El gigantesco A400M y los dos Eurofighter que lo interceptaron y escoltaron hasta la base de Morón (Sevilla)A.G.

Ejército del Aire y del Espacio  En las tripas de un A400M en vuelo, «cazado» por dos Eurofighter

Un torbellino de ruido y aire nos envuelve en la base aérea de Torrejón (Madrid) al aproximarnos al gigantesco Airbus A4OOM. Sus inconfundibles hélices se mueven a velocidad vertiginosa. La pesada rampa trasera está abierta para facilitar la entrada, que se asemeja a la boca abierta de una enorme ballena. Una vez en los asientos, dispuestos en los laterales de la gigantesca bodega, la rampa se cierra lentamente y el avión despega con destino a la base de Morón (Sevilla). Es imposible no reparar en el poderoso fuselaje del avión, que lo recubre como una armadura metálica a un guerrero alado.

En el interior del estómago de hierro del A400M se pierde el contacto con el exterior. Apenas se atisba desde las puertas de emergencia, cuyos ventanales permiten adivinar los árboles al despegar. El avión toma velocidad y se eleva. El A400M puede volar a distancias de hasta 4.700 millas náuticas (8.700kilómetros), a una altitud de crucero de 37.000 pies (unos 11,2 kilómetros) y una velocidad de hasta 0,72 Mach, similar a la de un avión con motor a reacción. Debajo del asiento hay un chaleco salvavidas, y en caso necesario salta una mascarilla de oxígeno, lo mismo que en cualquier avión comercial.

El A400M que partició en la gesta Pacific Skies del Ejército del Aire y del EspacioEjército del Aire y del Espacio

Las impresionantes hélices de un A400M en la base aérea de TorrejónA.G.

La enorme rampa trasera del A400M permanece abieerta poco antes de despegar de la base aérea de Torrejón (Madrid)Ejército del Aire y del Espacio

En esta misma bodega decenas de personas se apiñaron para lograr salir de Afganistán durante la caótica retirada de Estados Unidos y sus aliados en agosto de 2021. El Ejército del Aire y del Espacio logró cumplir la difícil misión de evacuar a España al personal de la delegación española y a unos 400 colaboradores afganos y sus familias. Queda en el recuerdo el lamento del entonces capitán José Fernández Prados, piloto de un A400 M español, como triste recordatorio de aquellos días: «Piensas en la gente que no pudimos sacar de allí»...

Apenas dos años después, en abril de 2023, el A400M volvió a ser crucial para España, esta vez en Sudán. En aquel momento, los enfrentamientos entre el Ejército sudanés y las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido, estallaron con gran virulencia, especialmente en la capital, Jartum. Una espiral de violencia se extendió con cientos de civiles muertos y miles de heridos o desplazados. Defensa logró evacuar en 48 horas a 114 personas.

De repente, dos cazas Eurofighter interceptan el vuelo del A400M a unos 8.000 metros de altura. Se sitúan a ambos lados del coloso del aire y escoltan el vuelo hasta Morón. Este es el mismo operativo que ha participado en el ejercicio Pacific Skies, la gesta del Ejército del Aire que ha supuesto una vuelta al mundo. Un inédito ejercicio que ha propiciado un intercambio de procedimientos, técnicas y experiencias que han reforzado la capacidad operativa conjunta con Francia y Alemania, pero también con los países en los que se ha desplegado, desde Alaska a Japón pasando por Australia. Los dos A400M y los cuatro Eurofighter españoles han efectuado el equivalente a diez vueltas al mundo en kilómetros volados. Desde una ventanilla puede observarse el vuelo sincronizado de los dos Eurofighter. Debajo, las nubes parecen un suave colchón mientras las hélices del avión giran hipnóticamente. A esa altitud, se vuela por encima de las condiciones meteorológicas adversas y las turbulencias que se dan a altitudes medias. Los cazas exhiben su poderío mientras «navegan» con la luz del amanecer al fondo.

Un fotógrafo capta el cierre de la rampa del A400M desde el interior del aviónEjército del Aire y del Espacio

La imponente rampa del A400M cerrada poco antes de emprender el vuelo a la base de Morón (Sevilla)A.G.

Durante el vuelo vienen a la memoria las imágenes tantas veces vistas de espectaculares saltos de paracaidistas. Espectaculares, pero siempre muy arriesgados. Este avión puede transportar 116 paracaidistas completamente equipados, que saltan de dos en dos desde la rampa o por las puertas laterales de salto. Esta capacidad de salto simultáneo permite a los equipos llegar a tierra más agrupados y estar listos para operar con rapidez. El lanzamiento de paracaidistas puede hacerse desde altas altitudes: desde 40.000 pies (12.200 metros) para operaciones de fuerzas especiales. Pero también puede entregar cargamentos a baja altura, hasta 15 pies. El pasado mes de agosto, el Ala 31 lograba un hito con el primer lanzamiento paracaidista de alta altitud desde un A400, concretamente a unos 7.000 metros de altura. Estos saltos HALO (High Altitud, Low Opening) supone lanzar paracaidistas a gran altitud en el que la apertura del paracaídas se realiza a baja cota. Son lanzamientos cuyo fin estratégico es la infiltración de tropas en terreno enemigo.

A bordo del A400M no dejan de asombrar sus dimensiones. Airbus, la compañía fabricante, ofrece unos datos que dan idea de su tamaño: «Con un espacio interior útil de cuatro metros de ancho y otros cuatro de alto, y una longitud útil de casi 18 metros, este fuselaje le permite transportar numerosos tipos de carga de gran tamaño como por ejemplo un helicóptero NH90 o un CH-47 Chinook, o dos vehículos de transporte de infantería (ICV) Stryker de 17 toneladas para uso militar».

Airbus A-400MKindelán

Airbus A-400MKindelán

Airbus A-400MKindelán

Airbus A-400MKindelán

El A400M se lanzó en mayo de 2003 ante la demanda de siete naciones europeas reagrupadas en la Organización para la Cooperación Conjunta en Materia de Armamento (OCCAR): Bélgica, Francia, Alemania, Luxemburgo, España, Turquía y el Reino Unido, a las que se unió Malasia en 2005. El ensamblaje del A400M se lleva a cabo en España; las alas (diseñadas en gran parte con materiales compuestos) se fabrican en el Reino Unido, mientras que el fuselaje se construye en Alemania.

Una de sus grandes capacidades, que ha mostrado durante Pacific Skies, es que cualquier A400M puede reconfigurarse rápidamente para convertirse en un avión cisterna táctico de dos puntos capaz de reabastecer receptores equipados con sondas a las velocidades y altitudes que prefieran. Tiene una capacidad básica de combustible de 63.500 litros (50.800 kg), que puede aumentarse aún más con tanques de carga adicionales, lo que da idea de su potencialidad.

Los tres aviones toman tierra en Morón. El A400M queda como una ballena varada. Tras la gesta de Pacific Skies su imagen de avión «todo terreno» se ha consolidado. Su versatilidad está fuera de duda. Allá arriba, el A400M se ha hecho hueco entre los grandes colosos del aire.