El A-400M engulle NH-90 del Ejército del Aire, Cougar y Tigre del Ejército de Tierra y AB-212 de la ArmadaEjército del Aire y del Espacio

Ejército del Aire y del Espacio  Los helicópteros que se puede «tragar» un gigantesco Airbus A-400M: NH-90, Tigre, Cougar...

El Airbus A-400M del Ejército del Aire y del Espacio es un gigante de las nubes. Tiene la capacidad de volar distancias de hasta 4.800 nm/8.900 kilómetros, a una altitud de crucero de hasta 37.000 pies/11.300 metros y a una velocidad de hasta Mach 0,72. Unas credenciales que, junto a su enorme capacidad, lo ha convertido en protagonista de operaciones militares tan relevantes como la salida de los aliados de Afganistán. Las imágenes de su impresionante bodega repleta de refugiados dieron la vuelta al mundo. En su interior tiene cabida equipo de las fuerzas armadas que ya no cabe en los aviones tácticos de generación anterior: un helicóptero pesado, un vehículo de combate de infantería o una excavadora, por ejemplo.

El Ejército del Aire ha puesto el acento en esta característica, recordando que los A-400M del Ala-31 se caracterizan por su «versatilidad y capacidad de carga». Pueden transportar en su interior a casi todos los helicópteros de la Fuerzas Armadas: NH-90 del Ejército del Aire, Cougar y Tigre del Ejército de Tierra y AB-212 de la Armada. En este sentido, se han difundo unas llamativas imágenes de varios helicópteros siendo introducidos en el gran avión.

Para hacernos una idea con casos concretos, puede transportar también un helicóptero Chinook, o un vehículo pesado de combate de infantería. También puede transportar un camión logístico pesado, un bote de rescate o grandes dispositivos de elevación, como excavadoras o grúas móviles necesarias para ayudar en el socorro en casos de desastre. El alcance del avión sin carga es el equivalente a un vuelo directo Zaragoza-Las Vegas.

Por otra parte, esta primera semana de septiembre se han celebrado las 4.000 horas de vuelo en el simulador del A-400M. Este simulador tiene por objetivo «el alcance del más alto nivel de conocimiento y capacidades, y permite el entrenamiento inicial y mantenimiento de los conocimientos relativos a todas las misiones que la aeronave puede realizar, ya sean logísticas o tácticas.»

En ambos casos, el simulador permite, por ejemplo, entrenamiento en operaciones de baja visibilidad (LVO), pero en general permite planteamiento de infinidad de escenarios distintos, la realización de lanzamientos de personal y de cargas, vuelo a baja cota, entrenamiento con gafas de visión nocturna (NVG) o, el más recientemente desarrollado, reabastecimiento en vuelo.

Hace unas semanas, se logró otro hito. El pasado mes de agosto se realizó el primer lanzamiento paracaidista en modalidad HAHO (high altitude, high opening) desde un avión A-400M. Seis paracaidistas del Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA) saltaron a una altura de 18.000 pies (unos 5.500 metros) y se han convertido así en pioneros en esta modalidad de lanzamiento desde esa plataforma. «La apertura del paracaídas del primer lanzador se llevó a cabo a 16.500 pies, lo que ha determinado que el salto sea en modalidad HAHO, es decir, lanzamiento a gran altitud y apertura a gran altitud», subrayó el Ejército del Aire.

Se trata de una modalidad de salto muy delicada, dada la gran altitud a la que se realiza. La ausencia de oxígeno exige que tanto los saltadores como las tripulaciones de los aviones necesiten inhalar oxígeno respirable, con el fin de evitar la hipoxia. Esto obliga a que en el avión, además de los supervisores de carga y mecánicos, se cuente con la asistencia de un técnico de oxígeno y un técnico de entrenamiento fisiológico.