Manuel Tuero junto a Gustavo MoralesEl Debate

El nacimiento de una bandera paracaidista

A través del lúcido testimonio de uno de los veteranos legionarios que la fundó seguimos las primeras peripecias de la génesis de la IIª Bandera Paracaidista del Ejército de Tierra, que tomó el nombre de Roger de Lauria, destacado marino y militar al servicio de la Corona de Aragón

Me encuentro con Manuel Tuero en la Gran Peña y dos abogados más, pero a pesar de ello buenas personas, Prada y el hijo de Tuero, al que llamó José Antonio, hacen de introductor de embajadores. Al principio se manifiesta una pequeña confusión cuando saco mi libreta de El Debate y comienzo a tomar notas. No sabían que era una entrevista, y no lo es, es una primera toma de contacto y visto lo visto y oído lo oído espero que haya más. Las vidas de las personas no se abarcan en un solo aspecto ni un solo acto y la del asturiano Manuel Tuero menos. Ha sido testigo de hechos fundamentales de la Historia de España y en ocasiones, no pocas, además de testigo ha sido protagonista.

Manuel Tuero viste impecablemente, clásico, y en la solapa lleva un emblema que le identifica como CLP, caballero legionario paracaidista. Es la historia que persigo hoy pero hay más. Aunque él en realidad se alistó en la Legión, al segundo Tercio, y cuando fueron a buscar voluntarios para crear los paracaidistas Manuel se presentó y fue uno de los fundadores, con el entonces comandante Tomás Pallás Sierra, de la IIª Bandera paracaidista, nombrada Roger de Lauria, en busca de la tradición almogávar luego tan ligada a los paracas. En enero de 1957 la Bandera, a excepción de la 8. Cía. que se estaba formando, se traslada a Ifni al mando del comandante Pallás. En 1957 fue movilizada hacia el teatro de operaciones de la guerra de Ifni, tomando el relevo de la Primera Bandera Roger de Flor, entrando en combate en el sector de Tiquisit Igurramen.

Pregunto a Tuero y me contesta: «Se comía bien. Latas de sardinas. De bonito. De carne». Eso sí, mucha instrucción, constante.

En rápida conversación, algo desordenada, viajamos en sus recuerdos a través del tiempo. En el mes de julio el autodenominado, cosas de la propaganda, Ejército de Liberación, que había centrado su guerra en la lucha contra los franceses por la soberanía del rey de Marruecos, una vez conseguida ésta, se integra en el Ejército Real excepto cuantos continúan sus acciones bélicas en el Sur, en Ifni, Mauritania, Argelia y el Sahara, para servir a las reivindicaciones territoriales de Mohamed V. Las partidas del Ejército marroquí atacaban por doquier mandadas por oficiales marroquíes muchos de ellos, indica Manuel, educados en academias militares de España, como Zaragoza y Toledo.

En el área de Sidi Ifni en aquel entonces el mando lo tenía Ramón Pardo de Santayana y Coloma, cambió, me cuenta Tuero, a Manuel Gómez de Zamalloa, poseedor de la Laureada y de la Medalla Militar Individual nada menos, a quien Tuero valora, cosas de soldados que comparto, ya que visitaba en persona las posiciones del frente y las de primera línea sin arredrarse.

Tuero acabó con los galones de cabo primero y fue condecorado con la Cruz Roja al mérito militar por haber sido herido en combate. Y renunció a la pensión anexa a la medalla desde el primer día, a pesar de que en aquel entonces esos duros le hubieran venido muy bien a un paraca. Pero no lo había hecho por dinero, sino por patriotismo, no era un mercenario sino un almogávar.

La agresión de que fueron objeto las provincias africanas en el año 1957 permite contrastar la valía real de las nuevas unidades creadas. El 'bautismo de fuego' se produce el 16 de agosto de aquel mismo año, en Tiguisit Igurramen, donde resulta herido Vicente Vila Plá de la 7.ª Compañía, primer caballero legionario paracaidista (CLP) herido en acción de guerra.

El 23 de noviembre de 1957, las Bandas de Liberación atacan al mismo tiempo tanto la capital como los puestos del interior del territorio de Sidi Ifni. Durante el rechazo al primer intento de penetrar en la capital se produce el primer caído en combate, Tuero menciona su nombre, José Torres Martínez, de la 7.ª Cía.

Los primeros caídos

1958, la 7.ª compañía recibe instrucciones de entrenar gente, tanto tiradores de Ifni como de la policía indígena. Pallás los escoge para instruir a los segundos. Entre ellos Tuero. Entre aquellos reclutas estaba quien después fue ministro de Sanidad y Seguridad Social en el Gobierno de Adolfo Suárez tras las elecciones generales de 1977: Sánchez de León.

