el Ministerio de Defensa aprobó en 2023 un nuevo programa para la obtención de un Sistema Lanzador de Alta Movilidad (SILAM)Ejército de Tierra

Industria militar  Escribano y Expal entregarán el demostrador del lanzacohetes SILAM en diciembre

La adjudicación contempla 12 sistemas, dos baterías de seis lanzadores, más un demostrador, otros dos para instrucción, y 680 cohetes guiados por una inversión máxima de 697 millones de euros

Ha tenido que aprender a vivir sin ellos durante más de una década. Ajustar sus tácticas y unidades. En 2011, hace ya 13 años, el Ejército de Tierra español se quedó sin lanzacohetes. El sistema Teruel, diseñado en los años 80, fue dado de baja por obsoleto. Ahora se está más cerca de recuperar esta capacidad militar que conflictos como el de Ucrania ponen en valor como imprescindibles. Dentro del esfuerzo financiero por incrementar los recursos para nuestras Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa aprobó en 2023 un nuevo programa millonario para la obtención de un Sistema Lanzador de Alta Movilidad (SILAM, siglas en español). Fue adjudicado a las empresas Escribano EM&A y Rheinmetall Expal Munition, aunque en este caso, y a falta de tecnología completamente española, el sistema principal está basado en el PULS de la israelí Elbit Systems.

La adjudicación contempla la adquisición de 12 sistemas, dos baterías de seis lanzadores, más un demostrador, otros dos para instrucción, y 680 cohetes guiados por una inversión máxima de 697 millones de euros. La primera dotación presupuestaria para el SILAM, de las cuatro que contempla, fue de 22 millones para el año 2023 y la correspondiente a este año está ligada, entre otras cosas, a la presentación del primer prototipo del sistema. Al contrario que con otros contratos significativos del Ministerio de Defensa, esté cumple los plazos comprometidos.

Silam de EscribanoKindelán

SilamKindelán

Así lo afirmó director técnico de la Asociación de Empresas Contratistas con las Administraciones Públicas de España (Aesmide), el general retirado Santiago Camarero, durante su participación en la jornada Sector de la Defensa: Oportunidades para las Empresas Andaluzas, la Investigación y la Innovación, organizada por la Junta de Andalucía y celebrada en la Diputación de Córdoba y para atraer a las empresas del sector civil con motivo de la futura Base Logística del Ejército de Tierra (BLET).

En su intervención, Camarero confirmó que antes de que finalice este año, Escribano y Rheinmetall Expal entregarán el primer prototipo, un año después de que Escribano se instalará en Córdoba, donde cuenta ya con una fábrica que será encargada del montaje final del sistema. Una vez se entregue el prototipo, instalado en un camión IVECO, Defensa tendrá que dar su visto bueno, o solicitar modificaciones, con lo que el sistema volvería a la fábrica. Las primeras pruebas de fuego podrán tener lugar en 2025, 18 meses desde el inicio del programa, si se siguen cumpliendo los plazos, aunque todavía no se sabe dónde se llevarán a cabo.

Respecto al reparto de carga de trabajo, Escribano es responsable de los elementos mecánicos, la hidráulica y la electrónica del sistema lanzacohetes, así como a integración de los sistemas blindados y las estaciones de armas. Expal, por su parte, se encargará de la munición. La española GMV tendrá que integrar el TALOS en el SILAM. Se trata de un sistema de mando y control distribuido cuyas funciones incluyen el planeamiento de la maniobra y del apoyo de fuego. Emplea «herramientas de apoyo a la decisión para la selección de línea de acción, la conducción de la maniobra, el seguimiento de fuerzas propias y la ejecución y observación de tiro». Por su parte, IVECO proporcionará los camiones 8x8 donde se integra el sistema lanzador.

La participación más polémica: la israelí

La parte más polémica del programa fue la decisión del Ministerio de Defensa de optar por un sistema israelí en vez de uno estadounidense. El PULS (Precise & Universal Launching System) es la versión modernizada del lanzador Lynx desarrollado por una otra empresa israelí que compró Elbit System en 2018. Desde entonces, esta solución de lanzacohetes ha ido popularizándose y ejércitos como el de Dinamarca y Países Bajos se encuentran esperando recibir las primeras unidades. La semana pasada, Elbit Systems informó haber firmado con un país europeo no identificado el suministro de otro sistema PULS incluido equipos de RPAS Hermes 900 —el más grande que tiene la empresa israelí— por un valor de 335 millones de euros con un periodo de ejecución de tres años y medio. Su principal competidor es el estadounidense M-142 HIMARS (Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad) estadounidense fabricado por Lockheed Martin. Recientemente ganó notoriedad por la decisión de Washington de cederlo a Ucrania para utilizarlo contra las tropas rusas.

