La Tetilla es quizás la más reconocible, gracias a su característica forma que le da nombre. Con un ligero toque salado y una textura suave y cremosa, este queso es ampliamente apreciado tanto en Galicia como más allá de sus fronteras. El Arzúa-Ulloa, de forma redonda, ofrece una textura también cremosa y un sabor ligeramente ácido, complementado por su aroma característico.El San Simón da Costa comparte la forma distintiva de la Tetilla, pero ofrece un sabor ahumado único, que le confiere una personalidad singular entre los quesos gallegos. Por último, O Cebreiro, elaborado en una zona históricamente ligada al Camino de Santiago, sorprende con su frescura, su pasta blanca, blanda y granulosa, y un aroma reminiscente de los yogures de vaca.
Con sus sabores únicos y sus características distintivas, estas delicias lácteas permiten llevarse un pedacito de Galicia en el paladar.