Termina la campaña
El PP y el BNG se juegan el todo o nada a seis cartas en unas elecciones inciertas
El voto útil, los restos, la decisión de los aún indecisos, el voto exterior, la posible irrupción de Democracia Ourensana y la participación decidirán el resultado de los comicios del domingo
Bajado el telón de la campaña electoral en Galicia, a los candidatos ya solo les queda esperar el veredicto de las urnas del domingo. Las últimas dos semanas dejan un panorama incierto, con el PP yendo de más a menos en las encuestas y el BNG de menos a más, por el efecto aglutinador de Ana Pontón.
¿Podrá retener Alfonso Rueda la mayoría absoluta que heredó de Alberto Núñez Feijóo?, ¿será capaz la izquierda de dar un vuelco en una tierra en la que lleva haciendo penitencia desde 2009, tras el bipartito de Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana? Hay seis variables, seis cartas que decantarán la balanza de uno u otro lado: el voto útil, los restos, la decisión de los aún indecisos, el voto exterior, la posible irrupción de Democracia Ourensana y la participación.
El voto útil
La dinámica de bloques que ha inoculado Pedro Sánchez a la política española ha acabado por convertirse en un arma de doble filo para él mismo. Puesto que el PSdeG va camino de sufrir la mayor fuga de votos de su historia en beneficio del BNG, que lidera las únicas opciones de cambio.
En las últimas horas de la campaña, los populares y los nacionalistas gallegos han centrado sus mensajes en apelar a ese voto útil para rentabilizar al máximo cada papeleta. Cuantitativamente, el PSdeG será el gran perjudicado, puesto que podría verse reducido a 12 escaños en el próximo Parlamento. Pero, cualitativamente, lo probable es que las dos principales víctimas del voto útil sean Sumar y Vox.
Contra ello trataron de luchar tanto Yolanda Díaz como Santiago Abascal en sus últimos mensajes. «Esa llamada al voto útil que algunos hacen permanentemente es una llamada al voto estafa», afirmó el líder de Vox. Mientras que la de Sumar señaló que el cambio solo estará garantizado si su partido arrebata al PP los últimos escaños que le disputa. «Es ciencia», según la vicepresidenta segunda.
Los restos
El voto útil es una cara de la moneda; los restos son la otra. Se trata de los votos que no fructifican en escaño, pero que le pueden quitar uno al compañero de bloque. En Galicia, para que un partido tenga representación electoral necesita superar el listón del 5 % de porcentaje de voto en las cuatro circunscripciones. Los sondeos sitúan a Sumar, Vox y Podemos por debajo. Al PSOE le ha interesado azuzar la polémica del no pacto entre Alberto Núñez Feijóo y Carles Puigdemont precisamente para que Vox suba y pegue un mordisco al PP.
Los indecisos
Los indecisos constituyen una de las grandes variables en todas las elecciones, sean del ámbito que sean. Se calcula que hay una quinta parte del electorado que aún no tiene claro qué votar. La apelación a los que dudan es otro clásico de los días finales de cualquier campaña. En este caso, es más factible que los indecisos provoquen movimientos intrabloques que entre bloques. Es difícil pensar que un votante del PP se plantee votar a un PSdeG que va escoltando al nacionalismo gallego. Por el contrario, es más fácil pensar que un votante del PSdeG pueda apostar al caballo ganador del bloque de izquierdas, que es el BNG.
El voto exterior
Hay 476.514 gallegos residentes en el exterior convocados a estas urnas, casi el 18 % de un censo que asciende a 2.693.624 votantes. Más de un tercio de ellos vive en Argentina. Con estos números, el voto CERA (en alusión al Censo Electoral de Residentes Ausentes) puede jugar un papel trascendental en estas elecciones. Sobre todo, porque son las primeras tras la supresión del voto rogado: el farragoso trámite burocrático que obligaba a los residentes ausentes a solicitar el voto y que redujo el voto CERA a mínimos durante el tiempo en que estuvo en vigor.
En las pasadas elecciones generales, el voto de los residentes ausentes dio un escaño más al PP y se lo quitó al PSOE. Y no un escaño cualquiera: tras ese volteo, Pedro Sánchez quedó más encadenado a Puigdemont. Ya no le bastaba con la abstención de los siete diputados de Junts a la investidura; necesitaba su sí.
En Lugo y Orense hay aún más probabilidades de que el voto exterior decida el último escaño, porque tiene más peso en el censo. En concreto, representa el 20,71 % en la circunscripción lucense y el 29,28 % en la orensana. Si el resultado es de photo finish, puede que la incertidumbre no acabe la noche electoral: el voto exterior ya está todo emitido, pero se recontará entre el lunes y el jueves.
Democracia Ourensana
El invitado inesperado de la noche electoral puede ser Democracia Ourensana, una formación que se presenta por quinta vez a las elecciones gallegas pero que por primera vez tiene opciones reales de conseguir un escaño. Y todo gracias a su excéntrico, pero carismático líder, Gonzalo Pérez Jácome, alcalde de la ciudad. El candidato del partido, Armando Ojea, ya se frota las manos con la posibilidad real de que caiga en ellas la llave de la Xunta. Él ha afirmado que, en ese caso, negociará sin «cordones sanitarios» si con ello consigue «el cielo» para su provincia.
La participación
La participación es otra variable de peso. Los gallegos votaron por última vez en plena pandemia, en julio de 2020, lo que disminuyó la participación hasta el 48,97 % del censo. Eso significó casi cinco puntos menos que en los anteriores comicios. Se prevé que esta vez aumente, aunque la duda es a quién beneficiará. Los partidos de la izquierda están convencidos de que si logran vencer al abstencionismo conseguirán el vuelco. Pero quién sabe. Los gallegos tienen la última palabra.