Un día un oficial saca a Tuero de la fila de salto antes de embarcar para mandarle a otro lado. El caprichoso destino. Ese ocho de mayo la unidad desaparece en el accidente y posterior incendio del avión Junker - 52 que transportaba esa patrulla de salto de la II Bandera. sobre la ladera de Bul-Alan el avión JU-52 que acababa de despegar para efectuar un lanzamiento paracaidista con una patrulla de la 9ª Cía., nada más remontar el vuelo se desploma sobre tierra, incendiándose acto seguido. Como resultado de dicho accidente mueren un teniente de la 9ª Cia., José Cañada Armengol, que era el jefe de los instructores del Grupo de Policía; y nueve CLP.

El Cabo1º Ángel Canales López se arroja en medio de las llamas para socorrer a sus camaradas y obtiene la primera Medalla Militar Individual concedida a un paraca, por su heroico comportamiento en el salvamento de los supervivientes en el avión siniestrado; el teniente de la 10ª Cia José Sáez de Sagaseta es premiado con la Cruz de Guerra por su notable actuación. Un sabor agridulce, son las primeras bajas en África y también las primeras condecoraciones.

Tiliuin, la operación pañuelo

De la tragedia a la guerra de liberación en la memoria de Tuero. El capitán Sánchez Duque, antiguo alférez provisional, también procedente del segundo Tercio, pasa a la historia de las Fuerzas Armadas por el primer salto paracaidista sobre Tiliuin, un hito histórico, operación denominada «Pañuelo», por lo reducido del espacio donde se produjo. No hubo que lamentar bajas, y ello a pesar de que saltaron audaces ante las narices del enemigo. Saltaron en dos tandas. Les hicieron fuego el enemigo.

El día 29 de noviembre de 1957, la 7.ª Cía. efectúa el primer salto de guerra sobre el puesto de Tiluín, uno de los más alejados e importantes de Ifni. Setenta y cinco hombres, en cinco aviones JU-52, veinticinco minutos de vuelo y salto a doscientos metros sobre la posición. Esta operación tenía como objetivo liberar dicho enclave, cercado desde hacía días por las bandas de insurgentes y en claro peligro de caer en sus manos.

A las dos de la mañana del día anterior, la II Bandera Paracaidista recibe una orden de alerta del Estado Mayor del África Occidental para realizar una operación aerotransportada. Eligen la 7ª Compañía de la II Bandera, mandada por el entonces capitán Juan Sánchez Duque, veterano de las guerras de España y del Frente Ruso, oficial exigente pero humano. Contaba con una gran confianza en sus hombres, era mutua. La pequeña unidad está compuesta por dos secciones, un pelotón de ametralladoras, otro de morteros de 81 mm, transmisiones y sanidad, dotados con pistolas, 10 subfusiles, 6 fusiles ametralladores, 54 mosquetones, 120 cartuchos por fusil, 350 cartuchos de 9 largo por subfusil, 50 cartuchos de pistola por individuo y 590 cartuchos de 7.92 por fusil ametrallador.

El escrito «secreto» de la 3ª Sección de Estado Mayor número 3715-B en el Cuartel General de Sidi Ifni detallaba que a las 15:00 horas del día antes citado, se trataba de una maniobra de aerodesembarco para liberar el Puesto de Tiliuin; cercado por el cruel enemigo. Acudían a rescatar a los defensores de Tiliuin en cuyo puesto, además de militares, había también mujeres y niños. Algunos defensores estaban heridos.

Primer salto de guerra de la IIª Bandera

Según consta en el Diario de Operaciones de la II Bandera Paracaidista, a las seis y media del día citado, la 7ª Compañía era revistada por su jefe, el comandante Tomás Pallas Sierra, que les arenga, sobre su pecho brilla la Medalla Militar Individual. Allí estaba también el Páter, teniente, Pablo Cabrera Arias.

El capitán-jefe de la 7ª Compañía pudo contar con tres magníficos tenientes al frente de las secciones: Gustavo Calvo Goñi, Pedro Soto del Río y Juan García Andrés, los cuales tenían una fe ciega, ¿la hay de otro tipo? en sus caballeros legionarios paracaidistas.

Eran las 11.25 de la mañana del 29 de noviembre cuando los cinco «Junkers» sobrevolaban la zona de lanzamiento de Tiliuin, que con anterioridad cinco «Heinkel» habían bombardeado para destruir los reductos donde se parapetaban los agresores de las bandas marroquíes.

Listos para tirarse del avión, la emoción era patente en aquellos 70 paracaidistas antes de su primer salto de guerra para liberar a sus compatriotas que llevaban varios días cercados.

En la segunda pasada, a unos 200 metros, iban cayendo los primeros paracaidistas en los puntos previstos, excepto el capitán Juan Sánchez Duque que, junto con otros ocho paracaidistas más, cayeron a unos 200 metros del puesto de Tiliuin y, bajo el fuego de fusilería enemigo. La 2ª Sección se lanzó sobre un poblado cercano desde donde les hostigaban, protegiendo la patrulla del Capitán Sánchez Duque.

Una vez reunidos, entraron en el puesto de Tiliuin. Sitiados y paracaidistas se fundieron en abrazos: soldados, mujeres y niños.

