Elecciones 18-F
Galicia, un nuevo golpe a Sánchez que se suma a su catarata de derrotas electorales
Los socialistas cosecharon su peor resultado histórico en la región: pasó de 14 a 9 escaños y perdió por el camino cerca de 50.000 votos en unas elecciones planteadas en clave nacional
La noche de este domingo, Pedro Sánchez sumó a su lista de derrotas electorales una nueva. No se ha recuperado del sorpasso del BNG en las últimas elecciones autonómicas, ni creía que fuera a hacerlo, dado que tampoco lo reflejaban las encuestas. No aspiraba a gobernar Galicia, sino a arrebatársela al PP, y en ese ataque a Alberto Núñez Feijóo ha centrado su campaña electoral.
Es más, el dirigente socialista llegó a acusar al líder de los populares de que «la única verdad de Feijóo es que todo en él es mentira», dijo en el mitin de cierre de campaña. Lo que quizá no imaginaban en Ferraz es que perderían más de lo que pronosticaban las encuestas, hasta tal punto que este 18 de febrero obtuvieron su peor resultado histórico en Galicia: pasó de 14 a 9 escaños y perdió cerca de 50.000 votos.
Cuando el 23-J terminó el escrutinio, Sánchez salía al balcón de Ferraz con su comité ejecutivo eufórico, porque sabía que, pese a que el Partido Popular había sido la lista más votada, iba a poder conformar gobierno, para ello había negociado meses atrás con sus socios. Sin embargo, la realidad fue que perdió las elecciones, y necesitaba el apoyo de una amalgama de partidos variada y exigente. Feijóo se colocó en primera posición con 137 escaños, y Sánchez, en segundo puesto, con 121 diputados.
Las generales fueron una segunda parte de las autonómicas y municipales que solo dos meses atrás habían teñido el mapa de azul. Para el PSOE fue una debacle electoral, pues perdió el gobierno de hasta cinco comunidades autónomas: La Rioja, Baleares, Aragón, Comunidad Valenciana y Extremadura. Dejó, además, de ser el partido más votado en 15 capitales de provincia y perdió hasta 400.000 votos respecto a las de 2019.
Esos resultados fueron, de hecho, los que le llevaron unas horas después a adelantar las generales, previstas para final de año. «Quiero reconocer la derrota del Partido Socialista en estas elecciones municipales autonómicas y municipales (...). Es evidente que este resultado es un mal resultado para el PSOE; no es en absoluto el resultado que esperábamos», señaló la entonces portavoz socialista, Pilar Alegría, desde Ferraz el 28-M.
Además de esas cinco regiones que fueron para el PP, para Sánchez fue un golpe que Isabel Díaz Ayuso cosechara su primera mayoría absoluta, pues la Comunidad de Madrid es la región con la que el Gobierno más confrontación ha mostrado, especialmente desde el principio de la pandemia. La dirigente popular logró 70 escaños, y los socialistas volvieron a quedar como tercera fuerza, por detrás de Más Madrid, con 27 escaños cada uno.
Aquellos comicios de mayo venían a reflejar una tendencia en las últimos años, en los que Sánchez presumía de los «avances» de su Gobierno. En 2022 sufrió dos golpes electorales con escasos meses de diferencia.
Primero, en febrero, en Castilla y León, donde Alfonso Fernández Mañueco volvió a resultar vencedor, con 31 diputados, y pudo conformar gobierno con Vox, que había logrado 13 escaños. Los socialistas, encabezados por Luis Tudanca, pasaron de 35 escaños en las elecciones anteriores a 28, sin posibilidad de suma.
Después, en junio, en Andalucía, con la mayoría absoluta de Juanma Moreno. Este había logrado ya en 2018 arrebatar la región a los socialistas tras 40 años de gobierno, aunque entonces tuvo que gobernar con Ciudadanos y el apoyo externo de Vox; después de las últimas elecciones, no necesitó formar coalición al granjearse 58 escaños.
El hecho de que la participación llegara a niveles similares a los de 2009, más del 65 %, dio a Sánchez una respuesta en su contra aún más sonora. Los gallegos se movilizaron como no lo habían hecho en las últimas convocatorias electorales en unas autonómicas que, sin embargo, pueden leerse en clave nacional. Con la amnistía y las negociaciones del PSOE con el independentismo como telón de fondo, el popular Rueda se alzó en primera posición, con mayoría absoluta, ahora sí como líder del PP gallego que heredó de Feijóo.