Fragmentos del vidrio que forma la Playa de Silleiro (Pontevedra)Olaia

Las playas de Galicia que cortan y no por el frío

La Comunidad gallega cuenta con tres playas de cristales, arenales conformados por estos fragmentos de colores; y se sitúan en las provincias de La Coruña, Pontevedra y Lugo

Quien no ha dicho «el agua está que corta» para referirse a su temperatura gélida. En los arenales gallegos es un argumento recurrente para no darse un chapuzón, pero en las playas de los cristales lo que «corta» es su arena.

Y siguiendo con los dichos populares, quién no conoce: «El mar devuelve lo que no es suyo y se cobra lo que le pertenece» y «la naturaleza es sabia» se ejemplifican a la perfección en el origen de las playas de cristal en Galicia.

Las playas de cristales, son un recordatorio constante de la imprudente intervención humana, transformada por la naturaleza en impresionantes arenales adornados con «gemas» multicolores. La naturaleza, siempre tan generosa, nos devuelve un auténtico reclamo turístico. Un testimonio vivo de cómo la acción del hombre, en su momento, convirtió lo que era un vertedero en un tesoro natural, repleto de lecciones sobre la conexión entre el hombre y la naturaleza. Son un ejemplo del poder transformador de la naturaleza.

Cómo se originan estos arenales

A lo largo de los aproximadamente 1.500 kilómetros de costa gallega, se pueden encontrar auténticos tesoros naturales que van desde amplias y paradisíacas playas de arena hasta otras singulares y únicas.

Entre estas maravillas, destacan lugares extraordinarios como las playas de cristales, lugares verdaderamente sorprendentes donde la naturaleza ha convertido lo que una vez fue basura en un monumento natural, creando un paisaje único lleno de belleza y rareza.

Las playas de cristales, también conocidas como playas de vidrio, surgen a partir de la acumulación de desechos de vidrio que han sido arrojados al mar durante un largo periodo de tiempo o bien como resultado de la actividad industrial.

Una vez que el vidrio llega al mar, es sometido a la acción del oleaje y las corrientes marinas que lo erosionan y lo rompen en pequeños fragmentos. Con el tiempo dichos fragmentos se pulen y suavizan por la abrasión contra otros materiales, como la arena y las rocas hasta adquirir formas y texturas redondeadas.

La naturaleza ha convertido los residuos en pequeños reflejos de luz de miles de colores, un espectáculo que habla de su fuerza y de su poder de transformación.

Playa de cristales en Galicia

Galicia cuenta con tres playas de este tipo: La playa de los Cristales en Laxe (La Coruña), la playa do Salto do Can en Viveiro (Lugo) y la de Silleiro en Pontevedra.

Playa de cristales de Silleiro (Pontevedra). En un extremo de la Ría de Vigo, en Cabo Silleiro (Baiona) se sitúa uno de este tipo de arenales. Esta playa de cristales está situada bajo la silueta del antiguo Faro Vello de Silleiro. Los fragmentos coloridos de esta playa no es más que el legado de la antigua fábrica de Cerámica do Castro.

Durante años, los desechos de vidrio de esta fábrica se arrojaron al mar, donde el oleaje y el paso del tiempo los han pulido y esparcido por la costa. Como resultado, esta playa se ha convertido en un tesoro único, decorada con pequeños fragmentos de vidrio de diferentes tonalidades, como azul, verde, blanco y marrón.

Hoy en día, este arenal conforma uno de los rincones más especiales de Baiona. Un rincón único para disfrutar de la caída del solo con vista a las islas Cíes cuyo reflejo en los cristales crean una combinación cromática creando una belleza pictórica de incalculable valor.

Playa de Silleiro en PontevedraOlaia

Playa de los cristales de Laxe (La Coruña). En la pintoresca ensenada de Baleeira, rodeada de majestuosos acantilados, se encuentra el «Areal dos Botiños», popularmente conocido como la Playa de los Cristales. El nombre «Botiño» en gallego hace referencia al delfín mular, una especie que abunda en esta costa y que da nombre a este espectacular paraje costero.

Este curioso arenal conforma uno de los rincones más turísticos del norte de Galicia.

A día de hoy, toda la superficie de la cala está cubierta con esos pequeños fragmentos multicolores, pero hay que tener cuidado porque el baño en esta playa no está permitido como tampoco lo está el coger cristales como recuerdo del lugar.

Playa del Salto do Can en Lugo. En el corazón de la Mariña lucense, en la localidad de Viveiro, se encuentra una pequeña joya escondida en su litoral: la playa del Salto do Can. Este rincón paradisíaco es conocido como la playa de los cristales, y es la más difícil de acceder entre las tres existentes en Galicia.

Ubicada en la orilla izquierda de la ría de Viveiro, cerca de la punta del Caballo, su acceso solo es posible a través del mar. La magia de esta playa se hace evidente durante la marea baja, cuando su curiosa lengua de arena de colores verdes se revela al descubierto.

Al igual que sus homólogas en La Coruña y Pontevedra, la playa del Salto do Can debe su peculiar forma y esencia a un antiguo vertedero de vidrios, cuya magnitud era tal que el humo de los fuegos que lo consumían era visible desde cualquier lugar de la ría.