo llevado a cabo desde que las obras comenzaron en verano de 2022 da sus frutos. Integrados en las diferentes guardias, la dotación desarrolla el trabajo diario que permite al buque navegar con seguridad, al tiempo que son la base para permitir que pueda cumplir su misión, en particular, la formación de los guardiamarinas.
–Usted es la cabeza visible que dirige, pero, ¿cómo es su vida a bordo?
–En la mar, la misión del comandante es cumplir la misión asignada y, sobre todo, velar por una navegación segura. Para ello, hay que ir continuamente al puente de gobierno, dar y comprobar que se siguen mis directrices, pero también estar con la dotación, conocer sus necesidades y vicisitudes. Diariamente, como con guardiamarinas y otros miembros de la dotación, participo en actividades de los alumnos, como sus conferencias o las presentaciones y recomendaciones diarias que hacen de la navegación y de la previsión meteorológica. También es preciso atender a numerosos asuntos administrativos o preparar, en coordinación con los oficiales y agregados de defensa, las actividades a desarrollar en cada puerto. Y, finalmente, si resta algo de tiempo, hay que intentar descansar un poco haciendo algo de deporte o leyendo un libro. No obstante, ningún día es igual en la mar y pueden surgir problemas o situaciones que exigen reacciones, que van desde una navegación en condiciones de baja visibilidad, por pasos angostos a averías o incidencias.
–Además de los conciertos nocturnos, ¿qué actividades realizan a bordo cuando terminan de trabajar o finalizan la guardia?
–El buque navegando tiene, como es lógico, una guardia permanentemente activada para asegurarse que la derrota seguida es la mandada, para cuidar el aparejo dado y hacer posibles modificaciones al velamen (como abrir o cerrar las velas al viento para mejorar el rendimiento), guardias de máquinas, de radio y demás personal implicado en el correcto funcionamiento del buque durante las 24 horas del día. Los momentos de esparcimiento son aprovechados por el personal de a bordo para realizar deporte, dedicarse a disfrutar de un buen día de navegación en la cubierta, asistir al concierto vespertino que la unidad de música interpreta de manera diaria, para comunicarse con la familia o simplemente para hacer vida con los compañeros de a bordo.
–Usted también hace deporte, me dijo en la última entrevista que tuvimos que hacía «media hora corriendo y media hora de bicicleta estática». Su bicicleta se hizo famosa entonces. ¿Seguirá utilizándola en este crucero?
–Espero que sí. El deporte es una actividad relajante, que permite olvidarse durante un rato de las preocupaciones diarias y mantener un buen estado de salud. A bordo está la bicicleta, así que confío en poder utilizarla de nuevo.
–Solo me queda desearle a usted y a su dotación buenos vientos y mar de popa.
–Muchas gracias, Gonzalo. Sabes que aquí has tenido y tienes tu casa.