Este es el tiempo que se tarda en desalojar a un okupa en Galicia
Los meses se disparan en todo el país si se comparan con los datos hechos públicos en años anteriores
La llegada del verano trae consigo una de las preocupaciones crecientes entre los ciudadanos: la okupación. Abandonar tu casa durante unas semanas o, incluso, durante unos días se convierte en temor a que, al volver, haya un nuevo 'inquilino'. A pesar de que la ley tiene una protección mayor sobre las viviendas habituales y son las secundarias las más perjudicadas, ninguna de ellas está a salvo de una posible okupación.
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha publicado las cifras sobre la media de meses que se tarda en desalojar a un okupa de una propiedad en cada comunidad autónoma. Estos plazos son distintos en cada una de ellas. En Galicia, se sitúa en una media de 17,9 meses. Por ello, la región se coloca dentro de las comunidades con un plazo menor para ello. En el otro extremo está Andalucía que alcanza los 24,9 meses. La media española se sitúa en 23,2.
Según los datos del CGPJ el periodo medio de los procedimientos verbales ha aumentado. Concretamente, en 2023, se situó en una media nacional de 12 meses frente a los 10,2 meses del 2022. En el caso de Galicia se sitúa de nuevo por debajo de la media con 9 meses.
Además, a este tiempo hay que sumarle las apelaciones de las sentencias que se alargan en el territorio gallego a 8,9. Esto se convierte en la suma de 17,9 meses de media que los propietarios tienen que esperar a que les devuelvan su propiedad.
De acuerdo con el CGPJ, en 2023 se presentaron 2.261 procedimientos verbales posesorios por ocupación ilegal de viviendas en los juzgados de toda España, lo que representa una disminución del 18,8 % en comparación con 2022. Cataluña registró 445 de estos casos, lo que equivale al 23,6 % del total nacional, consolidándose así como la región con más demandas en los últimos cinco años.
Los 'inquiokupas'
Además, también existen aquellos okupas que se convierten en ello después de haber sido inquilinos. Es el caso que sufre Pilar, cuyo piso en el centro de La Coruña lleva sin generar ingresos desde el 2020.
«Con toda la vergüenza del mundo me fui con una pancarta delante de servicios sociales pidiendo que le buscaran algo», recuerda Pilar que ha agotado todas las vías posibles para solucionar la situación. En conversación con El Debate relata que su marido reformó la casa entera. Un piso en el centro de La Coruña con tres dormitorios. Tras la obra, y tras «muchos ruegos» de la ahora okupa, le alquiló la vivienda a una mujer de origen marroquí con una hija. La inquilina aseguraba que nadie le quería alquilar un piso por su país de origen. «Yo no estaba muy conforme pero terminé aceptando», recuerda Pilar cuyo marido falleció en mayo de 2020. «Fue en ese momento cuando dejó de pagar», cuenta añadiendo que aportó algunas cuotas a través de las ayudas a personas en situación de vulnerabilidad.