Buque Ramón MargalefCSIC

El buque oceanográfico Ramón Margalef, con base en Vigo, viaja a Valencia para ayudar en la búsqueda

Este barco de investigación dispone de tecnología de vanguardia para obtener imágenes detalladas del fondo marino y explorar zonas de difícil acceso

El buque oceanográfico Ramón Margalef, con base en Vigo, viaja rumbo a la costa de Valencia, donde llegará este sábado, 9 de noviembre, para colaborar en las tareas de búsqueda tras la DANA de la pasada semana, según informa el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.

Este barco de investigación dispone de tecnología de vanguardia para obtener imágenes detalladas del fondo marino y explorar zonas de difícil acceso, además de contar con especialistas que contribuirán al monitoreo de la calidad del agua y del impacto ambiental.

Cuenta con un sistema de ecosonda multihaz, una herramienta que permite obtener imágenes detalladas del fondo marino, generando mapas batimétricos de alta resolución. Con esta tecnología es posible estudiar la topografía submarina e identificar diferentes tipos de sustrato con resolución de pocos metros. También cuenta con el robot submarino Liropus 2000 con brazos articulados y cámaras de alta resolución que pueden contribuir a tareas de búsqueda y rescate en alta mar.

Además de su capacidad para cartografiar el fondo marino, el Ramón Margalef está equipado para operar vehículos submarinos no tripulados (ROV), unos robots que pueden ser desplegados para explorar zonas de difícil acceso, recolectar muestras y realizar observaciones directas del fondo marino.

Antes de llegar a la costa de Valencia el día 9 hará una etapa previa para embarcar equipamiento técnico y personal investigador en Alicante.

El Ramón Margalef contará con investigadores con experiencia en operaciones de emergencia y en el análisis de datos batimétricos, rastreo de objetos y uso del ROV en situaciones críticas.

Además, tendrá especialistas en el análisis de los efectos ecológicos de eventos de escorrentía masiva en el mar, con lo que contribuirá «al monitoreo de la calidad del agua y a la observación de fenómenos como la eutrofización, la anoxia y los blooms fitoplanctónicos, entre otros impactos ambientales», explica el CSIC.