El protagonista de 'Clanes' elige esta ciudad como «el mejor lugar del mundo» para pasear y «recargar pilas»

El actor gallego Tamar Novas es un amante de su ciudad natal, Santiago de Compostela. Por este motivo, la ha elegido como «el mejor lugar del mundo para pasear».

Así lo ha asegurado en una entrevista concedida a la Guía Repsol donde ha manifestado su gusto por la zona vieja de la capital gallega. El actor que ha estrenado recientemente la serie 'Clanes' ha asegurado que grabar en su comunidad ha sido muy agradable porque le ha permitido visitar a su familia. «Además de visitar a mi abuela que vive en La Coruña, cuando tenía tiempo me iba a visitar a mi familia en Santiago. Además, mi sobrino/ahijado Enzo nació al principio del rodaje de Clanes. Todo cuadró genial», asegura.

«Soy bastante de tirarme a las calles, la zona vieja de Santiago es el mejor lugar del mundo para pasear, la plaza de Abastos y alrededores es de mis lugares frecuentes», ha confesado.

Además, Novas ha hecho una descripción de Santiago como «el único lugar donde la lluvia, a veces, te puede poner de buen humor». «Y el que se deje caer por allí, además de una probable caricia de lluvia, puede encontrar mucha fe, y no me refiero a la religiosa, que para muchos también, es una fe que viene solo con caminar. Pasear y mirar esta ciudad es un ritual que recarga pilas y reconcilia con muchas cosas», ha añadido.

La serie 'Clanes', producida por Vaca Films ya está disponible en Netflix. Una trama de amor y venganza, ambientada en Galicia, con el trasfondo del narcotráfico y «con un tono diferente» a otras series.

Así lo expuso su director, Roger Gual, coincidiendo con la presentación que se celebró hace unas semanas en La Coruña en el Palacio de Congresos y Exposiciones.

De la historia, afirma que va «in crescendo». «Hay que verla hasta al final», coinciden también sus protagonistas, Clara Lago, que interpreta a Ana, una abogada con amplia experiencia en uno de los mejores despachos de abogados de Madrid que ha decidido empezar de cero en Cambados con la intención de ajustar cuentas con su pasado.