'Papanduxas': Un postre popular gallego para aprovechar los recursos naturales
Se horneaba junto al pan en los hornos de leña tan tradicionales en la región gallega
La gastronomía gallega no solo se distingue por su sencillez, sino también por una filosofía culinaria que valora la frescura de sus ingredientes.
La riqueza de su costa atlántica ofrece una abundante variedad de pescados y mariscos, sus suelos fértiles proporcionan hortalizas y verduras esenciales en muchos platos tradicionales y su clima húmedo y paisajes verdes, entorno ideal para la cría de ganado, carnes de gran calidad. Es una cocina en la que su verdadera fuerza reside en la calidad de los ingredientes que la componen.
Antiguamente los recursos con los que contaban las familias gallegas eran escasos, por eso aprovechaban los que la naturaleza les daba. De esta manera nació un postre típico en algunas aldeas de Galicia que, aunque es muy popular, el modo de cocinarlo lo hacía único de esta región.
Un postre de aprovechamiento
En Galicia, el otoño regala una estampa digna de ser inmortalizada en una postal. Caminos y jardines llenos de manzanas recién caídas de los pomares. Esta fruta, aunque modesta, se convirtió en una de las protagonistas de la cocina tradicional, al ser la base de un sencillo pero emblemático postre que, en muchas aldeas gallegas, conocen como 'Papanduxas'.
Un término, que evoca a antiguas costumbres gallegas, y que se refiere a las manzanas asadas, una receta que surge de la necesidad de aprovechar al máximo los recursos naturales disponibles.
En épocas de escasez, cuando las familias eran numerosas y los recursos limitados, la creatividad en la cocina se volvía esencial. Las Papanduxas son un ejemplo de cómo, con ingenio y sencillez, se podían crear platos sustanciosos y nutritivos, capaces de alimentar a toda una prole y son un ejemplo perfecto de la cocina de aprovechamiento.
Las Papanduxas son las populares manzanas asadas, pero en este caso, al modo gallego. Cuando las familias horneaban el pan, en los tradicionales hornos de leña, solían colocar junto este las manzanas, lo cual hacía que la fruta adquiriese un sabor especial al ser asadas en la misma hornada. Este método no solo maximizaba el uso del calor del horno, sino que también permitía disfrutar de un postre delicioso con muy pocos ingredientes.
Hoy en día, es un postre muy popular y extendido al que se le puede añadir o bien un poco de canela, o ser acompañado con un yogur; haciendo de este postre una delicia ideal para cualquier mes del año.
Este postre es un reflejo de la austeridad de la cocina gallega que permite conectar con las tradiciones de la región en una forma de cocinar que resalta lo esencial y lo auténtico.