Así es el Entroido, el carnaval gallego al que tendrás que ir disfrazado si no quieres ser castigado

El Entroido o Carnaval gallego es ya Bien de Interés Cultural. Este jueves se publicó en el Diario Oficial de Galicia (DOG) la resolución que inicia el procedimiento para que sea reconocido como tal.

Cabe recordar que esta celebración estaba ya protegida por su interés etnológico, la función social y la riqueza cultural y patrimonial que representa, así como su capacidad de generar riqueza en el ámbito local, fortalecer la convivencia y el entretenimiento.

Ahora, con la publicación oficial, se inicia un procedimiento que durará un máximo de 24 meses para completar este expediente. No obstante, la protección como BIC ya está en vigor desde este mismo jueves.

Estas medidas generales de salvaguarda comprometen a las administraciones públicas a garantizar su viabilidad, señaladamente su identificación, documentación, registro, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión y revitalización.

El carnaval gallego, o Entroido (también llamado Antroido o Introido, entre otras denominaciones), es además una celebración de larga tradición popular, sobre todo en la provincia de Orense. Hoy goza de muy buena salud, aunque algunos ritos y peculiaridades se hayan perdido y otros estén en proceso de recuperación.

Tal y como se destaca en la página web de la Xunta de Galicia, la importancia del Entroido es tal que once carnavales gallegos exhiben con orgullo la calificación oficial de «Fiesta de Interés Turístico». Y más de 175 municipios de Galicia han declarado festivo alguno de los días de Carnaval.

Eso sí, conviene ir disfrazado de lo que sea ya que los gallegos valoran la participación. Sin disfraz uno corre el riesgo de sufrir unos golpes de fusta, de que le echen harina u hormigas vivas o de tener que invitar a una ronda de vinos. Es la ley no escrita del Entroido.

Además, hay también otra ley que se cumple a rajatabla: la de los banquetes gastronómicos. Una cocina de suculentos platos, perfecta para reparar fuerzas, que tiene como protagonista al cerdo y de acompañantes a las patatas, los grelos y los garbanzos. De postre, «filloas», «orellas», «bica»; y de remate, un buen licor café.