El desfile del 12 de octubre ha estado marcado por una intensa lluvia que ha dejado a los españoles sin poder disfrutar del espectáculo de las 85 aeronaves que iban a participar en el desfile. No obstante, el agua le ha dado un punto más sentido a uno de los momentos más emotivos de esta celebración: el homenaje a los caídos.

«Honor y gloria a los que dieron su vida por España» reza una placa bajo la enseña nacional, en la que S.M. el Rey Felipe VI, acompañado por su hija la Princesa Leonor, ha depositado una corona de laurel en homenaje a los caídos. Este sentido recuerdo se acompaña de una de las canciones más conocidas del ejército, «La muerte no es el final».

Cantado a coro por todos los militares, por el Rey y la Princesa, por algunas de las autoridades como Santiago Abascal e Isabel Díaz Ayuso y por muchos ciudadanos, esta canción es un sentido homenaje a todos aquellos que han dado su vida por defender España.