Robles avisa que bloqueará el plan de producción de la OTAN si no se incluye a la industria española

La ministra de Defensa de España, Margarita Robles, ha asegurado que «España va a vetar» el plan de acción de producción de Defensa de la OTAN «hasta que no se reconsidere» la presencia de armerías españolas después de que la industria armamentística española haya sido excluida de la reunión celebrada en Bruselas con representantes del sector para tratar el aumento de la producción.

«Es evidente que España tiene que estar, alguna empresa española debe estar representada porque la industria de defensa española es muy buena, crea mucha innovación y tecnología y muchos puestos de empleo», ha afirmado la ministra desde la sede de la OTAN en Bruselas después de que se haya reunido con el director de la Organización del Tratado Atlantico Norte, Jens Stoltenberg, para mostrar su protesta por la exclusión de la industria española.

Aunque Margarita Robles se ha desplazado hasta Bruselas, no ha asistido a la reunión de la Alianza Atlántica con la industria de Defensa europea y norteamericana tras la decisión inicial de la Alianza de no incluir a empresas españolas en los planes para aumentar las inversiones en la industria armamentística euroatlántica.

«Tienen que contar con España»

«Entendemos que tiene que seguir elaborándose y no puede darse por aprobado hasta que sea más preciso», ha asegurado sobre el plan con el que la OTAN espera elevar la producción de armamento para hacer frente a la merma de sus arsenales con la guerra en Ucrania.

«La posición de España es clara, cualquier cosa que se realice en la OTAN sobre industria de Defensa tiene que contar con España», ha afirmado, amenazando con bloquear la adopción de la iniciativa.

En todo caso, la cita de este jueves en Bruselas es «una primera reunión de contacto» entre representantes públicos y de la industria de Defensa «para ver cual es el futuro de la posición de la industria», ha defendido Robles que ha indicado que de momento la ausencia de España no tiene implicaciones porque la reunión es de carácter informal y por lo tanto de ella no saldrá «ninguna planificación, ni actuación», aunque a ojos de Madrid supone un precedente que considera un mal punto de partida.