Entrevista
Acuerdo Airbus-SATLANTIS: «España tendrá menos dependencia de otros países en tecnología clave»
La inclusión de aparatos ópticos de infrarrojos térmicos en los satélites españoles, sellado con este acuerdo, supone un salto en el posicionamiento tecnológico de España
Airbus y SATLANTIS, empresa espacial especializada en instrumentos ópticos han firmado un Memorando de Entendimiento para desarrollar capacidad infrarroja para el Ministerio de Defensa español que pondrá a España en el selecto grupo de países que poseen esta tecnología.
El responsable de Airbus Space Systems en España, Luis Guerra, y el CEO de SATLANTIS, Juan Tomás Hernani, explican a El Debate este importante acuerdo que marcará el futuro de la Defensa española.
–En qué consiste este acuerdo?
–Luis Guerra (Airbus): Lo que lo que viene a decir es que estamos dispuestos a trabajar juntos. Este es un acuerdo que establece una relación entre ambas empresas con un recorrido de largo plazo. Para empezar este camino, la iniciativa que queremos desarrollar es una capacidad de altas prestaciones infrarroja para la observación de la tierra.
–Juan Tomás Hernani (SATLANTIS): Pensamos que la manera de impulsar este arranque era iniciar la actividad en un área de muy alta tecnología donde muy pocas compañías pueden operar, como es la infrarroja dura o infrarroja térmica. Creo que va a ser una propuesta para España y para que el Ministerio de Defensa pueda establecer sus estrategias de defensa. Hemos unido las mejores cabezas de los dos lados para crear una solución en un formato muy compacto capaz de ofrecer unas muy altas prestaciones en el mundo de la imagen térmica.
–¿Qué es la observación térmica?
–JTH: La luz percibida por un ser humano solamente se limita a lo que se llama el entorno visible, lo que ven nuestros ojos, que se mueve desde el violeta, el azul al rojo. Y ahí la luz va perdiendo intensidad. Cuando te vas más allá, hay una zona próxima a la visible que se llama la visibilidad del infrarrojo próximo. Cuando haces una foto con un detector con esa tecnología, pasan muchas cosas. Ahí se ven gases, se ve el metano, se ve el CO2 de ciudades. A medida que nos vamos alejando en el infrarrojo, la energía de rebote de la Tierra es muy pequeña. Y empieza la propia emisión de los cuerpos que depende de la temperatura. Es una luz emitida por la temperatura de los cuerpos. Y cuando hacemos fotos de temperatura, es decir, con infrarrojos térmicos, vemos la huella humana completa: si ha habido un motor encendido, si se ha hecho una fogata… si ha habido vida.
–¿Qué aplicación práctica va a tener en Airbus?
–LG: La capacidad óptica infrarroja se está utilizando ya en soluciones embarcadas en aviones. Lo que vamos a hacer es desembarcar esa solución en un satélite. Estamos integrando esos sensores de altas capacidades y altas prestaciones en satélites también de muy altas capacidades. Entonces, ¿qué aplicaciones puede tener? Si nos vamos a temas específicos, para la sociedad podemos encontrar todo el tema de monitorización de desastres naturales, puntos calientes, como pudo ser el volcán de La Palma o los incendios forestales, de tal forma que se pueden dar respuestas mucho más rápido, sobre todo para todo el tema de evacuación si fuera necesario.
También en la agricultura. Pueden ayudarnos a utilizarla en la calidad de cultivos o en el uso de los recursos hídricos de una forma mucho más eficiente. Y por otro lado, también se detectar la calidad del suelo y la salud de de la masa vegetal. Para actividades de seguridad, desde el punto de vista de vigilancia fronteriza, podemos utilizar estos sensores para identificar todo el tema de movimientos y actividades sospechosas. Y sobre todo poder tomar medidas también en Defensa. Estos infrarrojos nos permiten trabajar en temas de reconocimiento y vigilancia militar, con lo cual, podemos tener capacidades muy avanzadas para identificar objetivos, monitorizar movimientos militares y también recopilar información estratégica de las operaciones de Defensa. Por ejemplo, detecta de forma temprana el lanzamiento de misiles. Eso ayuda a planear una defensa de forma más activa.
