Este es el puente medieval que une La Coruña y Pontevedra y fue escenario de una guerra
Fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento, lo que garantizó su protección y conservación
Galicia es una tierra atravesada por ríos y, por tanto, plagada de puentes que no solo facilitan la comunicación entre sus numerosos municipios, sino que también sirven de testigos silenciosos de su rica historia.
Aunque muchos de ellos son construcciones modernas diseñadas para soportar el intenso tráfico de vehículos y personas, Galicia alberga también joyas arquitectónicas de otros tiempos. Estas antiguas construcciones han sobrevivido a guerras, crecidas de ríos y transformaciones sociales, siendo hoy verdaderos monumentos al pasado.
Escenario de un guerra
En la frontera natural que separa las provincias gallegas de La Coruña y Pontevedra, se alza uno de los puentes medievales más emblemáticos y mejor conservados de la región: El puente de Pontevea.
Ubicado en el límite de los municipios de La Estrada (Pontevedra) y Teo (La Coruña), el puente no solo es un nexo entre provincias, sino también un referente cultural e histórico para ambas localidades.
Además, cuenta con un mirador situado en uno de sus pilares centrales, que ofrece a los visitantes una vista panorámica sobre el río y marca la división simbólica entre ambas provincias.
Una gran obra de ingeniería que el hecho de haberse mantenido en pie durante siglos la ha convertido en testigo de numerosos acontecimientos históricos, sobreviviendo a guerras, crecidas del río Ulla que lo atraviesa y a diversas restauraciones convirtiéndolo en un símbolo de resistencia a lo largo del tiempo.
El puente actual fue construido en el siglo XVI en el que confluyen caminos reales, comerciales y peregrinaje.
Se compone de seis arcos que se alzan sobre el río: tres de ellos ojivales, característicos del estilo gótico, y tres semicirculares, resultado de las reconstrucciones realizadas entre los siglos XVIII y XIX. Esta mezcla de estilos refleja las distintas etapas por las que ha pasado la estructura a lo largo de su dilatada historia.
Durante la Guerra de la Independencia española (1808-1814), este puente fue escenario de enfrentamientos clave entre las tropas españolas y francesas, lo que subraya su importancia estratégica como punto de comunicación en la región.
Ruta comercial y de peregrinación
Desde la Edad Media, fue una de las principales rutas para los habitantes de la zona, conectando comunidades y permitiendo el tránsito hacia Santiago de Compostela, la capital de Galicia y destino de peregrinación del Camino de Santiago.
Este monumento ha sido reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento, lo que ha garantizado su protección y conservación. Gracias a estas medidas, el puente de Pontevea se convirtió enuno de los grandes atractivos turísticos de la región, atrayendo a visitantes interesados en su valor histórico y arquitectónico.
Sin embargo, el puente medieval de Pontevea no es la única vía de conexión entre estos dos municipios. Muy cerca se encuentra el puente colgante de O Xirimbao, una pasarela de 80 metros de longitud que cruza también el río Ulla.
Aunque hoy es un popular destino turístico, su origen está vinculado al tránsito de pescadores que aprovechaban esta estructura para acceder a las zonas de pesca. Este puente colgante, uno de los más largos de Galicia, es otro ejemplo de la riqueza patrimonial que caracteriza a la región.
Sin duda, el puente de Pontevea es un testimonio vivo de la historia gallega, un monumento que encarna la tradición y la herencia cultural de Galicia, resistiendo el paso del tiempo y conectando, tanto físicamente como simbólicamente, las provincias de La Coruña y Pontevedra.