Así es el Hespérides, el buque rompehielos de la Armada Española que viaja a la Antártida

Hemos subido a bordo del Hespérides para saber cómo será la navegación hasta el Polo Sur y conocer las instalaciones con las que cuenta el buque de investigación oceanográfica de la Armada

Unos 14.000 kilómetros separan España de la Antártida, hacia donde navega el Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides, que acaba de comenzar su XXIX Campaña Antártica. El destino es la base española Gabriel de Castilla, del Ejército de Tierra, pero antes atravesarán el Atlántico

«Llegamos hasta Mar de Plata, en Argentina», y hasta Ushuaia donde se «embarcan todos los científicos», explica desde el puente de mando del buque el Alférez de Navío, Alejandro Díaz, oficial de Puente y Meteorología, que nos enseñará el buque y parte del equipo que utilizarán en la Antártida. La misión consistirá en la apertura de las bases científicas españolas Juan Carlos I y Gabriel de Castilla, gestionadas por el CSIC y el Ejército de Tierra respectivamente. El buque trasladará hasta allí a los militares del Ejército de Tierra y a los científicos, Pero su trabajo no termina ahí: «Luego nosotros tenemos que volver a recoger a otros científicos, que son los que realizan los proyectos navegando», comenta el Alférez de Navío (AN).

Es en esas navegaciones donde el Hespérides se enfrenta al gran peligro de la zona: los hielos e icebergs. Para evitar cualquier colisión varios miembros de la dotación vigilan el paisaje helado desde el puente de mando, donde además de toda la tecnología que tienen para su detección, también hay un panel con los diferentes tipos de hielos, algunos muy peligrosos como los gruñones o «el producido por un desprendimiento de tierra que se queda navegando, se sumerge mucho y se ve solo un octavo de su tamaño», explica el oficial.

Eso sí, el Hespérides está más que preparado para enfrentarse a los icebergs, porque tiene un refuerzo en la proa: la Roda, que es «la línea que se une con la quilla desde lo más a proa del todo hasta abajo».

Imagen interior del HespéridesGonzalo Jiménez Tapia

«Por lo tanto, este buque puede romper unos hielos de unos cuarenta centímetros. De todas maneras, siempre se procura evitar el contacto con el hielo, porque, aunque tu buque esté certificado para romperlo, es preferible esquivarlo», advierte el oficial de Puente y Meteorología.

Saunas y trajes contra el frío

El Hespérides es una pequeña ciudad flotante con su cocina preparada para los movimientos inesperados y las cabezadas del buque, una sección de camarotes y salas donde científicos y militares comparten los momentos de descanso, al igual que un amplio gimnasio en el que sorprende encontrar una sauna, que no es para relajarse después de un duro día de trabajo sino para entrar en calor de manera rápida después de pasar tantas horas bajo cero.

Antes de llegar a ese extremo, cada persona a bordo cuenta con un extenso equipo formado por «calcetines, mallas, camisetas térmicas y para fuera ropa de invierno, como pueden ser pantalones, un forro polar que viene con un forro por dentro que es bastante abrigado. Y por supuesto, encima de todo esto otros pantalones específicos para la nieve», como enseña el AN Alejandro.

Interior de la cocina del HespéridesGonzalo Jiménez Tapia

Todo ello lo utilizan para hacer maniobras en las cubiertas exteriores del barco, pero «si tuviese que estar durante más de una hora trabajando, por ejemplo, en las grúas, tanto en proa como en popa, hay que llevar un traje especial que es conocido como Viking, es como un traje de bombero mucho más grueso y con unos guantes específicos», explica.