Armada Una fragata española escolta en el Estrecho de Gibraltar al megaportaaviones nuclear USS Eisenhower
La fragata española ‘Reina Sofía’ y un helicóptero SH60B de la Décima Escuadrilla han acompañado en el Estrecho de Gibraltar al Grupo de Combate del imponente portaaviones nuclear norteamericano USS Dwight D. Eisenhower (CVN 69) durante su tránsito hacia el Atlántico. ESte gigantesco buque tiene una eslora de 333 metros, capacidad para albergar 90 aeronaves y dos reactores nucleares.
El portaaviones nuclear tiene como misión desde octubre de 2023 interceptar los ataques yemeníes contra barcos vinculados con «Israel». Hace dos semanas se supo que recibió la orden de abandonar el mar Rojo y regresar a su base en Norfolk (Virginia).
A finales del pasado mes de junio, los hutíes anunciaron un nuevo ataque contra el portaaviones estadounidense 'Eisenhower' en el mar Rojo con varios misiles balísticos y de crucero. Estados Unidos informó posteriormente de su regreso a Estados Unidos y próxima sustitución por el USS Theodore Roosevelt.
“Buen viento y mar propicio al grupo de ataque del portaaeronaves USS Dwight D. Eisenhower en su vuelta a casa con sus familias", publicó el Mando Central de las Fuerzas Armadas estadounidenses. El grupo se retira de la zona con 30.000 horas de vuelo y 55.000 millas recorridas.
El USS Dwight D. Eisenhower (CVN 69), denominado popularmente «Ike», tiene propulsión nuclear y es el segundo de la clase Nimitz. Ike entró en servicio el 18 de octubre de 1977. Después de 14 meses de entrenamiento de la flota, realizó su primer despliegue en el Mar Mediterráneo en 1978, según señala la US Navy. En octubre de 1985, después de su cuarto despliegue, Ike se sometió a una compleja revisión en Newport News Shipbuilding, que se prolongó durante 18 meses. Fue entonces cuando se le incorporó el Sistema de Armas de Cercanía, el Sistema de Misiles Sea Sparrow de la OTAN, el Sistema de Datos Tácticos de la Armada, el Módulo de Guerra Antisubmarina y actualizaciones de comunicaciones.
La fragata Reina Sofía se encuentra realizando una misión de vigilancia reforzada en el Estrecho. En sus más de tres décadas de vida, ha acreditado su eficacia en la escolta de grupos de proyección (portaaviones y buques anfibios) y en la protección del tráfico marítimo en puntos clave, como el Estrecho de Gibraltar o el Mar Rojo. Este último cometido tiene en la actualidad especial importancia por la necesidad de garantizar la seguridad de las rutas comerciales tras el ataque de Hamás a Israel.
Esta fragata puede embarcar dos helicópteros de tamaño medio, normalmente Sikorsky SH-60B «Seahawk» con capacidad de lanzamiento de misiles Penguin y torpedos, o alternativamente drones Scan Eagle. Como aclara la Armada, fragatas, destructores y corbetas reciben la denominación genérica de «escoltas», por ser la protección su cometido principal. «El cometido que se preveía para las unidades de la clase Santa María era la escolta oceánica de grupos de combate y de buques mercantes en aguas abiertas, donde la principal amenaza la constituía el submarino, aunque sin descartar aeronaves y buques de superficie. Hoy en día, los escenarios de las operaciones navales se han trasladado a las aguas litorales», subraya.