Fuerzas Armadas La Armada española da un «paso de gigante» con la entrega del innovador submarino S-81 Isaac Peral
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha presidido este jueves en Cartagena (Murcia) el acto de entrega del submarino 'Isaac Peral' S-81 a la Armada por parte de Navantia. « Hoy es un día muy importante para la Armada porque damos un paso de gigante. Nos sentimos particularmente orgullosos de nuestra Armada, heredera de los grandes marinos de la historia que transformaron el mundo», ha afirmado la ministra. Robles incidió en la importancia del programa para el país. «Es un día importante para España, ese gran país del que tan orgullosos nos sentimos». Robles quiso subrayar que «hay que seguir trabajando, queda mucho por hacer», para detenerse a continuación en agradecer a la ciudad de Cartagena su contribución al programa. Robles tuvo también palabras de agradecimiento para Navantia. «Hacer grande a Navantia es hacer grande a España». La ministra tuvo asimismo palabras de agradecimiento para todo el equipo del Ministerio de Defensa, especialmente para las secretarias de Estado Amparo Valcarce y Esperanza Casteleiro.
La defensa española se ve fortalecida sensiblemente con un sumergible de construcción española, que nos sitúa en el exclusivo club de países capaces de diseñarlos, apenas una decena. El submarino S-81 Isaac Peral realizó el pasado día 17 su última prueba de navegación en aguas de Cartagena (Murcia). Uno de los submarinos convencionales (los no dotados de propulsión nuclear) más avanzados del mundo ya está aquí.
Un proceso largo y complejo
El programa S-80 se forjó en la década de los 90 pero no fue hasta 2004 cuando se firmó la orden de ejecución: cuatro submarinos por valor de 2.300 millones de euros aproximadamente, el primero de los cuales debía estar a flote en 2011 y dos años después en manos de la Armada. En 2005 se iniciaron los trabajos en el astillero que Navantia tiene en Cartagena (Murcia). Era la primera vez que España se embarcaba en solitario en el diseño y construcción de un submarino, tal y como recuerda Efe.
En 2012 surgen los primeros contratiempos técnicos relacionados con un exceso de peso del submarino. Fue solo la punta del iceberg. El problema es que no se estaba siguiendo un modelo de ingeniería de sistemas adecuado, señalan a Efe fuentes cercanas al programa.
El modelo elegido era válido para buques de superficie en los que España es una potencia mundial, pero no para sumergibles, que están más cerca de la tecnología aeroespacial. «Lo más parecido a un submarino es un cohete», explican las fuentes. No se había tenido en cuenta.
Tanto la Armada como Navantia toman conciencia de que para continuar el proyecto se necesita «un tecnólogo». Se recurre a la empresa estadounidense Electric Boat y a la Marina de Estados Unidos.
Ingenieros españoles se desplazan a ese país y se dan cuenta de que no basta con que los norteamericanos resuelvan sus dudas, sino que para lograr la «soberanía técnica» necesaria para seguir con un proyecto de esa complejidad tecnológica hay que «estudiar y tecnificarse».
Finalmente se elige un modelo de ingeniería de sistemas de la NASA que se adapta al proyecto español. Y se parte de cero.
En enero de 2013 el programa pasa a denominarse S-80 plus. Tres años después se realiza una revisión del diseño y se demuestra que es viable.