Armada española
La dotación del nuevo submarino S-81 superó 1.500 horas de simulador
El pasado 30 de noviembre se entregó a la Armada española el primer submarino de la clase S-80, construido por Navantia, el flamante S-81 Isaac Peral. Hay una coincidencia unánime en que el acto ha supuesto un hito histórico para las Fuerzas Armadas españolas. Y sin duda un motivo de orgullo para la Armada, en general, y para las personas que conforman el Arma Submarina en particular.
También hay coincidencia en que el Programa S-80 supone un «salto tecnológico sustancial» frente a sus predecesores, los sumergibles de la clase S-70, ya que va a contar con un Sistema Integrado de Control de la Plataforma y un Sistema de Combate que, al mismo tiempo que permiten elevar su grado de automatización, reducen notablemente el número de personas necesarias para operar el submarino.
Una dotación que ha llevado a cabo un riguroso proceso de formación, adiestramiento y certificación durante todo el proceso de las pruebas de mar que le permite conocer en profundidad la plataforma, «de modo que el submarino pueda ser operado con seguridad, tanto en superficie como en inmersión», según se afirma desde el Ministerio de Defensa. La dotación de quilla ha superado las 1.500 horas de simulador antes de comenzar las pruebas de mar.
Estos modernos simuladores reproducen la parte de crujía y estribor de la Cámara de Mando del submarino, «incluyendo el periscopio de ataque, la pantalla táctica y las siete consolas multifunción», según explica la empresa. Además, el simulador incluye una zona que hace las veces de la cámara de torpedos «que contendrá la dirección local de lanzamiento de armas y control de los tubos».
Por su alto nivel de automatización, el S-81 puede operar con una dotación de solo 32 personas y está capacitado para misiones antisuperficie, antisubmarinas, ataque a tierra, operaciones a diversas profundidades, operaciones especiales y de evacuación de personal civil, recopilación de inteligencia o disuasión. El S-81 se sometió el 17 de noviembre a su última prueba en el mar antes de ser entregado por Navantia a la Armada: se realizaron pruebas de inmersión, salida a superficie y una prueba de remolque con el buque Neptuno.
Con una eslora de 80,8 metros, un diámetro de 7,3 y un desplazamiento de casi 3.000 toneladas, el S-80 tiene capacidades únicas entre los submarinos no nucleares de la OTAN y ha supuesto el mayor reto para la construcción naval española hasta la fecha. Han sido más de dos décadas desde que el proyecto vio la luz hasta que se ha culminado la primera de las unidades.
El acto de entrega, al que asistieron numerosas autoridades civiles y militares, estuvo presidido por la Ministra de Defensa, Margarita Robles, acompañada por el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada, Almirante General Antonio Piñeiro Sánchez.
Durante el acto se procedió a la firma del documento de entrega del submarino, de Navantia al Ministerio de Defensa y de éste a la Armada. A continuación el Comandante de la Flotilla de Submarinos dio posesión del mando del submarino al Capitán de Corbeta Manuel Corral Iranzo. Posteriormente se hizo entrega de la Bandera al submarino, y tras el embarque de la dotación se procedió al primer izado de bandera a bordo. Tras sonar el himno de la Armada, la Fuerza ocupó su puesto para el desfile. A su finalización se realizó la foto de familia con la dotación del submarino S-81 «Isaac Peral» dándose por finalizada la ceremonia de entrega.