Atacaron los marroquíes varias veces por la noche. Primero con morteros desde terreno marroquí y después con armas automáticas. Al menos dejaron un muerto vestido con uniforme de campaña americano.

La emoción se disparó de nuevo con la llegada de los legionarios de la VI Bandera encabezados por su comandante Enrique Leon Gallo, aun con fuerzas, del Batallón «Soria 9». Se iniciaba la marcha hacia Sidi Ifni.Aterrizó un Junker que evacuó a las mujeres, paisanos y heridos.

Sidi Ifni, la ciudad

Hacia Sidi es la ciudad de la que el seis de abril de 1934, toma de posesión y también de la zona el coronel de Infantería Osvaldo Fernando Capaz Montes, en nombre del Gobierno de la Segunda República Española. Recibidos por unos grupos de indígenas y notables, a quienes el coronel Capaz explicó las intenciones de España de anexionarse el territorio. En la comida común se discutió y a la mañana siguiente comunicaron al Coronel Capaz la conformidad de Ifni de unirse a España. El coronel será asesinado por los gubernamentales en la matanza de la cárcel Modelo de Madrid.

Operación Gento

Los paracas habían demostrado su valía y la iban a usar en Ifni. El 5 de diciembre de 1957, se inicia la Operación 'Gento', concebida para acelerar las acciones de liberación y socorrer cuanto antes a los puestos cercados de Tiugsa y El Tenin. Al poco de iniciar su marcha la columna en dirección a Tiugsa recibe un intenso fuego de los insurrectos que obliga a la 6.ª y 10.ª Cía. a quedar fijadas al terreno, cayendo en combate el teniente Polanco Mejorada y los dos CLP de la 6.ª Cía. y uno de la 10ª. En la retirada, tras liberar los dos puestos, caen seis paracas dándose por desaparecidos a otros seis CLP.

Operación Diana

El 31 de enero de 1958, la Bandera encuadrada en la Agrupación Sur, participa en la Operación 'Diana', destinada a eliminar varios centros de resistencia enemiga. En esta operación una Cía. Iba a lanzarse sobre el puesto de mando enemigo en Alat-Ida-Usugun, pero el intenso viento impide el lanzamiento y atacan por tierra. En esta operación mueren el teniente Carrasco Lanzós y dos CLP, uno de la 10.ª Cía. y otro de la 6.ª.

El 19 de febrero de 1958 se inicia la operación de reconocimiento y hostigamiento 'Pegaso', en la cual participa la Bandera encuadrada en la Agrupación Táctica 'M'. La brutal oposición del enemigo provocó muchas bajas: siete muertos y quince heridos, de los cuales tres muertos y tres heridos fueron de la IIª Bandera. Dejaron su vida tres hombres de la 6.ª Cía. Dos heridos de la 7.ª Cía.

El 11 de abril de 1958, llega la orden de traslado de la II Bandera a Las Palmas, arribando a la capital grancanaria el 18 del mismo mes. El día 20, tras ser homenajeada, la Bandera pone rumbo a la Península, llegando a Alcalá de Henares el 24 por la tarde.

Entre mayo y junio de 1959, la Bandera releva a la I.ª Bandera en Las Palmas iniciándose así un turno de rotaciones entre las tres Banderas que durará hasta septiembre de 1979, mes en el que la Bandera abandona por última vez el acuartelamiento de las Rehoyas, regresando a Alcalá de Henares y quedando emplazada en la Base «Primo de Rivera».

Imagen de una instrucción militar llevada a cabo en 1959 en la Casa de Campo por la agrupación de Banderas de paracaidistas del Ejército de TierraEuropa Press

En 1961 se traslada a la ciudad de Smara (Sahara Occidental) para proteger a las compañías que realizan prospecciones petrolíferas en el desierto, durante el llamado conflicto de los «Petrolitos». Durante esta etapa, el 11 de abril de 1972, la unidad sufrió durante unas maniobras en Fuerteventura un gravísimo accidente en el que tuvo un balance final de trece fallecidos, junto con sesenta heridos.

Pero ya Tuero no viste de verde y es egresado de la Facultad de Derecho.

Desde su regreso a la península hasta la década de los noventa, la II Bandera Paracaidista participa en múltiples maniobras y ejercicios, destacando sus colaboraciones con ejércitos extranjeros tanto dentro como fuera de nuestras fronteras (Alemania, Francia, Jordania, Italia, Portugal, Gran Bretaña, Bélgica, Estados Unidos, etc.). desde los años 1990 ha sido desplegada en apoyo de misiones internacionales. En 1996 la Brigada Pasracaidista formó el grueso de SPABRI II, segundo contingente español de la IFOR en Bosnia y Herzegovina, mientras que en 1999 fue movilizada hacia Kosovo, donde estuvo encuadrada entre 2000 y 2001 entre las fuerzas de la OTAN que aplicaron la la Resolución 1224 de Naciones Unidas.

En 2010 volvió a ser desplegada en Afganistán.