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Galicia no asume el descenso de gallegohablantes y formará a funcionarios de Justicia en lengua y cultura gallegas

En medio de las quejas de la oposición y la negociación para alcanzar un «pacto» por la lengua, la Xunta lanza distintas medidas para intentar fomentar el gallego

Hace apenas un mes, el Instituto Gallego de Estadística (IGE) hizo públicas las cifras de gallegohablantes. Los números certificaron que la población que siempre habla español es ya mayoritaria en la comunidad. Este dato ha sido usado de manera insistente por la oposición para presionar a la Xunta de Galicia en materia de lengua.

La intención de los nacionalistas (BNG), fuerza secundaria en el Parlamento de Galicia, es que el gallego se hable mucho más, aunque esto suponga la imposición de esta lengua en las escuelas, las administraciones e, incluso, en la empresa privada. Socialistas aprovechan el rebufo de esta queja para atacar al presidente Alfonso Rueda y afear que los números sean, cada vez, más bajos.

Entre tanto, la negociación para alcanzar el «gran pacto» por el gallego no va ni hacia delante ni hacia detrás. La oposición prefiere continuar usándolo como arma arrojadiza y, mientras, el Gobierno autonómico lanza medidas sueltas encaminadas a calmar los ánimos y potenciar el uso del gallego.

La última ha sido el acuerdo alcanzado entre la Xunta y la Fiscalía Superior para «favorecer el uso del gallego en el ámbito de la justicia». Este encuentro dará como resultado la formación de los funcionarios de este área en lengua y cultura gallegas.

En un comunicado, han informado de que así «se da un paso más así en el proceso de prestigiar y normalizar el uso del gallego en los distintos ámbitos de la Administración pública».

El consejero de Cultura de la Xunta, José López Campos, explicó que se trata de «mejorar la disposición del personal funcionario de justicia respecto al idioma y actualizar los recursos técnicos para facilitar el trabajo en gallego». «El de la Administración es uno de los bloques en los que nos centramos para realizar acciones que se adapten al escenario actual en el que vivimos, y que se une a otros muy diversos que van desde la educación y la economía al ámbito familiar, la juventud y las tecnologías», añadió.

Negociaciones con la oposición

Este mismo lunes, Rueda aseguraba que está dispuesto a «hablar y hacer cambios» en la escuelas siempre que esto no suponga la «inmersión». El líder del Ejecutivo gallego ha señalado esto como una línea roja al considerarlo «una opción política» del BNG.

«No estoy de acuerdo con la inmersión, ni desde el punto personal, en ninguno de los idiomas, ni, desde luego, desde el punto de vista de responsabilidades de Gobierno. Por lo tanto, estamos dispuestos a hablar de todo, pero si la derogación del decreto, y hasta ahora siempre se interpretó así, supone por optar por un modelo de inmersión de cualquiera de las dos lenguas, no estoy de acuerdo», aseguró.