Defensa Una potente agrupación naval rusa bordea España y moviliza a la Armada
No es la primera vez que ocurre en los últimos meses. La presencia de buques rusos en aguas de interés nacional, en este caso en el Mediterráneo y el Cantábrico, ha obligado a la Armada española a una estrecha labor de vigilancia y control de su tránsito, en sintonía con unidades de la Fuerza Naval Permanente Numero 2 de la OTAN. La fragata Santa María y el patrullero de altura Serviola han estado integrados en el Mando Operativo Marítimo, bajo control operativo del Mando de Operaciones, para hacer el seguimiento del tránsito de los buques rusos, según ha informado el Estado Mayor de la Defensa. La agrupación naval estaba encabezada por una potente fragata, la Almirante Grigorovich, equipada con un sofisticado sistema de lanzamiento de misiles de crucero. Iba acompañada por las corbetas Stoikyy y Sobrazitelnyd, de la clase Steregushchiy, así como por el buque de aprovisionamiento ligero Kama, de la clase Kaliningradneft.
Los dos buques de la Armada han monitorizado durante una semana el tránsito de la agrupación rusa. La fragata Santa María se encargó del seguimiento en el Mediterráneo Oriental, hasta la entrada en aguas portuguesas. Posteriormente, el Serviola se ocupó de la vigilancia en el Mar Cantábrico.
Durante tres días, la fragata Santa María efectuó el seguimiento de estas unidades. «Se ha tratado de asegurar la continuidad de la vigilancia en su tránsito desde el Mediterráneo Oriental hasta su destino final en los puertos rusos del norte, mostrando el pabellón nacional y la estrecha coordinación de las naciones aliadas de la OTAN en el escenario estratégico actual provocado por la guerra de Ucrania», ha informado el Estado Mayor de la Defensa.
Posteriormente, y tras la salida de la agrupación naval rusa de la zona económica exclusiva (ZEE) de Portugal, el Serviola se encargó de continuar con la monitorización de los buques rusos dando relevo a la fragata portuguesa Corte Real para continuar su seguimiento y vigilancia por el mar Cantábrico hasta su salida de aguas de interés nacional.
La fragata Santa María da nombre a la serie de seis buques construidos en Ferrol y que conforman la 41ª Escuadrilla de Escoltas con base en Rota (Cádiz). Con 138 metros de eslora, una de sus misiones claves es el control del tráfico marítimo en un área determinada para hacer que se cumplan las restricciones que puedan imponer las organizaciones internacionales. En este sentido, las fragatas de la clase Santa María demostraron sus capacidades tras la integración de las unidades de la 41ª Escuadrilla en la Operación «Libertad Duradera» (a partir del año 2001 en aguas del Índico).
El armamento habitual de esta fragata es:
- Lanzador de misiles MK-13. Con capacidad para lanzamiento misiles Standard (antiaéro-antisuperficie) y Harpoon (antisuperficie).
- Montaje Oto Melara 76/62 mm.
- Dos montajes triples de tubos lanzatorpedos con capacidad para lanzamiento de torpedos MK-46 Mod. 2/5.
- Dos montajes remotos Sentinel de 12,7 mm.