Restos del vuelo Malaysia Airlines MH17

Defensa  El sistema de desinformación rusa (y II)

El sistema de desinformación ruso es extremadamente amplio y complejo y permite a Rusia realizar operaciones con un alto nivel de agresividad a corto plazo y operaciones de influencia sobre la población más a largo plazo, donde la utilización de todo tipo de medios combinados va a permitir impactar sobre la opinión pública de los países objetivo, y de sus aliados, generando una tendencia que beneficie los intereses rusos.

Para comprender la operativa se debe hacer referencia al término troll, esos usuarios maliciosos que intentan difundir informaciones falsas o distorsionar la percepción de los usuarios sobre un tema determinado. Su presencia se puede detectar en varias plataformas como Twitter, Threads, Telegram y otras, y su función puede variar desde generar una contradicción sin sentido alguno, dirigirse de forma irrespetuosa a un usuario o atacar a una cuenta o perfil con la intención de neutralizar su opinión, con una avalancha de mensajes creados por él mismo.

Otro tipo de herramientas muy importantes son los hecklers (alborotadores), encargados de viralizar los mensajes generados por los trolls y de contrarrestar todos los mensajes que estén en contra del objetivo de la campaña. Los hecklers también tienen como objetivo el reclutar perfiles afines para que sirvan de apoyo en la viralización de los mensajes. En este sentido, es muy importante la captación de usuarios que dispongan de un amplio seguimiento en las redes, los tradicionales «agentes de influencia o colaboradores», que disponen de capacidad de impacto sobre un número muy elevado de ciudadanos y que no se limitan a difundir mensajes dirigidos a simpatizantes comunistas, sino a multitud de personas ubicadas en todo tipo de grupos como anticapitalistas, antiestadounidenses, antieuropeos, grupos extremistas de una y otra tendencia e incluso miembros del extremismo islámico.

Estos influencers (líderes políticos, personajes de las redes, etc) pueden actuar de modo autónomo e inconsciente, por coincidir con los ideales rusos, o dirigidos por algún otro interés (económico, resentimiento, ego, etc). El alcance que les permite este tipo de personajes lo dirigen a la divulgación de bulos, teorías de la conspiración o informaciones falsas. No importa que sean descubiertos por dos cuestiones: la primera es que el concepto de algunos «seguidores» es la adhesión fanática a lo que su ídolo afirma, sin reflexión alguna; y, lo segundo, porque una vez emitidos los mensajes el daño ya está realizado. En ese sentido se ven favorecidos por la «rapidez» inherente a las redes sociales, algo que hace que olvidemos, con cierta facilidad, lo que ocurrió o se dijo unos días antes.

Anzuelos con cebo

Otro elemento de gran importancia en las campañas de desinformación son los honeypots. Está herramienta, un «anzuelo con cebo», está compuesta, mayoritariamente, por cuentas falsas que simulan pertenecer a una mujer muy atractiva y cuyo objetivo es «facilitar el paso» a los hackers para contaminar los medios informáticos de un usuario y obtener información comprometedora. Los grupos de hackers APT28 (Fancy Bear) y APT29 (Cozy Bear), forman parte de este sistema. Estos grupos de hackers también tienen como objetivo organizaciones estatales y privadas de las que obtienen información de interés para Rusia.

Otra parte de esta estructura de desinformación rusa la forman determinados medios de comunicación, foros, sitios web y otros, controlados por el gobierno ruso y receptores de todos aquellos mensajes que es necesario lanzar sobre las «poblaciones enemigas». Enumero las más importantes:

Agencia de Investigación de Internet (IRA). Fue creada por Evgueni Prigozhin, el dueño también de Wagner, y es una fábrica de trolls que dedica su actividad a crear contenidos para que sean viralizados en diferentes medios de comunicación y en las redes sociales.

Agencia de noticias TASS, financiada por el gobierno ruso y utilizada para difundir informaciones relacionadas con los intereses rusos en el interior y exterior de Rusia. Tiene corresponsales en más de 60 países del mundo.

