Casa OlgaRestaurante Casa Olga

Así se come en la marisquería franquista donde te preguntan la ideología al entrar

«Olga, como ella bien dice, ya desde el vientre de su madre servía a sus clientes, ofrece mariscos y pescados de la zona, donde la protagonista es la langosta con su salsa vinagreta y la merluza a la gallega». Así describen en esta afamada marisquería de La Guardia (Pontevedra), su producto.

Un restaurante que ha ido cobrando fama durante los años por la particularidad de atención de su dueña Olga, una mujer de más de 90 años a la que le gusta saludar uno a uno a sus clientes y preguntarles por sus tendencias políticas.

Pero aunque la langosta sea el plato estrella, tampoco faltan las zamburiñas, camarones, bogavantes, percebes o cigalas. Muchas de sus clientes resaltan, además de la simpatía por Francisco Franco, el marisco servido.

Captura de pantalla de una reseña de Casa Olga

Mientras algunos consideran que la calidad es excelente, otros señalan que el precio es excesivo. Muchos destacan, en particular, el trato de la dueña, mientras que otros comentan, de manera positiva o negativa, el ambiente del lugar. «Del proselitismo de extrema derecha de la dueña no me voy a quejar que ya sabíamos dónde nos metíamos», opina un cliente.

Aunque a la dueña le gusta el trato personalizado –que algunos califican de excesivo y otros alaban– la marisquería también cuenta con un servicio a domicilio en el que puedes tener en tu casa una mariscada por 165 euros. Esta opción, para dos personas, incluye empanada gallega de zamburiñas y vieiras, realizada con masa de hojaldre, 250 gramos de camarín, 2 nécoras, una langosta de 600 gramos, salsa vinagreta y una botella de vino de la propia casa. Además, en su tienda puedes comprar su famosa langosta, y el resto de los productos por separado.

Este periódico se ha puesto en contacto con el restaurante, que ha preferido no contestar a las preguntas. Sin embargo, en las distintas páginas de reseñas, los clientes destacan el amor de Olga por España y su nostalgia del Franquismo.

«¿Qué dueño te recibe con un abrazo y un beso?», valora uno de los comentarios. «Olga sigue recibiéndote con un abrazo a cada comensal, te pregunta por tu ideología. Te puede sentar bien o mal, pero si somos capaces de escuchar más allá de la política, te encuentras con una señora fuerte, amable, trabajadora y cariñosa», apuntan.

«El local, sin grandes pretensiones, con su ronco a la nostalgia del ayer, con símbolos de Franco a quien profesa cierta devoción Olga, que no oculta ser una mujer de derechas muy pro activa y muy tolerante. Ella vende su producto, la langosta y la nostalgia franquista», reseña otro.

De hecho, el local fue reformado hace tiempo y en sus paredes ya no cuelgan las imágenes a las que hace mención este comensal aunque se sigue coreando «¡Arriba España!» y Olga continúa interesándose por las simpatías políticas de sus clientes.