–¿Qué posibilidades de futuro da este acuerdo de colaboración? ¿Hacia dónde podría dirigirse de cara al futuro?
–LG: Lo que pretendemos con este acuerdo es desarrollar una capacidad de forma conjunta, porque, al fin y al cabo, juntamos las áreas donde somos más expertos. En Airbus somos expertos en plataformas de satélite y SATLANTIS es experto en cámaras tanto ópticas como con esta capacidad infrarroja. El objetivo que tenemos es desarrollar estas capacidades para nuestros clientes que son clientes gubernamentales en buena medida. Estamos innovando, desarrollando nuevas tecnologías, nuevas capacidades. Esto viene asociado también con un incremento de inversiones en el país, tanto públicas como privadas. Asimismo, genera empleos de alto valor. Y tenemos menos nivel de dependencia en tecnologías clave respecto a otros países y más de autonomía sobre las decisiones que podemos tomar.
–¿Habría una fecha concreta de cuándo se puede ya aplicar la tecnología de infrarrojos que hacéis a los satélites españoles?
–LG: Para que se aplique primero, evidentemente tiene que haber una expresión de interés, y algunas organizaciones gubernamentales ya lo han mostrado. Ahora tenemos que materializar ese interés en un proyecto de desarrollo. Lo probamos en vuelo y, cuando ya esté probado, de alguna forma lo empezamos a industrializar de forma consistente para tener ese producto y poderlo comercializar y exportar a nivel mundial.
–Por lo tanto, ¿ya sería prácticamente aplicable o hacen falta más pruebas?
–LG: El proceso de desarrollo de los satélites es realmente lento y complejo. Se requiere una inversión en recursos muy importante para lograr esas capacidades. Hasta que tenemos las capacidades perfectamente calificadas, estamos hablando de unos cuantos años para tener esa capacidad ya operativa. Hablamos de algo ya muy sofisticado, con las capacidades muy sofisticadas e integradas de una forma muy eficiente para realmente tener un valor añadido.
–¿El buen desarrollo de la tecnología de satélites podría beneficiar también, por ejemplo, a los aviones en el otro sentido, es decir, aprovecharla a la inversa?
–LG: Todo influye, las tecnologías se retroalimentan y vamos generando conocimiento, vamos generando una base tecnológica que nos permite abarcar otros frentes. Por ejemplo, hay una parte muy importante en los sistemas de combate futuros donde tenemos que integrar muchos sensores. Esa capacidad de integrar sensores, esa ingesta tan masiva de información que vamos a recibir por esos sensores y dar al final una serie de información precisa en el momento que se necesita, es un reto tecnológico.
–Este acuerdo es un primer paso. ¿Habéis pensado ya en cuál sería ese segundo paso? ¿Hacia dónde van los avances tecnológicos?
–LG: Este primer paso es muy ambicioso ya de por sí, porque tecnológicamente estamos conectando el mundo científico con el mundo industrial, dando una solución muy específica a una serie de problemas. Pero no queremos quedarnos ahí. SATLANTIS ha desarrollado otro tipo de cámaras, que son las cámaras más ópticas, donde nosotros también pensamos que puede haber un buen ajuste entre ambas empresas. Y esas capacidades con los niveles de apuntamiento que tenemos nosotros a nivel de funcionamiento de nuestros satélites, pueden dar soluciones muy potentes para nuestros clientes.
–JTH: Al fin y al cabo se trata de tener más capacidad, lo que enriquece. Y por supuesto, cada vez más precisión, cada vez mejor tecnología. Hay que estar dando pasos constantemente porque el mercado nos lo exige.