Cadena de noticias Russia Today (RT) y Sputnik. Tienen como misión mejorar la imagen de Rusia en el exterior, buscando la simpatía de la opinión pública de otros países a través del descredito de los sistemas democráticos y de sus instituciones. Sus objetivos prioritarios son los simpatizantes rusos y los grupos radicales de derecha e izquierda. Para dar mayor credibilidad a sus mensajes suelen contratar periodistas o activistas locales. Su contenido es difundido en seis idiomas: alemán, inglés, árabe, ruso, español y francés.

Russia Beyond es una plataforma de noticias e información en varios idiomas que depende de RT e informa sobre las cuestiones culturales, políticas y de índole empresarial y científico de Rusia.

Perfiles

Entre los perfiles proxy, podríamos referirnos a The Strategic Culture Foundation (Fundación de la Cultura Estratégica) que apoya a pensadores marginales que difunden teorías de la conspiración. Les facilitan una audiencia que no alcanzarían de ningún otro modo; New Eastern Outlook (Nuevo Panorama Oriental); Global Research (Investigación Global). Sitio web canadiense proclive a los posicionamientos rusos. Este sitio web hace el efecto de atracción que supone que un medio occidental se fije en los planteamientos rusos; South Front (Frente del Sur). Sitio web de desinformación en línea multilingüe que trata sobre asuntos militares y de seguridad. Este medio intenta atraer a las personas a las que le gustan los temas militares y a veteranos militares; Geopolitica.ru. Es la plataforma a través de la cual los nacionalistas rusos difunden su información; y Katehon, que aparentemente es un think-tank ubicado en Moscú que propaga desinformación y propaganda antioccidental en cinco idiomas.

Un caso de interés, en el que se demuestra el poder de desinformación del sistema ruso es el del derribo del vuelo comercial de Malaysia Airlines MH17. Desde el primer momento, a sabiendas de que el derribo se había producido por el lanzamiento de un misil ruso por parte de las fuerzas rebeldes ucranianas del Dombas, Rusia se apresuró a negar el hecho y a lanzar una campaña de desinformación que ha finalizado hace unos meses al dictar sentencia el tribunal holandés que ha llevado a cabo el juicio sobre el asunto y declarar culpable a Rusia.

Los relatos y mensajes viralizados en las redes incluyeron todo tipo de argumentaciones, propagadas por muchos de estos «colaboradores» o «influencers» en las redes, tal como que había sido un caza ucraniano el que había derribado al MH17, que había sido el disparo de un misil ucraniano para poder así acusar a Rusia y provocar la intervención de la OTAN. El sistema de desinformación rusa al completo consiguió su objetivo, provocar la duda permanente durante años sobre la autoría del derribo, utilizándola permanentemente en contra de Ucrania y los países que la apoyan y, cuando se ha dictado sentencia inculpatoria, limitándose a decir que no respeta la decisión del tribunal holandés.

El doctor en Odontología Don Oscar Carreres Talens, miembro del equipo de investigación del Ministerio de Defensa de Países Bajos, designado para la investigación de los hechos, nos informó en su día de que «intentaban esconder cualquier signo que pudiese hacernos deducir la autoría...»; «en alguno de los cuerpos pudimos ver señales del intento de inserción de restos balísticos procedentes de armamento ucraniano, produciendo lesiones post-morten características, todo con el objeto de inducir a error a los investigadores»; «en los análisis de la zona del paladar pudimos observar que existían también lesiones post-morten producidas por el intento de retirar los fragmentos metálicos con el método del raspado».

Estas declaraciones de uno de los responsables de la investigación nos muestran la intención permanente de Rusia de ocultar la verdad, intentando obstaculizar la investigación por cualquier medio y realizando, paralelamente, en todo el período, la divulgación de informaciones falsas para influir en la opinión pública internacional, intentando incluso desprestigiar a los miembros del equipo de investigación.