Escribano y Expal entregarán el demostrador del lanzacohetes SILAM en diciembreEjército de Tierra

La polémica surgió cuando la ministra de Defensa, Margarita Robles, anunció la decisión de suspender desde octubre de 2023 la compra y venta de material militar a Israel, lo que generó incertidumbre sobre si afectaría al programa SILAM. Sin embargo, Robles resaltó que esta prohibición no se aplicaría a «las compras que estaban en marcha». En concreto, se refería a cuatro programas con tecnología israelí: el referido SILAM, el misil anticarro Spike, el designador láser para los cazas Eurofighter (estos dos últimos de la compañía Rafael), así como la radio de combate E-Lynx (esta de la empresa Elbit).

Cuatro tipos de cohetes para el SILAM

Estos lanzacohetes, aunque sean recibidos y estén operativos en el Ejército de Tierra, para lo que todavía queda un tiempo, irán destinados al Grupo de Artillería Lanzacohetes de Campaña (GALCA) n.º 63 del Mando de Artillería de Campaña (MACA), que, como complemento al SILAM, recibirá un Sistema de Fuego Indirecto (IFS) con radares de localización, sistemas aéreos remotamente controlados (RPAS), equipos de abastecimiento y ayuda a la proyección, y un paquete inicial de 680 cohetes de cuatro tipos que tendrán un alcance de entre 7 y 300 kilómetros. El SILAM, que puede ser operado por dos o tres personas, se dispara en menos de un minuto y salir de posición también en un tiempo de un minuto. La recarga del contenedor de misiles puede hacerse en menos de 10 minutos.

El Ministerio de Defensa ha contratado con cuatro tipos de misiles distintos: Accular, Extra, Predator Hawk y entrenamiento. Del primero Accular, de 122 mm. y motor de 27 kilos, el ET dispondrá de 288 unidades —144 con cabeza de guerra de fragmentación y otros tantos de penetración— que podrán lanzarse a una distancia de 35 kilómetros. Se suman 112 cohetes del modelo Extra con 150 kilómetros de rango —56 de fragmentación y 56 de penetración— y 64 cohetes Predator Hawk —también mitad y mitad— que consiguen 300 kilómetros de alcance (32 de fragmentación y 32 de penetración). También se incluyen 216 cohetes de entrenamiento con alcance de entre 7 y 15 kilómetros.

El sistema israelí PULS, en el que se basa el SILAM, posee la capacidad para integrar dos pods (cápsulas de cohetes) de diferente munición. De esta forma, un mismo vehículo lanzador puede transportar en un solo pod hasta 18 cohetes Accular de corto radio y, en el otro, 4 unidades de Extra. Los que demandan más espacio a bordo son los Predator, que solo puede llevar 2 de ellos en cada pod. El lanzacohetes estará equipado con una estación de armas remota Aspis para autopropulsión y llevará integrado un sistema de entrenamiento.

Respecto al grupo GALCA n.º 63 que recibirá los nuevos sistemas, contará con un Puesto de Mando de Grupo con 4 vehículos tipo VAMTAC especialmente carrozados; una Batería de Reconocimiento con 6 VAMTAC más específicos para cometidos de reconocimiento avanzado; dos Baterías de Armas, cada una con un VAMTAC Puesto de Mando de Batería y 2 más de Puesto de Mando de Sección, y 6 camiones 6x6 u 8x8 conformados como vehículos lanzacohetes para contenedores intercambiables y camiones de municionamiento; una Sección de Recuperación con camiones grúa, y una batería de Sensores A/O con 4 radares multifunción sobre camión y cuatro sistemas de RPAS tácticos (12 unidades) capaces de enviar información desde 300 km de distancia y volar durante al menos 14 horas.

En relación con el presupuesto, según fuentes oficiales, 414,2 millones de euros serán para la adquisición de lanzadores y todos los vehículos asociados: 1,9 millones para la integración del sistema TALOS y las radios; 76,7 millones para los cuatro radares contrabatería y sus sistemas auxiliares, y 204,6 millones para los RPAS.

Este sistema es uno de los principales retos que enumeró Camarero en su participación, durante la que mencionó, asimismo, el Silpre, el conocido como cerebro de la BLET, que está realizando ya sus primeras pruebas de su sistema predictivo en vehículos del Ejército de Tierra y ha empezado a desplegarse por varios de los parques de vehículos que tiene el Ejército repartidos por España, incluyendo el de El Higuerón. Víctor Gavín, responsable comercial de Navantia para el Ejército de Tierra de Navantia, empresa que lidera la unión temporal de empresas que está desarrollando el Silpre -junto a la Universidad de Córdoba e Indra-. Gavín aseguró que el sistema ha superado ya el CDR (Critical Design Review), el hito por Tierra verifica que el diseño cumple con los requisitos y objetivos establecidos, lo que permite pasar a la fase de fabricación.