¡Submarino hundido! BAM-IS al rescate con drones

El Arma Submarina tiene una peligrosidad indisoluble a su propia naturaleza. El moderno submarino S-81 de la armada española tiene en su sala de mando una imagen de la Virgen del Carmen que acompaña a la dotación en todas sus operaciones. La peligrosidad de la navegación submarina resulta obvia, y no son pocas las circunstancias en las que hay que dirigirse a la Virgen. Como dice el dicho marinero, que se encuentra enmarcado en la sala de mando del portaaviones L-61 Juan Carlos I: «El que no sepa rezar, que vaya por esos mares y verá que pronto aprende sin enseñárselo nadie».

La OTAN dispone del Sistema de Rescate Submarino de la OTAN (NSRS, por sus siglas en inglés), diseñado para responder a emergencias relacionadas con submarinos, por ejemplo cuando una tripulación queda atrapada en un submarino averiado o hundido. Desarrollado en colaboración entre varios países aliados, su principal cometido es ofrecer una respuesta rápida en situaciones de emergencia submarina, operando en un amplio rango de condiciones, incluidas profundidades de hasta 610 metros.

España va a incrementar esta capacidad gracias al BAM-IS (Buque de Acción Marítima - Investigación Subacuática), uno de los proyectos más innovadores y estratégicos en desarrollo por la Armada Española. Esta nueva unidad será capaz de operar con el Sistema de Rescate Submarino de la OTAN, lo que le permitirá poder obtener, por primera vez para un buque de la Armada, la certificación Moship para actuar como buque nodriza de los sistemas de Salvamento y Rescate de submarinos de la OTAN.

Los espacios subacuáticos tienen una importancia cada vez más estratégica. Las amenazas a cables submarinos, oleoductos y gasoductos, esenciales para las comunicaciones globales y el suministro energético, han llevado a los principales países a desarrollar capacidades específicas para protegerlos. En este contexto, el BAM-IS permitirá a la Armada Española contar con un buque polivalente que combine tareas científicas, militares y de rescate.

El astillero de Navantia Puerto Real en la provincia de Cádiz acogió a principios de diciembre el acto de corte de chapa del nuevo Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática (BAM-IS) para la Armada, con lo que se dio inicio a la construcción del mismo.

Esto se ha producido tras celebrarse en este mismo astillero la reunión de la Revisión Crítica de Diseño (CDR) por parte de la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), la Armada y Navantia, como informó Navantia

Una vez superado este hito, se verifica la madurez del diseño constructivo, procediéndose al inicio de la fase de fabricación del buque, que tendrá algo más de 5.000 toneladas. Diseñado con el concepto de buque eléctrico, Navantia subraya que presenta aspectos de última generación, como la planta de distribución de corriente en corriente continua con baterías o propulsores Voith con motores de imanes permanente, que le confieren al buque capacidad para el posicionamiento dinámico, todo ello contando con unos diésel-generadores que cumplen con los últimos estándares medioambientales Tier III.

El buque tendrá un carácter «marcadamente modular», y con su amplia cubierta de trabajo, superior a los 400 m2, posibilita la instalación de diferentes sistemas modulares que le permiten configurarse en diversos perfiles de misión, como operaciones de buceo, salvamento o rescate de submarinos o protección del patrimonio subacuático.

Contará además con una innovadora planta propulsora y de generación eléctrica basadas en tecnologías con corriente continúa, sistemas de almacenamiento de energía y propulsores cicloidales, que le proporciona la capacidad de mantener un posicionamiento dinámico de gran precisión incluso en condiciones meteorológicas adversas. Por otro lado, contará con vehículos no tripulados (ROV) capaces de realizar exploraciones e intervenciones subacuáticas remotamente.

Corte de chapa

Al acto de corte de chapa asistieron el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, y el director general de Armamento y Material de la Secretaría de Estado del Ministerio de Defensa, Aniceto Rosique, entre otras personalidades. Rosique afirmó que llegar al corte de chapa ha sido posible «gracias a los incrementos presupuestarios que se han producido en los dos últimos años», que ha permitido su aprobación en Consejo de Ministros e iniciar la fase de obtención para satisfacer los requisitos de Estado Mayor definidos por la Armada.

«Este es un buque que incrementa la autonomía estratégica industrial al mantener la autoridad de diseño nacional, realizando una tracción industrial y económica en el corredor sur, contribuyendo a la base industrial y tecnológica de la Defensa y a la cohesión territorial», ha asegurado.

Además, el responsable del DGAM agradeció «el espíritu de colaboración y corresponsabilidad» de todos los que están colaborando con la Secretaría de Estado y todas sus direcciones, en particular con la DGAM, como Navantia, la Armada, universidades, centros tecnológicos, instituciones o empresas, entre otros.

A continuación, el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, indicó que el Buque de Acción Marítima de Intervención Subacuática representa «un avance significativo» en sus capacidades tecnológicas y operativas, reforzando su compromiso con la defensa nacional. Como ha afirmado, «este moderno buque se incorpora ahora al porfolio de Navantia, colocándonos una vez más, gracias al respaldo del Ministerio de Defensa, a la vanguardia de esta clase de buques a nivel global».

A continuación, y tras pulsar el botón de puesta en marcha, comenzó el corte en la piscina de plasma. La construcción ha comenzado después de que en 2023 el astillero ya pusiera a prueba las nuevas herramientas digitales de diseño, control y gestión con la construcción de un bloque piloto. El BAM-IS será el primer buque construido en el astillero de Puerto Real en el que se utilizarán estas herramientas.