Ejército del Aire y del Espacio Un día con los pilotos del Ala 14 de Albacete: «El Eurofighter es la Fórmula 1 de los cazas de combate»
Un ocho cubano; virajes sobre el eje del avión, o toneles; tonel lento, tonel a cuatro tiempos; invertido; pasada a cuchillo, fuertes virajes básicamente a 90 grados... el Eurofighter del capitán Gregorio Serrano Arizaga cae a plomo sobre la plataforma de aviones de la base del Ejército del Aire en Albacete. Durante unos segundos la respiración se detiene. El caza sale de su letargo, maniobra, levanta el vuelo y desaparece a una velocidad increíble entre las grandes nubes que ese día salpican la zona. Nos dicen que hemos tenido suerte, que no es fácil ver algo así. El capitán Arizaga se está preparando para una exhibición en la sierra de Cazorla. Su avión hace una pasada, otra, otra... De repente hace un inesperado viraje, y uno de sus compañeros, que observa el entrenamiento desde tierra, no puede evitar exclamar: «¡Eso revienta! ¡No quiero montarme y probarlo!».
Hay que tener en cuenta que los pilotos de cazas tienen que lidiar constantemente con la fuerza g, una medida de aceleración. Simplificando, si por ejemplo un piloto pesa 70 kilos, en un viraje de 60 grados su peso se duplicará. En esos momentos, mover los brazos y las piernas requiere un enorme esfuerzo, de ahí los trajes especiales que los pilotos llevan al volar. ¿Cómo se prepara el cuerpo humano para aguantar tanto estrés?
El teniente Bruno Herrero, piloto en el 141 escuadrón, nos lo explica. «Empezamos poco a poco, volando en un avión de acrobacia de hélice; luego pasamos a un F-5, que ya es un caza. Físicamente, tienes que estar bien. Por ejemplo, lo primero que nos ha dicho el capitán es: 'He comido y he bebido'. Porque el estómago te puede reventar. El avión aguanta hasta los 9G, que es nueve veces tu peso. Forma física, la mejor que puedas. Pero yo creo que sobre todo es clave el entrenamiento. Cada vez que he volado por primera vez en un avión me he mareado, casi he vomitado. Luego el cuerpo se acostumbra a todo».
El teniente Alejandro Fernández Santos está destinado en el Ala 14 y tiene veintipocos años. Habla con precisión y firmeza, pero también con entusiasmo reprimido. «Tenemos la suerte de tener los más modernos Eurofighter, la última tranche (la fase más avanzada). Y tenemos también el Meteor, que nos da muchas capacidades tácticas. Es el último misil que lleva España. Ahora estamos haciendo el desarrollo del Lightning 5, que es un pod de última generación (un sistema de sensores infrarrojos)».
El teniente Santos remarca con orgullo sus objetivos: «Nos entrenamos para estar capacitados para salir a misiones en el Báltico y en Rumanía. Y luego, para hacer todo el servicio de QRA. Es una alerta rápida que tiene el Ejercito del Aire y del Espacio para cualquier tipo de necesidades en espacio aéreo, ya sea interceptación de las naves o escoltas, por ejemplo».
El jefe de la base aérea de Albacete y Ala 14 es el Coronel Ignacio Zulueta Martín sale a volar ese día junto con otros tres pilotos. Mientras se prepara, le preguntamos cuáles deben ser las condiciones de un piloto de Eurofighter. El Coronel subraya que el trabajo en la base es un trabajo en equipo, pero un piloto tiene que tomar con frecuencia decisiones muy rápidas, estando solo en la cabina. «Eso requiere una mente muy fría, una cabeza muy bien amueblada. Requiere mucha templanza, mucho sentido común y mucho trabajo previo. Trabajo, trabajo y trabajo».
Efectivamente, tal y como señalaba el joven teniente Santos, el Eurofighter es el caza de combate más moderno de España. El consorcio Eurofighter Typhoon está integrado por cuatro naciones europeas: Reino Unido; Alemania; Italia y España, y sus principales empresas aeroespaciales y de defensa: Airbus; BAE Systems y Leonardo. En mayo de 2004 tuvo lugar la entrega del primer avión a España y se creó el primer escuadrón en al Ala 11 en Morón. Ocho años después, en abril de 2012, el Eurofighter se integra en el 142 Escuadrón del Ala 14, en la base Aérea de Albacete.
El coronel Zulueta y sus hombres llevan a cabo una exhaustiva preparación antes de salir a volar. Tras un briefing técnico, se aseguran de que las condiciones meteorológicas son adecuadas. Se prepara cada detalle, se anticipa cada posible problema. Una furgoneta espera al grupo y va dejando a cada uno en el refugio correspondiente. En cada hangar espera el caza de combate, ya dispuesto por los mecánicos. Sin embargo, los pilotos efectúan una revisión exhaustiva antes de subir a la cabina. Hacen una inspección visual de todo el avión, que van rodeando lentamente. Ellos tienen la última palabra. Si observan el más mínimo problema, el avión no sale. Por fin, el piloto se acomoda en su puesto y revisa igualmente los paneles de control. Enciende el motor. El ruido es ensordecedor. Todo el personal lleva tapones en los oídos. El aparato saca lentamente el morro del refugio y va avanzando lentamente hasta la pista. Los cuatro Eurofighter se colocan en formación y, tras unos minutos, los dos primeros cogen velocidad, se elevan y se pierden perfectamente alineados en el horizonte. Los otros esperan un tiempo prudencial y repiten la misma operación. La inconfundible silueta de los Eurofighter, con su aerodinámico diseño, desaparece en un abrir y cerrar de ojos.
Allá arriba la precisión es clave. Los pilotos insisten siempre en que se trata de un trabajo en equipo, pero en el momento de la verdad cada uno tiene que analizar una gran cantidad de información y tomar decisiones en fracciones de segundo, a la velocidad del sonido. El comandante Fernando Caballero afirma que es «como pilotar un Fórmula 1. Sobre todo porque al final va un solo piloto, son monoplazas, y en el momento de gestionar cualquier problema estás solo. Así que la verdad es que nos apoyamos siempre. Vamos siempre como mínimo en pareja, para que el otro piloto pueda darnos apoyo. Pero al final, cada uno se tiene que sacar las castañas del fuego». Los pilotos de Fórmula 1 son quizás los que más similitudes guardan con un piloto de caza, debido a las fuerzas G que tienen que soportar en las carreras. El expiloto español de Fórmula 1 Pedro de la Rosa tuvo la oportunidad de subirse a un caza Eurofighter Typhoon del Ala 14 para probar cómo es la experiencia. El piloto que voló con él fue el hoy comandante Caballero.
La Base Aérea de Albacete es clave en la estrategia de defensa aérea de España. También es una referencia a nivel internacional. Aquí se desarrollan los TLP, Tactical Leadership Programme, una alianza para la formación de pilotos de elite, formada por países de la OTAN y países invitados. Los Eurofighter se codean con los mejores y más avanzados cazas del mundo. Están capacitados para dar una respuesta a cualquier amenaza en el espacio aéreo español en menos de 15 minutos. La seguridad aérea tiene un puntal en este puñado de pilotos que, día a día, se entrenan al límite para dar lo mejor de sí mismos por la seguridad de España.